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Tiempo de Regionales: Olimpo de Bahía Blanca visita a Calaveras




El domingo 16 de febrero de 1992, Calaveras recibió, en su estadio de Ruta 226, a Olimpo de Bahía Blanca en un partido trascendental para las aspiraciones del elenco pehuajense de pasar a la tercera fase del Torneo del Interior 1991/92 que lo tenía como protagonista.

Toda la afición local esperaba este partido y la labor de Calaveras estuvo a la altura de las mayores expectativas, pero el arbitraje del olavarriense José María Pompei resultó decisivo para privar a nuestro representante de una victoria legítima.



LOS EQUIPOS
El conjunto local alistó a: Daniel Torres, Abel Peredo, Patricio Carrica, Carlos Di Salvo y Mario Ramírez; Miguel Ángel Lamanna, Juan Marcelo Garaventa, Daniel Lamanna y César Antonio Lamanna; Mariano González y Fabián Carlos; mientras que Olimpo lo hizo con: Sergio Hernández, Alfredo Torres, Miguel Ángel Suárez, Gustavo Coronel y Alfredo Medina; Sandro Ojeda, Jorge Ochoa, Aquiles Oviedo y Fabián Moreno; Raúl Daniel Schmidt y Sandro Novaressi.



EL PARTIDO

Sin dudas fue un partido muy emotivo que Calaveras, bajo ningún concepto, debió ser privado de la victoria como en realidad ocurrió debido al desacertado arbitraje de José María Pompei. Algo que se vio desde el mismo comienzo porque apenas transcurridos unos cinco minutos de juego, tras un choque entre Miguel Lamanna y el experimentado volante profesional Aquiles Ovideo, el árbitro amonestó al pehuajense, condicionándolo totalmente.

Sin embargo, el planteo del técnico Martiarena daba sus resultados y Olimpo no podía salir del fondo para intentar inquietar al arquero local Torres. Por eso no extrañó que, antes de la media hora de juego, fuera el local el que se pusiera en ventaja. Ramírez se proyectó por izquierda, habilitó a Daniel Lamanna y éste metió un centro perfecto al corazón del área donde apareció su hermano César quien, con golpe de cabeza, mandó el balón al fondo del arco que da espaldas al acceso Güemes sin que el arquero Hernández pudiera impedirlo.

El gol le dio una necesaria tranquilidad al dueño de casa que siguió dueño del balón, mientras que su calificado rival sólo podía exhibir como arma de ataque los centros aéreos en búsqueda de un cabezazo salvador.

El primer tiempo fue para Calaveras, por lo que, para los 45 minutos restante, el técnico visitante, Raúl Rivero, echó mano al banco de los relevos para meter un cambio que, a esta altura, se hacía necesario. En consecuencia decidió retirar del equipo a Fabián Moreno haciendo ingresar en su reemplazo a Luis Díaz, un volante ofensivo de 33 años, nacido en Bahía Blanca pero que se había incorporado al plantel hacía varios años, luego de jugar para Chaco For Ever en el Torneo Nacional B. También había jugado ese torneo para Olimpo en la temporada 1989/90.

Lo cierto es que la presencia de Díaz le cambió la cara al equipo visitante, pero Calaveras, con veloces delanteros como para explotar el contragolpe, se mantenía a la espera de una oportunidad para liquidar el partido.

La tuvo sobre los 7 minutos de ese segundo tiempo cuando el zaguero bahiense Hugo Stach desvió el balón con su brazo dentro del área y Pompei marcó el penal. Carlos tomó la ejecución y aumentó la diferencia con un violento disparo contra el palo izquierdo de Hernández.

Restaba mucho por jugar pero la diferencia de 2 a 0 resultaba muy tranquilizadora. Olimpo buscaba pero sólo inquietaba con algunos remates de media distancia, aunque los errores del árbitro continuaban.

Llegó así el verdadero punto de inflexión del partido cuando sobre los 24 minutos, Schmidt se tiró groseramente en el área local y Pompei marcó penal cuando no había existido falta alguna. El propio Schmidt se encargó de la ejecución y acortó distancias.

Aun así, Calaveras había estado mucho mejor en el partido y podía seguir estándolo, pero la injusticia del penal otorgado al rival causó mucho más efecto negativo que el esperado, porque el conjunto pehuajense dejó de lado su buen fútbol y entró en la fricción que le proponía el rival. El local se desordenó y, sobre los 36’, Raúl Torres quedó para definir ante el arquero local que salió muy bien a cubrir el disparo e incluso logró desviarlo a medias, pero Luis Díaz se encargó de mandar el esférico al fondo de las mallas tras el desvío en Daniel Torres.

El empate cayó en el conjunto de Calaveras como un verdadero baldazo de agua helada. Tenía armas como para salir a ganar el partido en los pocos minutos restantes, pero también podía perderlo en un nuevo error, propio o del árbitro. La disyuntiva era notoria y el elenco local pareció quebrarse entre quienes querían la victoria y los que deseaban asegurar el resultado.

Sobre el final, en un córner que llegó desde la derecha, Carrica ganó en el salto y metió un tremendo cabezazo hacia el marco de Hernández, pero la pelota se fue rozando el horizontal cuando el arquero era sólo un espectador más.

El empate no tuvo remedio y Calaveras lamentó la oportunidad perdida, especialmente por la manera en que había sido privado de la victoria, aunque todavía quedaba una chance.



Próximo sábado: Calaveras recibe a Estación Quequén en la última fecha.

Fuente: Diario Noticias