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Franco Cángele: “La terapia me ayudó a sostener a mis hijas”



El pehuajense Franco Cángele habló, días pasados, con Olé de la dura situación que vivió a fines del año pasado cuando falleció su esposa: “Cuando vivís cuatro años con una persona que lucha por su vida todos los días... Eso te hace un click. Te hace aprender muy rápido que hay que disfrutar cada momento...”.

A continuación publicamos el mano a mano que el oriundo de Francisco Madero tuvo con el periodista Facundo Santarossa.

-¿Quedaste libre en Turquía?


-Sí, en mayo, porque no me renovaron. La idea era buscar algo cerca de mis hijas, pero no salió nada aún. Estoy a la espera. Mientras, me entreno para estar listo.

-¿Cómo fue la experiencia en el Elazigspor?

-Sacando los problemas personales que tuve a fin de año, con el fallecimiento de mi señora (N. de R.: a Verónica le diagnosticaron cáncer de mama en 2011 y falleció en noviembre del año pasado), pude jugar bien. Estaba solo y metido en lo que tenía que hacer. Había dejado a mi familia en la Argentina y me tuve que quedar allá para no perder la continuidad. Cuando pasó lo que pasó, me volví para acá porque el club me dio una licencia. Si no hubiera sido así, iba a rescindir. No podría dejar a las nenas solas, después de perder a su madre. Volví a Turquía en enero pero no me pagaban. Me quedé hasta que mi abogado me dijo que podía volverme.

-¿En qué te apoyaste ante una situación así?


-Arranqué con una psicóloga en agosto del año pasado y, la verdad, me ayudó. En esos momentos no entendés nada. Yo tenía miedo por mis hijas. No sabía ni cómo iba a manejar una situación así. Y hacer terapia me permitió estar entero para ayudarlas.

-¿El fútbol fue tu cable a tierra?


-Funcionó como una terapia. Con el diario del lunes me di cuenta de que me fui a Turquía al pedo. Me tendría que haber quedado acá, cerca de mi mujer. Pero no hay un manual de la vida que dice cómo reaccionar ante estas situaciones. Si yo sabía que iba a pasar esto, obvio me hubiera quedado. Hoy, por suerte, me acomodé y llevo todo bastante bien con las nenas y con la familia de Verónica. Vamos todos para el mismo lado.

-¿Te sirvió para no hacerte problema por cosas mínimas?

-Haber vivido cuatro años con una persona que estaba luchando por su vida te hace un click. Ella disfrutaba cada momento porque pensaba que le quedaba poco. La verdad es que te hace aprender muy rápido que a la vida hay que disfrutarla. Por ejemplo, el fútbol es un trabajo y no es la muerte de nadie. Está perfecto que hagamos lo que nos gusta, pero hay que pasarla bien y no vivirlo alocadamente, como pasa acá. El otro día estaba mirando el partido de Lanús, cuando lo lesionaron a Castellani. Y yo, que sufrí ese tipo de lesiones, dije: ¿vale la pena que un colega te rompa la pierna así? Lamentablemente es el fútbol que se vive ahora y no está escrito lo que está bien y lo que está mal.

-Fuera de eso, buscás una oferta para volver a jugar...

-Quiero ir a un lugar donde sienta que estoy cómodo, cerca de mi familia.

-Tenés 31 años y te queda cuerda...

-Sí, y estoy muy bien físicamente, pero las ofertas que llegaron implicaban un sacrificio que no estaba dispuesto a hacer.

-Con Carlos Tévez hicieron Inferiores juntos. ¿Te llaman la atención sus gestos con los hinchas?

-No, no es raro. Carlitos siempre tuvo ese carisma con la gente. Que ahora acepte sacarse una foto, salir de la concentración a firmar un autógrafo o lo que sea, me parece bien, pero siempre fue así. Ojalá le vaya bien, se lo merece.

Fuente: Diario noticias