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Javier Amoroso: "Jugué en los mejores equipos y tengo dos millones de amigos. Más no puedo pedir."



Edición número 64 de la nueva sección que brindamos en nuestra web con un protagonista que compone la Liga Pehuajense de Fútbol. Distendida, conociendo al protagonista desde otro lado. Es el momento de conocer a uno de los mejores jugadores de los últimos 20 años de la liga. Es el turno de Javier Amoroso.

¿Dónde arrancaste a jugar al fútbol y por qué?
Arranqué en Estudiantes a los 7 años. Me llevó Hugo Pizzarro que es primo de mi vieja. Me llevaba a los entrenamientos de la selección de Pehuajó en cancha de Defensores. Yo estaba chocho. (Risas)

¿Le pateabas vos a Hugo o Hugo te pateaba a vos?
(Risas) Nada de eso. Él me pasaba a buscar por mi casa y yo lo esperaba sentado en el tapial cambiado para ir. Algún tiro capaz que le patee. (Risas)

¿Hiciste todas las inferiores en Estudiantes?
Si, y pude salir campeón en todas las divisiones. Desde séptima hasta primera división.

¿Cómo fue tu paso por Independiente?
Fue muy lindo. Fue en el año 97 y 98. Fue una experiencia inolvidable y jugué siempre de titular.

¿Se complicaba vivir lejos de Pehuajó y sin tanta tecnología como hay ahora?
Si y mucho. Fue todo muy rápido. Me llamaron un jueves a la tardecita. Me dijeron que el viernes a las 8:30 de la mañana me tenía que presentar en el club con mis viejos. Yo no sabía qué hacer. Al otro sábado empezaba el campeonato. Me dejaron solo en Buenos Aires. No sabía para donde salir. (Risas)

¿Cómo fueron esos primeros días?
No quería saber nada. No había lugar en la pensión del Club y me mandaron a vivir a Sarandí. Solo tenía que tomar un micro para ir a entrenar. (Risas) Los primeros días me iba en remis. Hasta que me largue solo. A los pocos días me mandan a dos compañeros que llegaban de Uruguay. Era Diego Forlán y el hijo de Pablo Bengoechea. El que jugaba en Peñarol.

¿Tuviste relación con Forlán?
Si, vivimos juntos con dos chicos más de Trenque Lauquen. Si mal no recuerdo el apodo “Cachavacha” se lo puso el “Negro” Molina que hoy vive en Trenque Lauquen.

¿Cobró derecho de autor por el apodo?
(Risas) La última vez que fui a jugar a Trenque Lauquen con KDT, por el Torneo del Interior y fue el “Negro” a la cancha a verme. Le ponía sobrenombres a todos. (Risas)

¿Cuál es la mejor anécdota que te quedó por ese paso por Independiente?
Cuando jugamos el clásico con Racing. El “Tapón” Gordillo era el entrenador. Nos estábamos cambiando, entró el plantel de primera y se me sentó de un lado el “Gringo” Scoponi y del otro Burruchaga. No me podía poner las medias de los nervios. Encima justo había ido mi familia. No me entraba más felicidad en mi cuerpo. (Risas) Ganamos 4 a 1. Fue inolvidable.

¿Por qué regresaste?
En diciembre nos dejan a todos libres. Entró un técnico nuevo que venía de México y no dejo a nadie. Ahí me vine para Pehuajó y no quise ir a otro lado. Era muy complicado todo.

Me dijiste que de séptima a Primera jugaste en Estudiantes. ¿Cómo fue salir campeón en 2007?
Salir campeón con Estudiantes en el 2007 fue muy lindo. Ese año la peleamos mucho con el “Chiqui” (Cignoli) en la primer ronda y después agarra el “Tío” (Iglesias) Fue muy lindo para mí.

¿Qué recordas de esa serie contra Progreso?
Todo recuerdo. Progreso tenía un gran equipo y muchos jugadores de afuera. Me acuerdo que el primer partido del campeonato en Paso, Progreso nos mató. Después le ganamos todos los otros partidos. Las dos finales fueron tremendas.

Desde 2005 a 2019. ¿A cuántos Petit faltaste, cuantas semifinales jugaste, cuantas finales jugaste y cuantos títulos ganaste?
Creo que en 2006 no jugué Petit, después todos. Catorce semifinales. Seis finales y gane títulos. 2007 con Estudiantes. 2017 con KDT. 2015 y 2018 con Defensores. Perdí la del año pasado y 2008 con Estudiantes.

¿Qué se siente al ver esos números?
Muy contento. Tengo 40 años y jugar estos tres últimos años finales es muy lindo. Me hubiese gustado terminar el último partido jugando y no de la manera que terminé.

¿Hay un año más?
No sé. Que pregunta. (Risas) No sé qué contestarte.

¿Fue la lesión más dura en tu carrera esta que te pasó en la final con Huracán?
Si y podría haber terminado peor. Hoy gracias a dios estoy bien. Pero no quiero lastimarme del todo. Tengo otra vida también y hay que pensar en todo.

¿Cuál es la mejor patada que pegaste en tu carrera?
Ufff. (Risas) Creo que fue contra Bull Dog en 2006. Me echaron a los diez del primer tiempo.

Bien, tranquilo… (Risas)
“Chimango” Fernández me hace un sombrero y le di en la boca del estómago. Pobre, lo tuvieron que sacar, no le entraba aire por ningún lado. Casi me matan afuera. (Risas)

¿Y la mejor que te dieron?
Gracias a dios patadas no me dieron. (Risas)

Si te dan a elegir… ¿Jugar de “5” o en la ratonera?
De “5”, siempre me gustó. Ahora no puedo. (Risas)

¿Quién es tu ídolo local, nacional o internacional?

No tengo un ídolo. Me gusta ver a muchos jugadores.

¿Si tenes que armar tu 11 inicial con jugadores que te han tocado compartir equipo. ¿Cómo formaría el equipo de Javier Amoroso?
Que pregunta esta también. (Risas) Esta te la debo, eso sí, el “Loco” (Locastro) arriba.

Qué es más difícil. ¿Marcarlo o tenerlo como compañero los últimos tres años?
(Risas) Tenerlo como compañero es lo mejor que te puede pasar. (Risas) Los que lo han tenido me van a saber entender. Es impresionante o que te divertís. Los entrenadores me van a putear. (Risas)

Decís que te divertís mucho. ¿Pasarías la cuarentena con él?
Esa te la contesto por privado. (Risas)

¿Te quedó algo pendiente en el fútbol?
No. Jugué en los mejores equipos y tengo dos millones de amigos. Más no puedo pedir.

¿Qué es el fútbol en tu vida?
Desde los 7 años hasta hoy, todo. No deje nunca de jugar. Después de todo esto veremos.