#Futbol

Viva el fútbol del flaco Naser



El muchacho está parado sobre la raya, como si fuera un viejo puntero izquierdo. Casi, que nadie lo tiene en cuenta. Casi, porque en realidad todos están pendientes, sabiendo que algo va a realizar. Compañeros, rivales, hinchas, periodistas, y hasta los que se llegaron a la cancha, y les contaron de un delantero “distinto” que hay en la liga. Todos esperan que la pelota le llegue. Entonces el show va a dar inicio.

Tuve la oportunidad de observarlo cuando, se presentó en sociedad ante Maderense, y jugó unos minutos, viniendo desde el banco. De a poco sumó instantes de partido, y de inmediato fue titular. De ahí, a la idolatría un paso. Un paso cargado de fútbol, goles, entrega, gambetas y sacrificio.

De menor a mayor. Así fue recorriendo parte del campeonato. Y lo mejor estaba por llegar. Ya en el reducido marcó goles claves para que Defensores sume de a tres, y que el azulgrana vuelva a estar en una final. Pero lo mejor estaba por llegar.

Porque si en el Garré, convirtió por dos (golazo incluido), en el Alberto Irigoyen, dejó sentado que es el mejor delantero de la liga, y un “monstruo”, dentro del rectángulo de juego. Lo del “flaco”, fue un show. Lo fueron a buscar, pero como los buenos jugadores, no se quejó, respondió pidiendo la pelota y dejando rivales en el camino. Porque el flaco encara, y la gente se empieza a poner de pie. Un fenómeno que solo los jugadores distintos generan. Entonces es un placer verlo jugar.

Al minuto, gambeta, diagonal, derechazo cruzado, palo y a cobrar. Defensores en ventaja. Pero siempre Deportivo, se ponía parda, y el partido, que ya era partidazo ganaba en emoción. En el complemento, Defensores comenzó a controlar el juego. Ya no era “palo por palo”, y entonces empezaron a aparecer espacios. Y el que lleva la “11” en el dorsal apareció. Y vaya si apareció. Fue un canto al juego. Pique, gambeta y asistencias. Una, dos, tres, cuatro y otras más. Pero sus compañeros no definían, y crecía la figura de Díaz.

Asistencia a Fernández, y gol de Lucas. Ahora sí, tranquilidad para Defensores. Trotando en diagonal, marcando, el pase, esperando salir despedido como una flecha, y festejar con cabriola como el “toti” Iglesias (perdón por el recuerdo ochentoso). Y el flaco no paró de picar. Fue gambeteo y definió. Fue, asistió y festejo.

Con los brazos en alto. Recibiendo una ovación. El saludo de compañeros y rivales. Sentado ya en el vestuario, sacándose las medias, y siendo el último para bañarse después de cientos de abrazos, y pedidos de fotos, de grandes y chicos. Ahí, esta con la humildad de siempre, y derrochando juego en cada aparición suya. Sí, la que ilusiona a su gente, y la que hace disfrutar a todos.

Que más decir; o se podría escribir cientos de elogios más. Es un placer verlo en una cancha. Por eso solo se me ocurre decir, ni más, ni menos que “Viva el fútbol del flaco Naser”.