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Fernando Urquiza: “Es complicado cambiar el chip de jugador a entrenador. Yo todavía pienso que soy jugador”



Vigésima primera función de la nueva sección que brindamos en nuestra web con un protagonista que compone la Liga Pehuajense de Fútbol. Distendida, conociendo al jugador desde otro lado. Es el turno de un goleador, es el momento de Fernando Urquiza

¿Dónde arrancaste a jugar al fútbol y por qué?
Arranque a jugar al fútbol en Fútbol Club de Henderson. Nosotros participábamos en una escuelita que se llamaba “Miguel Marcos”, donde estaba Fernando Sarasibar y el “Fino” Burgos. Se buscó tener continuidad, ya que cuando llegábamos a los 12 o 13 años ya no jugábamos más. Es decir, ya no teníamos más competencia de escuelita. El Club que trabajó para ingresar con inferiores fue Fútbol Club el año 96 o 97

¿Dónde debutaste en Primera División?
Debuté en primera a los 16 años en Fútbol Club. Ahí arranqué. Fue en el año 1998. Tuve un año de quinta división y al otro año debuté en Primera.

¿Te enteraste el mismo domingo o en la semana?
El “Vasco” ya me conocía y cuando arrancó la pretemporada ya me empezó a poner en los partidos amistosos. Creo que hubo un torneo preparación en Calaveras y debuté ahí. Hice un gol y ya no salí más. Tuve la suerte de tener un técnico que me bancara y ya desde el inicio de año empecé a jugar. No tuve esa sorpresa, esa semana y no me di cuenta porque cuando vas a jugar los amistoso vas y listo.

¿Cómo llegas a Juventud Unida y porque se te tiene identificado con el Club?
A Juventud llegue en el año 2003 cuando regresa a la liga. En el año 2000, Fútbol Club no me deja jugar y entonces pido el pase libre. Al no dejarme jugar, en 2001 y 2002 voy a Maderense. Luego en 2003 cuando Juventud vuelve, empiezo a jugar en el Club. Hay un dicho que dice que uno no elige donde nacer, sino donde vivir. Así fue lo mio. En Juventud jugué cosas muy importantes y los hinchas me la hicieron saber. Saben lo que yo quiero al Club y que soy hincha del mismo. Desde chico también estuve en el Club. Porque la escuela “Miguel Marcos” entrenaba en la cancha de Juventud. Nosotros disputábamos los amistosos ahí. Juventud estuvo cerca de mí siempre. De mi barrio lo tengo a cuatro cuadras. Cruzaba el campo e iba a ver los partidos. Juventud tiene un sentido de pertenencia muy grande en mi vida. Desde el lugar que me toca, siempre quiero ayudarlo.

¿En cuánto equipos jugaste en tu carrera?
Jugué en cinco. Fútbol Club, Maderense, Juventud Unida, Atlético MC y Calaveras.

Si tenes que elegir un año. ¿Cuál elegís y por qué?
Uff…en el 2006, porque se llegó a la final y se dejó en semifinales. La cancha explotaba de gente y el Club estaba revolucionado. El 2008, también es importante porque salí goleador del torneo y se estuvo cerca desde lo grupal. También en 2011 cuando estuve en Atlético MC. No sé, es complicado elegir uno. Pero te nombre esos tres años, porque fueron tres grandes equipos. Obvio que jugar una final con Juventud y dejar en semifinales a “Fobal” fue alucinante.

Jugar la final y ser goleador de un certamen. ¿Fueron las mayores alegrías que te dio el fútbol?
Se puede decir que sí. Fueron dos años muy lindos. Mejor dicho, fueron años muy lindos para el Club. Juventud era protagonista y tenía grandes equipos. Le faltó esa cuota de suerte que a veces se necesita para ser campeón. Pero te repito, fueron años hermosos.

Después de esos años. ¿Por qué le costó casi una década al Club meterse nuevamente en la conversación?
Los equipos cada vez se refuerzan mejor y la liga es cada vez más competitiva. Juventud no mantuvo una base que le dio tanto al Club, retenerlo e ir llevándolos con jugadores propios. Por ahí abusó de traer jugadores y al no rendir, no se traían más. Eso hacía que los jugadores locales jugarán, debutaran y hacían un campeonato solo. Sin jugadores con experiencias y elemental tener jugadores de esta forma.
Ojo también es difícil mantener un equipo competitivo, por la situación económica y los chicos se te van a estudiar. No los tenes y cuesta traerlos. Es un conjunto de situaciones. Cuando pegas una buena camada de chicos y se acierta en los refuerzos. Si uno es serio a la hora de trabajar, ahí se logran los objetivos. Años anteriores no se lograba eso y pasaba eso de que Juventud no se metía en la conversación. Cuesta, pero es algo que debemos mantener nosotros como comisión y como cuerpo técnico.

A pesar de los resultados, se veía al hincha muy seguidor. ¿Cómo es el hincha de Juventud?
La gente de Juventud es muy seguidora. Siempre esta con el Club a pleno. El hincha es un tipo muy pasional. Además jugar bien y ganar, le gusta que dejen todo. Que quede la última gota de transpiración dentro de la cancha. Que los jugadores se involucren con el Club. Adonde ven eso, se sienten satisfecho y son de esas exigencias. Que dejen todo por la camiseta.

¿Cuál fue tu mayor tristeza dentro del fútbol?
La lesión que tuve en 2012 jugando para Calaveras. Me rompí el tendón de Aquiles. Fue un momento triste. Estuve un año afuera sin jugar y fue lo más doloroso que tuve en el fútbol.

¿Pensaste en algún momento abandonar el fútbol?
Jamás se me pasó abandonar. Sabía que tenía que recuperarme y volver. El traumatólogo ni bien me atendió me dijo; yo te operó, vos te recuperas y volves a jugar. Eso me ayudó a no pensar mucho y solamente enfocarme en la recuperación.

Si tenes que hacer un podio de tus goles. ¿Cuál elegís y por qué?
El primero, en 2008. Cancha de Juventud Unida a Estudiantes. Fue de taco a “Lucho” Gentili. El segundo, en el clásico de Mones Cazón. Definí por arriba de Lede. El tercero, el último gol que hizo en mi carrera, ante Fútbol Club como visitante.

¿Por qué elegiste ser entrenador?
La verdad que no sé porque elegí ser entrenador. (Risas). Por seguir ligado al fútbol. La realidad es que me apasiona. La circunstancia de Juventud dio a que yo sea entrenador. Me gusta intento ayudar al Club. Tuve entrenadores en mi carrera, que también hicieron que me guste esta parte.

¿Es complicado cambiar el chip de jugador a entrenador?
La verdad que sí. Es complicado cambiar el chip de jugador a entrenador. Yo todavía pienso que soy jugador. El compañero que tuve y hoy es mi dirigido, a veces me cuesta cambiar la forma de ser. Como explicarlo, capaz que como compañero se lo decís y lo entienden. Como entrenador capaz que no. Ahí es donde más me costó el cambio. Pase de ser compañero al otro año a ser el técnico. Pero son los roles y a veces uno comunica lo que le parece lo mejor para el equipo. Igual yo venía siendo técnico en inferiores.

Me decís que aún pensas que sos jugador… ¿Alguna vez se te cruzó ponerte entre los 16? (Risas)
No. (Risas) Imposible. Tuve dos entrenadores que hicieron eso. El “Vasco” Sarasibar y el “Pato” Lamanna también. En 2006, habíamos limpiado tarjetas en el Petit para jugar semifinales y faltaban muchos jugadores. Volvió a jugar contra San Martín. No lo haría, porque para eso entreno jugadores en cantidad y yo desde mi lugar, como entrenador.

Si viene alguien de afuera y tenes que explicarle el clásico de Henderson. ¿Qué le decís?
Es un clásico que va más allá de lo futbolístico. Dentro de la sociedad, están bien marcadas las diferencias y hace que sea un clásico con mucha identidad. Eso hace que sea muy atrapante.

El lunes, se sigue hablando…
Si, por supuesto. Tenemos amigos en la otra vereda y siempre se llega a la cargada. Sea a favor o en contra. Se habla una semana después y una antes del partido.

¿Cuál es el compañero más insoportable que tuviste?
Muchos. (Risas) Pero como el “Fino” Burgos no hay. La semana antes de los clásicos te levantaba todo. Un animal. Después para las maldades que se podía hacer, él estaba presente.

Cuándo jugabas. ¿Qué defensor preferías no cruzarte?
La pase bien con los defensores. Me molestaban los tiempistas, esos que están bien parado siempre. Por ejemplo Horacio Bianchi o Juan Luis Carrica. Esos dos me complicaban. No los encontrabas nunca mal parado. (Risas) Pero cuando me tocaba uno en la “lucha” o en lo físico era parejo. (Risas)

Si te dan a elegir como preferís ganar. ¿Ganar jugando bien o ganando como sea?
Ganar, ganar y ganar como sea.

De las ramas que se hablan en nuestro fútbol. ¿Cuál preferís? ¿Bilardo, Menotti o Bielsa?
Carlos Salvador Bilardo. Un adelantado. Pero te olvidaste de Bianchi. Pero Bilardo.

Si tenes que armar tu 11 inicial con jugadores que te han tocado jugar. ¿Cómo formaría el equipo de Fernando Urquiza?
Al arco Martín Odriozola. Centrales Luis Martín y José Moretti. Mariano Fernández y me falta un lateral. Lo pongo al “Fino” Burgos de tres. Conmigo juega en esa posición. En el medio Funes, Guagliarello y Borges. Arriba Locastro, Delfino y Abentín. Y si yo me tengo que poner, sacamos al “Fino” y defendemos con tres. (Risas)

¿Quién es tu ídolo local, nacional o internacional?

Mi ídolo es Gabriel Batistuta.

¿Qué has hecho en esta cuarentena que jamás hubieras hecho?
Hacer cosas de las casas. Arreglar puertas y limpiar el terreno de casa. He hecho cosas impensadas o la que miras para el costado. La primera etapa donde era cuando más estábamos encerrados, ahí aproveche. Difícil que lo hubiera hecho sino hubiera habido cuarentena. (Risas)

¿Extrañas más los domingos de fútbol o el día a día del mismo?
Extraño todo. Los domingos no parecen domingos. En la semana también cuesta llevarlo. En el grupo de comisión, en el cual también soy parte, hablamos de eso. De lo que cuesta llevar este proceso de estar sin lo que nos gusta hacer.

¿Qué es Juventud Unida y el fútbol en tu vida?
Juventud Unida y el fútbol es todo. Me ha hecho conocer mucha gente y muchos amigos. Me han hecho muy feliz y sentir muy activo. La verdad es que le debo mucho, trato de devolvérselo como puedo y lo mejor que puedo.

Foto: Mario Cencio