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Tiempo de Regionales: Demasiado cerca



Cuando la segunda fase del Torneo del Interior, edición 1991/92 tocaba a su fin, Pehuajó sabía que podía llegar a tener, por segunda vez en la historia, a un equipo representativo en la tercera fase de tan reconocido certamen, a través de la presencia del Club Atlético Calaveras, cuyo primer equipo, en la fecha final, recibía la visita de Estación Quequén de Necochea.

Los dos equipos llegaban iguales en puntos, pero la visita tenía mejor diferencia de gol, por lo que el elenco local, para clasificar a la fase siguiente, debía necesariamente ganar. Se venía un gran partido.

ESTADIO Y AUTORIDADES
El encuentro se disputó en el estadio de Calaveras, ubicado en Ruta Nacional 226, el 23 de febrero de 1992, y contó con una terna de autoridades pertenecientes a la ciudad de Tandil, integrada por el señor Luis Gaiada como árbitro principal, secundado por los señores: José Tuso y Roberto Leunda.

LOS EQUIPOS
El conjunto local, dirigido por el profesional Héctor Francisco Martiarena, presentó una formación integrada por: Daniel Torres, Abel Peredo, Patricio Carrica, Carlos Di Salvo y Mario Ramírez; Miguel Ángel Lamanna, Juan Marcelo Garaventa, Daniel Lamanna y César Antonio Lamanna; Mariano González y Fabián Carlos. Estaba claro que Calaveras ponía en cancha lo mejor que tenía, lo que alimentaba ilusiones en toda la afición.

Por su parte, el técnico de Estación Quequén, Abel Sarratea, presentó un equipo con varios cambios respecto de aquella formación que había caído como local ante Calaveras en la primera rueda. No serían titulares el arquero Helling, el lateral Luis Del Negro, el volante Franklin Martínez y el delantero Gustavo Portugal. En consecuencia, el elenco visitante salió al campo de juego con: Roberto Smidt, Carlos Viel, Guillermo Dindart, José Fermín y Julio Del Negro; Jorge Sánchez, Pablo Fernández, Gustavo Córdoba y Pablo Cárdenas; Luis “Paquillo” Sánchez y Arturo Cantón.

EL PARTIDO
El encuentro resultó interesante, y aunque Calaveras no pudo quebrar el cero, quiero quedarme con dos jugadas del partido, una en cada tiempo, que bien pudieron haber definido el resultado.

El primero de ellos, ocurrido luego de los primeros veinte minutos, tuvo como primer protagonista a Mariano González que, luego de desbordar a su marcador y escapar en diagonal desde la derecha hacia el área, sacó un remate violento a media altura que el arquero Smidt, prácticamente arrodillado, logró desviar con ambas manos hacia el centro del área. César Lamanna que llegaba acompañando la maniobra por el callejón central, logró tomar el rebote pero su disparo fue desviado por el oportuno cierre del lateral derecho Viel. Como el balón no salió del campo de juego, Daniel Lamanna capturó el nuevo rebote y ensayó un disparo que dio en el cruce del primer central Dindart y permitió que el segundo central, Fermín, terminara despejando desesperadamente. Aún así, el balón cayó en poder de Fabián Carlos, cuyo disparo desde el extremo izquierdo, pasó frente al arco sin que pudiera ser conectado por un compañero.

Fue quizá el momento de mayor zozobra que vivió el conjunto visitante.

La otra situación se dio casi sobre el final del partido. Calaveras estaba jugado por la victoria y, contando con un hombre más, su técnico había mandado al campo de juego al delantero Néstor Chavarría, en reemplazo del marcador lateral Ramírez. Parecía que el cero sería inmodificable porque Estación Quequén, equipo que conseguiría la clasificación si lograba mantener el empate, se defendía bien. Sin embargo Mariano González realizó una extraordinaria jugada por izquierda luego de una combinación con Fabián Carlos. Una jugada como para arrancar aplausos que nadie se atrevió a efectuar en ese momento porque la jugada siguió. Lo cierto es que Mariano se llevó el balón casi contar la banda lateral y dos defensores fueron a apretarlo contra la línea. En ese momento, y de espaldas a los dos rivales, el puntero pehuajense pisó el esférico, metió un taco, giró velozmente y, dejándose desairados a sus dos marcadores, encaró hacia el área, cruzando un centro bajo para el ingreso solitario de Chavarría. El arquero comprendió el peligro y salió rápidamente a tratar de tapar un posible remate del delantero pero se veía que el local llegaría primero. Y así fue. Chavarría llegó primero que Smidt a la línea de trayectoria del balón, pero un segundo más tarde que el esférico que pasó sin que el delantero pudiera conectarlo, cerrando luego Fermín que terminó despejando desesperadamente. Ahí también pudo haber ganado Calaveras, pero tampoco se le dio.

El partido ofreció alternativas cambiante en la primera media hora de juego, con un Calaveras haciendo mejor las cosas que su rival, pero cuando sobre los 36 minutos el árbitro Gaiada expulsó a Luis Sánchez por violento codazo sobre el rostro de Carlos Di Salvo, el local fue el principal protagonista del encuentro, mientras que su rival solo se limitó a defender el empate que lo clasificaba a la ronda siguiente.

Calaveras, que jugó más de cincuenta minutos con un hombre más, no pudo conseguir el gol que abriera el camino hacia la clasificación. No perdió, pero el empate tuvo sabor a derrota, porque estuvo muy cerca de pasar a la tercera fase del torneo y no logró el objetivo. Pro la campaña resultó muy importante y será siempre recordada, especialmente por sus simpatizantes y por todos aquellos que formaron parte del plantel.

Roberto Rodriguez
Diario Noticias