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Tiempo de Regionales: Gran entusiasmo pehuajense




El mes de febrero de 1992 acababa de dejar atrás sus dos primeras semanas cuando Atlético Calaveras seguía dando batallad como representante de la Liga Pehuajense de Fútbol en el Torneo del Interior que organizada el Consejo Federal de la Asociación de Fútbol Argentino, aprestándose a disputar dos encuentros que revestirían carácter de trascendentales por todo lo que había en juego.
Cumplidas cuatro de las seis fechas del fixture del Grupo 2 de la Región Bonaerense, en la Segunda Fase del torneo, Olimpo de Bahía Blanca lideraba el grupo con 6 puntos, producto de dos victorias (en ese tiempo se otorgaban dos puntos por partido ganado) y dos empates. En el segundo lugar marchaba Calaveras con cuatro unidades, cosechadas mediante un triunfo ante Estación Quequén de Necochea, dos empates ante Barrio Alegre de Trenque Lauquen, y una derrota en Bahía Blanca.
Pero los otros dos participantes no estaban lejos y también tenían posibilidades matemáticas de alcanzar uno de los dos pasaportes a la fase siguiente del certamen, porque Estación Quequén y Barrio Alegre sumaban 3 puntos.

EL PRESENTE
Calaveras tenía por delante dos encuentros como local, lo cual tenía una significación importante, máxime porque los rivales serían Olimpo en la quinta fecha, y Estación Quequén en la última.
Estaba claro que a los pehuajenses les convenía más mirar para abajo que hacia arriba, es decir que era muy importante estar al tanto del resultado entre Quequén y Barrio que tratar de alcanzar a Olimpo.
Un empate ante los de Bahía los podría dejar en igualdad de puntos con el vencedor del otro partido. Si ganaba Estación, estos tendrían que venir a Pehuajó a buscar la clasificación en la última fecha, quizá con alguna ventaja en la diferencia de goles, mientras que si Barrio los vencía en Necochea, Quequén vendría a Pehuajó sin chances y los de Trenque Lauquen deberían ir a Bahía Blanca.
En consecuencia, las posibilidades de clasificar que tenía Calaveras, eran muy concretas y sostenidas por el rendimiento del equipo.

EL PÚBLICO
El público pehuajense esperaba ansioso ver esos dos últimos partidos, especialmente por la calidad de los rivales, por lo que se esperaba una masiva concurrencia al estadio de Calaveras ubicado sobre la Ruta Nacional 226 y actualmente denominado como: “7 de abril” en honor a la fecha de fundación del club.

OLIMPO Y PEHUAJÓ

Olimpo había visitado Pehuajó en seis oportunidades por Torneos Regionales, registrando cinco victorias y una sola derrota en sus enfrentamientos ante equipos pehuajenses.

En 1981 venció a Calaveras por 3 a 1. Ese mismo año y en el Torneo Extra derrotó a San Martín por 3 a 2. Al año siguiente venció a Maderense por 4 a 2, y en 1983 volvió a superar a los verdes de Francisco Madero, pero por 2 a 0.
En 1984 tuvo como rival a Deportivo Argentino, equipo que había conseguido empatarle en el estadio “Roberto Carminatti” de Bahía Blanca, pero en Pehuajó no fue rival y los aurinegros vencieron por 4 a 1 llevando a cinco su serie de victorias consecutivas.
Pasaron dos años sin cruzarse, pero durante la segunda fase del Torneo 1987/88 los de Bahía Blanca volvieron a visitar a Deportivo Argentino y allí el triunfo quedó en Pehuajó. Ganaron los azules por 2 a 1, escribiendo una de las páginas más recordadas de su historia.
Desde entonces, Olimpo no había vuelto a visitar Pehuajó. Ahora sería una nueva oportunidad. Un encuentro que despertaba enormes expectativas y que abordaremos en detalle en nuestra próxima entrega.

Próximo sábado: Calaveras – Olimpo. El gran partido.

Fuente: Diario Noticias- Roberto Rodriguez