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Ezequiel Naser: "Yo veía lo que era la gente de Defensores conmigo por redes sociales. Pero lo que viví en persona fue una gran caricia al alma"



Edición número 67 de la nueva sección que brindamos en nuestra web con un protagonista que compone la Liga Pehuajense de Fútbol. Distendida, conociendo al protagonista desde otro lado. Es el momento de conocer a un delantero que se ganó el corazón del hincha de Defensores. Es el turno de Ezequiel Naser.


¿Dónde arrancaste a jugar al fútbol y por qué?
Arranqué en Defensores de Cambaceres a dedicarme exclusivamente al fútbol. Fue porque iba a ver a Cambaceres y pensaba en algún día poder jugar ahí. Gracias a Dios se dio.

¿Qué era jugar en el club que sos hincha?
La verdad que fue todo muy loco. Se dio todo muy de golpe. Fui a probarme sin nunca haberme ido a probar a ningún Club. Por vergüenza o por miedo a no quedar. Luego de estar en la liga de mi ciudad, armaron un grupo de jugadores sacando dos jugadores por equipo y fuimos hacer una prueba a River. La cual obviamente fue solo una gran experiencia. Si mal no recuerdo tenía 13 años y ahí decidí ir a probarme a Cambaceres. Lo cual me aterraba no quedar y demás. Pero bueno, gracias a Dios se dio y quedé en sexta división. Al año siguiente en quinta división, a mitad de año, tuve la suerte de ir a mi primera pretemporada con primera. Tenía 15 años. Muy chico era. Algo muy nuevo, completamente diferente a las inferiores con jugadores que tenían el doble de edad que yo. Fue un sueño cumplido. Obviamente para poder estar en el 11 o entre los 16 era muy pronto. Muy inmaduro, con tal solo un año y medio de inferiores imagínate. Nunca había hecho inferiores en ningún lado.

¿Llegaste a jugar en Primera?
Si, jugué cinco años en primera. Llegue a jugar quince partidos en B Metropolitana y después cuatro años en la C.

¿Se complicaba como delantero jugar en el ascenso?
Si, obviamente nunca deja de complicarse. Tenes miles de mañas que aprender. Uno como delantero enfrente de defensores de todas las edades. Mi pregunta era. ¿Cómo este loco con tantos años no me lo puedo pasar? ¿Cómo el árbitro no ve la piña en las costillas que me dio? y miles de cosas más. Con el tiempo uno se curte en el juego y va aprendiendo mañas que sufrió. Hasta por ahí mañas de uno mismo.

¿Cuál fue la mejor anécdota que te quedó?
Culminaba el torneo y al terminar el partido, ver cómo un hincha estaba colgado del alambrado y se cayó. La caída fue casi de 10 metros. Como cayó, se levantó y se volvió a subir como si nada. (Risas)

Si venia San Carlos y te quería llevar. ¿Tenía alguna chance?
En ese momento no. Imagínate que lo más quería era jugar contra San Carlos, por la rivalidad entre ambos equipos y por ser el clásico. Pero no sé me dio.

¿De Cambaceres venís a Defensores?
En “Camba” estuve 5 años. Por cuestiones económicas tuve que dejar el fútbol y empezar a trabajar. Después de un tiempo retomé, pero en la liga de mi ciudad, en 5 de Mayo. Club de mi barrio, después pasé a Piria y luego a la liga amateur. Ahí jugué en Estrella de Berisso, Sports Club de Magdalena, Lezama, Deportivo Chascomús, Unión Deportiva de Chascomús y Porteño. En Pehuajó, Defensores y Estudiantes.

¿Cómo llegas a nuestra liga y por qué a Defensores?
A Defensores llegó por Damián Soria. Me propone ir a “Defe”. Pero lamentablemente tuve que decirle que no. No porque no quiera, si no porque llevaba dos meses con una distensión de ligamentos interno y me quedaba un mes más de recuperación. Ahí arrancaba la rehabilitación y de más. Descarté esa chance, lo cual estuve muy triste, más de lo que estaba. Habrá pasado una semana y me volvió a llamar Damián, diciéndome que en Defensores me esperaban. Que me recuperará tranquilo y así poderme incorporar al equipo. Mi cabeza dio un giro y lo que más quería era recuperarme. Gracias a dios, después de tres meses y medio iba por un nuevo desafío.

¿Cuándo te paso eso de la lesión pensaste en dejar todo?
Me pasaron miles de cosas por la cabeza. Pero principalmente el bajón anímico. Me pasó justo en plena competencia jugando El Federal C y para variar me llamó Damián para ir a Pehuajó. Era una oportunidad que no sabía si se iba a volver a dar. Eso fue lo que incrementó el bajón.

Y que año ese 2015…
Ufff…ni en la mejor película me lo hubiera imaginado. Fue soñado.

¿Qué es lo más loco que te tocó vivir con los hinchas de Defensores?
La semifinal de vuelta contra Deportivo. Fue increíble el marco de gente que había en la cancha y cuando fuimos al vestuario, hicimos una nota en el vestuario y era increíble cómo se escuchaba la gente. Me fui a bañar y nunca dejó de escucharse la gente. Cuando termino de bañarme, mientras me cambiaba entra un hincha al vestuario y me dice, ¿Escuchas esa fiesta? le digo si y me dice, te están esperando a vos. Le digo no jodas. Cuando salgo fue inexplicable. Cada paso que di hasta la cantina eran abrazos, llantos, agradecimientos, fotos y cantos. Te juro que yo veía lo que era la gente conmigo por redes sociales. Pero lo que viví en persona ese día, eso sí que fue una gran caricia al alma.

Nadie dice que te trataron mal. Hoy con el tiempo. ¿Te arrepentiste de haber ido a Estudiantes?
No me arrepiento. Nadie me obligó a irme a Estudiantes. Se hizo más que polémico porque justo era el tridente campeón a que Estudiantes había roto el mercado. Para seguir sumando hacia no sé cuántos años que ambos equipos no estaban en la misma zona del Clasificatorio. Ese año se dio de estar en la misma zona y enfrentar a Defensores cuatro veces en el año. Clasificatorio y Petit. Lo peor fue tener que ir a la cancha de Defensores a tener que ganar sí o sí y justo me toca hacerle un gol. Obviamente no se festeja y justo se dio que empatamos la última fecha con Unión Defensores ganó y tuvimos que jugar en cancha de Deportivo un desempate para ver quién pasaba a semifinal. Dejamos afuera a Defensores. Imagínate lo que fue ese año para mí. Al finalizar el año, llegué a la conclusión, de que Defensores era mi lugar. Al año siguiente se dio la vuelta a casa.

¿Cuáles fueron los tres goles más importantes o más lindo para vos que hiciste en la LPF?
La final del 2015. Tercer partido contra Maderense en cancha de Deportivo. El gol de tiro libre fue el broche de ese año inolvidable.
El segundo gol contra Maderense nuevamente. Fue en el año 2017 como visitante. Mena me pone una pelota por arriba de la defensa, la empujé con la cabeza y de sobre pique de afuera del área remate. Pegó en el travesaño y pica adentro. Fue el 3 a 2.

Y el tercero año 2018. Semifinal contra Deportivo en cancha de Defensores. Venía de frente y de sobre pique se la cruce al arquero.

¿Cuál fue la patada más linda que te pegaron?
Año 2015 contra Empleados. Nosotros ya clasificados a semifinales y Empleados tenía que ganarnos e Independiente de Bolívar hacer lo propio ante Maderesne para así jugar un desempate entre ellos. El “4” de Empleados que no recuerdo el nombre, todo el primer tiempo en modo de broma diciéndome, “no te mates corriendo Naser damos una mano, ya están clasificados” Así casi todo el primer tiempo y yo en ningún momento me relajé. Hasta que se cansó. Y me dijo no te hablo más Naser, te saco de la cancha. Imagínate, le dije de todo menos lindo. (Risas) Seguí igual y en un cruce queda para trabar. Me olvidé de todo y fui a trabar obviamente legal. Me dejó toda la plancha en la tibia, hasta me agujereo la media y se me salíó la canillera. Fue terrible y de muy mala leche.

¿Cómo te la bancaste jugar casi todo el segundo semestre de 2018 lesionado?
Ufffff. Fue justo en el partido contra KDT de noche. Ese que ganamos y clasificamos. Me fisuré el dedo meñique del pie izquierdo. Faltaban dos fechas. Al siguiente jugué en un pie y la última me guarde para estar bien para las semi. El traumatólogo me dijo que eran 30 días de reposo y era imposible. En sí, era posible, pero ni loco me perdía la mejor instancia y contra Deportivo. Así que fue por primera vez en mi vida que conocí la infiltración. La verdad que es mágica. (Risas) De no poder afirmar y correr, pase a estar 100%. El problema era el lunes para ir a trabajar. Mamá querida que dolor. (Risas) Así fue la segunda semifinales y las tres finales. No entrenaba, llegaba el fin de semana, me infiltraba y a la cancha. Lo peor llegó cuando juego la primera final contra Estudiantes, se me hizo una úlcera en el pie, en la parte de arriba y día a día empeoraba. Faltaba la segunda final y ganando forzábamos la tercera. Se dio el desempate, pero amanecí con el pie muy hinchado y con infección. No me podía calzar. No iba a poder jugar. Esa era la realidad. Me drenaron con masajes la herida, lo que más quería era poder calzarme el botín para jugar y pude calzármelo. Le tuve que cortar los cordones a los botines para que entren. (Risas) Gracias a Dios se nos dio nuevamente el campeonato. Paso a segundo plano el pie ese día.

Festejos con ojotas…

(Risas) No, zafé. La infiltración tiró hasta el final del día. (Risas)

Si tenes que armar tu 11 inicial con jugadores que te han tocado compartir equipo. ¿Cómo formaría el equipo de Ezequiel Naser?
Tolosa, Zanabria, Pospisil, Amoroso, Ortellado, Mena, Soria, Viceconte, Ayende, Locastro y Lucas Fernández.

¿Te costó tomar la decisión de dejar Defensores?

Si. Sinceramente necesitaba un cambio de aire. El desgaste para los que venimos de afuera es más grande. Se viven fiestas los domingos en la cancha. Es incomparables. La liga es hermosa. Pero los cambios de aire muchas veces son necesarios y le hacen bien a uno mismo.

¿Qué es lo que más se extraña del domingo?

Las horas previas al partido. Preparar el bolso, las cábalas, los rezos, la familia atrás del alambre y jugar.

¿Qué es el fútbol en tu vida?
Un cable a tierra sin dudas. La mejor terapia.