#Futbol

El fútbol a sol y a sombra (Gracias Eduardo por el título)



El calor que anuncia un nuevo verano sofocante no se hace esperar. Es noviembre, pero cada vez nos acostumbramos con mayor asiduidad a este clima tropical que ha comenzado a invadir la Pampa Húmeda desde hace un tiempo. Pega el sol. En la radio, en la tele, el diario, los portales, dicen que hace más de 30 grados. Pero no importa. ¿O puede importar algo cuando la pasión, los colores están en el medio? Nada importa. Y si lloviera a “baldazos” acá estaríamos también.

Trapos, trapos y más trapos. Ante se les decía banderas, pero el tiempo pasa, y con eso de “aguantar los trapos”. Bueno vamos con los trapos. Los hay verdes y blancos; los hay rojos y blancos. Hay globos, serpentinas, humo. Bombos, redoblantes, bandera y vincha. Hay de todo, y para todos los gustos.

Jugaron, juegan y jugarán Maderense y KDT, por la final de la liga pehuajense de fútbol, modelo 2017. Entonces, como toda final que se precie de tal, están los de un lado y los de otro. No es la tonta definición de “la grieta”, es fútbol nada más. Y nada menos. También están los que sin ser de KDT y Maderense, hacen fuerza por alguno de los dos, y aquellos que acá si son neutrales en serio, se mezclan entre amigos para disfrutar del partido. Y tal vez sean los únicos que lo disfruten plenamente, ya que los demás lo van sufrir también. Y está bien que sea así; siempre fue así.

El público se acomoda en las gradas. El sol pega de frente; es un martillazo en los ojos. Pero las plantas, con sus viejas copas y ramas, te regalan una hermosa sombra. Que maestro Eduardo Galeano, no lo podría haber definido mejor, si hubiera visto esta final. Un partido que se juega, con los hinchas en el sol, pero también en la sombra.

Los relatores desgarran sus gargantas. Las cámaras siguen la pelota, con destino incierto. Un nuevo flash se escapa. Los comentaristas esbozan un análisis, mientras en el campo de juego llegan los testimonios, con y sin casette. Los hinchas, se miran y se hablan. Pero seguramente no se escuchan ni se ven. Los sentidos están todos puestos en el rectángulo de juego.

“Uhhh que cerquita; “gol. ¿Ah no fue? ¿Sí? ¿Pero que cobró? Sácala….toca….¿Cuanto vas a jugar?" Fin del capítulo número uno. A desarmar todo. En la cancha, el viento juega con una serpentina. El calor parece apagarse. La tensión liberarse, pero por solo una semana. Entonces si…trapos, trapos y más trapos; banderas…y fútbol.