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La esperanza blanca


Nueve partidos sin perder; 24 goles a favor, solo 7 en contra y a las puertas del reducido. Con 24 unidades, y con una buena parte de la segunda rueda del clasificatorio por jugarse, Unión de Curarú anotó su nombre entre los candidatos. Falta mucho; queda mucho pero ha dado pasos claves. ¿Se sostendrá? Ahora ya el equipo de la localidad del distrito de Carlos Tejedor, sabe que los rivales lo miraran de otra manera, porque en la mayoría de los cotejos saltará a la cancha como banca y no como punto.

En esa ilusión que está en marcha se encuentran (en el 11 titular) un par de nombres de los que dejaron su sello inscripto por siempre en el 2010, cuando el albo alcanzo su primer título en la Liga Pehuajense. Luciano Gentili y Daniel Frankerberger. El “1” y el “11”. En el medio apellidos nuevos. Ese título esquivo, que desató la máxima alegría en la institución, puso fin a años de suerte esquiva, en una localidad que fue sorteando las vicisitudes que se plantean en los pueblos de la provincia profunda.

En abril de 1953 comenzó a recorrer su camino. Después fue el turno de participar en la Liga del Oeste donde se quedó con el campeonato de 1970 en la Zona C y en 1994, donde obtuvo el campeonato Zona B, y el torneo Apertura. Pero su dirigencia entendió y defendió la idea de participar en nuestra liga, y en la década del ´70, con algunas interrupciones fue uno de los animadores de los certámenes.

Rápidamente viene a la mente el equipo de 1974, donde quedó en la memoria del aficionado del fútbol sin la necesidad de haber sido campeón, en un certamen que lo tuvo como protagonista, y que tuvo a Miguel Benítez como goleador del torneo con 43 conquistas, record hasta hoy inalcanzable y la magia de Daniel Benítez.

Después llegaría el año 1981 donde fue sub campeón de San Martín, en un torneo de una sola rueda, por el inminente inicio del Regional. De inmediato en 1985, una nueva final perdida, ante Calaveras, luego de no haber podido sostener la ventaja de un punto en el campeonato de dos ruedas. 0 a 2 en su casa e igualdad en 0, en la cancha del de Matadero. Gorraiz, los hermanos Rodríguez, Calvo, Herrero, Duberti, Pastorino, fueron algunos de esos apellidos que estuvieron cerca de la gloria.

Las inundaciones, y las lógicas consecuencias que esto acarreo, más la presencia en la Liga del Oeste, hicieron que Unión volviera con todo en 1997. Se quedó con el Apertura, pero cayó en semifinales, ante Deportivo que luego sería el campeón. En el 2003 volvió a estar presente, y desde el 2004, a jugar en su nueva casa, llegando una vez más a semifinales.

Parecía que no podía dar con los nombres adecuados para escribir su página más gloriosa. Hasta que llegó el 22 de diciembre del 2010, y se coronó campeón al vencer a KDT en un tercer partido. Gentili, Barontini, Villagra, Gutiérrez, Chelia, Chaparro, Martín, Díaz, Dana, Tempesta Sánchez, Frankerberger dirigidos por el histórico Benítez escribieron su página más dorada en su vida futbolera. Fue el año del centenario de la localidad.

En el 2011 y el 2014, quedó en semifinales, ante KDT en las dos oportunidades. Después de un 2015 donde paso con más pena que gloria, llegó este 2016 donde la ilusión se volvió a hacer realidad.

Omar Erramouspe armó un equipo que tiene en su arquero y los centrales sus puntos donde comienza a darle forma a la idea. Gentilli al arco. Ciccardi, Coyant y Dornelli conforman la línea de tres, que se complementa con el trabajo por afuera de Merlo y Frankenberger, más Gamaleri y Santos o (Ingenthron) en el doble pivotte. Cioffi unos metros más adelante y Locastro bien de punta, sumando goles y exigencias constantes a las defensas locales, junto al juvenil Continanzia.

Unión se fue haciendo fuerte. Empate y derrota ante Boca y KDT, en las dos primeras fechas, y luego comenzar a despegar. Victorias como la de Maderense y KDT como visitante, y la igualdad ante Deportivo fuera de su casa, fueron transformando a Unión en la Esperanza Blanca del 2016.