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De arco a arco



Hasta los 46 minutos del segundo tiempo, Aranas era la figura de un deslucido clásico en Bolívar. El arquero de Independiente, había sacado un remate con destino de gol, y como hacía siete días contra Defensores del Este, volvía a ser protagonista. No era que había sacado varias bocas o mano a mano, pero en esa pelota, cuando el partido llegaba su fin, y con lo poco que había sucedido, esa tapada le alcanzaba para estar entre los mejores del clásico.

Pero todo cambio. En un abrir y cerrar de ojos, o en la jugada del final. “Fútbol, dinámica de lo impensado”, dijo el maestro Dante Panzeri. Penal para “el Indio”, y después de varios errados, Aranas, fue y tomó la bocha. López, Iriarte, Carrizo; todos habían errado desde los doce pasos, y el shoteador cambio. Uno de los arqueros que mejor saca, y mejor le pega al balón fue por la gloria total. Gol, clásico y punta en soledad.

Con la adrenalina, de la última jugada, el portero fue y definió con suavidad. Enfrente Felix Fornes, adivino o acertó el palo, y se quedó con la pelota. Se quedó con la pelota, con la punta (por diferencia de gol), y con el festejo clásico del final. Empleados, el equipo que hace cuatro partidos no recibe goles, tenía a su arquero, en la figura del clásico. Esa última jugada, había cambiado el destino del MVP del partido. De un arco a otro, del éxtasis, de la incertidumbre, al grito del final.

KDT y Deportivo se volvían a ver las caras. Con tres definiciones en los últimos cuatro años, un clásico moderno. “Dueños” del fútbol vernáculo por estos días, los dos equipos, entregaban poco en cancha. Julio Díaz, cinco campeonatos ganados (1997, 2008, 2009, 2011 y 2014), y otras cuatro finales más, está atravesando un gran momento de su carrera, e iba a ser protagonista. Del otro lado, Luciano Gentilli. Llegó a la liga en el 2006. Un año después se iba a coronar campeón con Estudiantes Unidos. Elegido por jugadores y técnicos como el mejor jugador de la liga en el Anuario Jugar, en las temporadas 2007, 2008 y 2010, festejo el título con Unión de Curarú en el 2010, en el primer logro de la institución. Finalista en dos oportunidades más y semifinalista en otro par de temporadas, el oriundo de La Plata, es uno de los arqueros codiciados de la liga, e iba a ser protagonista.

Poco pasaba en el encuentro. Tallarico ejecuto un tiro libre, con pique en el borde del área chica, y Díaz “se anticipo”, al balón. Fue a buscarla, y evitó una complicación mayor mandando la pelota al tiro de esquina. Después, se iba a lucir, con un vuelo memorable, para sacar un zurdazo terrible del Fino Burgos, con destino de golazo.

En lo poco que sucedía, KDT había despertado la modorra, hasta que Deportivo fue, y un derechazo de Martín Ríos (que le pega muy bien a la pelota), salió fuerte pero en dirección de Gentili, que parecía no iba a tener problemas en controlar el balón. Pero, pero, el mismo se le escurrió entre las manos y las piernas, y era la apertura del marcador. Después llegaría el golazo de Arive. El partido “se había roto”, en ese remate, que para un arquero como “el lucho”, parecía no ser complejo. Pero el fútbol dinámica de lo impensado, todo lo puede. Con KDT jugado, Gentili evitó una goleada de Deportivo, pero el resultado ya estaba y permanecía inalterable.

Segundos que cambian la historia. Que hacen que el festejo mute de lugar. De arquero a arquero; en Bolívar, en “el Bajo” y con un solo amigo en sus espaldas: el arco.