#Futbol

Luciano Lede: "Hasta que lo dejé, el fútbol, era una forma de vida. Ahora es el deporte más lindo del mundo"



Edición número 54 de la nueva sección que brindamos en nuestra web con un protagonista que compone la Liga Pehuajense de Fútbol. Distendida, conociendo al protagonista desde otro lado. Es el momento de conocer a uno de los mejores arquero que tuvo la liga. Es el turno de Luciano Lede.


¿Dónde arrancaste a jugar al fútbol y por qué?
Arranque en Empleados de Comercio cuando era muy chiquito. Mi viejo me llevó, arrancamos primero jugando con los “baby” y después se dio.

¿Siempre fuiste arquero o jugabas en el centro?
Sí. Una sola vez no jugué de arquero. Me acuerdo que tenía 15 años y ya jugaba en Primera. Jugaba en el C.E.F, un equipo acá en Bolívar y el día anterior me llamaron para jugar en inferiores. Quería jugar al centro y jugué de delantero.

¿Jugaste de “9” o por afuera? ¿Qué calificación te das de ese día? (Risas)
Siempre me gustó jugar con los pies. Jugué un poco más atrás. No bien de punta. Me salió todo redondito. Hice dos goles. (Risas) Igualmente fue ese día y nunca más. El puesto de arquero me gusto demasiado desde chiquito y ahora aún más. Así que no lo cambio por nada.

Muy buen debut y despedida...
Fue así, porque al otro día que se enteraron que jugué en inferiores desde el Club me querían matar. (Risas) Ahora he jugado al centro pero en fútbol senior. Pero nada más.

Para aquel chico que lea la nota y no te vio atajar. ¿Cómo quien atajaba Luciano Lede?

No sé. Yo de muy chico, era muy fanático del “Pato” Fillol. Pero miraba al “Loco” Gatti. Después uno va cambiando. A mí me toco llegar a la liga de Pehuajó en mis últimos años de carrera. Me gustaba jugar mucho con los pies. Bastante salidor, me gustaba el juego aéreo. Después fui cambiando. Con el pasar de los años, salía un poco menos, trataba de achicar lo que más podía y se va jugando con la experiencia. También me gustaba muchísimo el “Mono” Burgos. No era un arquero que vos digas, que claro que es para atajar, pero me encantaba como se desempeñaba en el arco.

¿A qué edad debutaste en Primera? ¿Qué recordas de ese día?

A los 15 años debuté, fue en el C.E.F., un Club que se había armado. Ruben Viñola que era mi preparador físico en Empleados en su momento, me dijo si quería ir para ese equipo a pelear un puesto. En Empleados, donde había nacido tenía un gran referente que era “Chupe” Biscardi y ese momento no había posibilidades. Como todo chico, con ganas y con todo el profesionalismo que se podía dar, decidí irme allá. Recuerdo ese día con mucha alegría, porque era lo que uno estaba peleando, que era jugar en primera. No tuve nada de nervios, si estaba muy feliz. El fútbol debes tomarlo como un deporte. Cuando son más viejo renegas un poco más.

¿En cuántos equipos jugaste en tu carrera?
Si te digo ahora no me acuerdo. (Risas) Jugué en muchos equipos. Imagínate que jugué desde los quince años hasta los cuarenta. Te soy sincero, me hubiera gustado jugar un poquito más. Las cosas de la vida, lesiones o trabajo tuve que decirle basta. Unos cuantos clubes, unas cuantas ciudades y viendo hoy todo eso, soy muy feliz.

25 años de carrera... ¿Que sentís al escuchar o ver ese número?
Al escuchar o verlo se mueve un poco todo. Al que siente el fútbol creo que le pesa esto. Desde que era chiquito que fui con mi viejo a la cancha y que me acompaño hasta el último dia que estuve jugando, es un orgullo y una emoción. Y te repito, deje de jugar por trabajo y por una lesión. Nunca tuve una lesión, casi a los 40 la tuve y no me ayudaba en nada seguir jugado. Y por eso, tuve que aflojar. Haber atajado veinticinco años es un orgullo enorme.

Me decís que hubieras seguido jugando... ¿Dolió mucho tomar la decisión de jugar a pesar de saber lo de la lesión?
Te cuento que me pasaba también. Yo soy de la antigua legión. Hoy es muy difícil, cambian los momentos, los lugares los tiempos, la gente los jugadores. El que es grande como yo y la lee se da cuenta. Soy de los que me gustaba entrenar muchísimo. Las cosas en la vidas tenes que hacerla seria y yo soy de esa época. Me enseñaron que no había que regalar nada y siempre había que pelear por un lugar. Después yo dejo de jugar por una cuestión laboral. Yo soy profesor de educación física y me salió la oportunidad de ser preparador físico de vóley profesional. Entonces tenía que pensar en las dos cosas y pensé en el trabajo en ese momento. Después la lesión fue dura. Se me rompe la articulación del tobillo y me tuvieron que operar. Todavía sigo despuntando el vicio. Pero lo tengo que hacer con más cautela. Dos por tres cuando hablo con los profes donde trabajaba y soy hincha, por supuesto que me dan ganas de volver. Pero el tiempo pasa para todos. No tienen que darme a mí un lugar por un chico, si no tengo que ir a sumar, de divertirme y nada más.

¿Cuál fue la alegría más grande que te dio el fútbol?

Alegrías tuve muchas. Como también decepciones. El fútbol no es todo color de rosa. Tuve muchos momentos muy buenos. De haber jugado a un nivel casi profesional. La alegría más grande fue haber compartido esta pasión con mi viejo y con mi hijo. Haber compartido cancha con ellos es hermoso. La relación que te deja el fútbol con la gente, con los dirigentes, con los jugadores y que a la larga muchos terminan siendo amigos. Es un deporte, se hace competitivo y profesional pero con los años van quedando ellos, los amigos.

¿Qué fue Barracas Bolívar?
Barracas marcó una de las grandes alegrías que me dio el fútbol. Ser campeón y ascender con el Club de tu ciudad a nivel de AFA fue increíble. Que la ciudad y los alrededores te siguieran fue grandioso. Un gran grupo humano que se coronó como se merecía. Igualmente las distintas épocas de la vida me fue marcando con distintos equipos. Tengo con Empleados de Comercio en el 96 haber salido subcampeón de la provincia. Yo era muy chico y Néstor Ducasse me dio la posibilidad y fui el arquero de ese campeonato. Haber jugado el Argentino A con Huracán de Tres Arroyos y llegar a una final. En Deportivo Roca. Grandes equipos de Olavarría. Tuve grandes desafíos en distintas época de mi vida futbolística.

Complicado si te pido cual tu foto de tu carrera...
Esa imagen es cuando era muy chico. No sé si tendría 8 años. Defendiendo los colores de Empleados en la cancha de Alem y estoy volando a buscar la pelota. No me preguntes si entro o no. Pero a esa edad y tener una foto así, para mí fue todo un orgullo.

¿Fuiste compañero de Rodrigo Palacios en Huracán?
No. Cuando yo me voy de Huracán para Cipoletti, Rodrigo me parece que vino al otro año. Tuve grandes compañeros y uno que van a conocer, que jugó la liga de Pehuajó es él “Indio” Guevara. Un tipo muy profesional. Daba ganas ser compañero de él.

¿Cuál fue la cancha más difícil que te toco visitar?
A nivel de la provincia de Buenos Aires, las del ascenso con Barracas fueron complicadas. Cuando tenías que entrar a la cancha, se complicaba el acceso para nosotros y para nuestros familiares. Cuando ascendimos fue durísimo. A nivel país fueron dos raras. La de General Paz Junior. Jugábamos la final contra ellos y nos hicieron entrar por la tribuna local. Y después climatológicamente me tocó jugar en Caleta Olivia. Siempre decían que el viento era peligrosísimo y era cierto. Me acuerdo que teníamos que sacar como si fuera fútbol americano. Uno sosteniendo la pelota y él otro le pegaba de abajo. Pero sin dudas, las canchas más difícil fueron las del ascenso. Hay una anécdota que fuimos a jugar y había un rubio que estaba subido al alambrado poniendo las banderas. Preguntábamos quien era y era el “Lobo” Cordone. De ahí, imagínate las barras que había. Las canchas, los alambrados muy cerquitas y los vestuarios que no podías entrar.

En el 2009 fuiste elegido el mejor jugador de nuestra liga. ¿Qué se siente que tus pares te elijan? Más un arquero y con los jugadores que tuvo ese año el campeón.
Eso fue un honor, un halago, un regalo. Tantos años de jugar y me agarro de grande. (Risas) Igualmente, ese año tendría que haber sido todo Independiente.

¿En el segundo partido de la final, llegaste a la mitad de la cancha y pediste tirar un tiro libre?
(Risas) No. Trate de dar una indicación a donde patear. Igualmente lo podría haber pedido. Cuando entraba a la cancha, no jugaba para el show, sino que era mucho de hablar con mis compañeros o con el contrario. Pero siempre con respeto.

Estabas tranquilo con Pagano, Sanchez, Gallego y Chiminelli ¿O tenías miedo que te golpeen también?

Me sacó el sombrero con esos cuatro y con los demás que estaban. Ellos no me conocían a mí lo insoportable que era adentro de la cancha. Fue un campeonato terrible. Podíamos tener nuestras diferencias afuera de la cancha, pero adentro no puedo decir nada. Esos cuatro monstruos, como cuatro más que le tocaban estar afuera que eran más chicos en el Club. Pero agradecidos a ellos que bancaron y me soportaron hablando tanto. Encima teníamos un adelantado como Berciano que veía los partidos de los rivales, planificaba y mandaba a hacer marcas personales. Ojo, igualmente con esos cuatros en la defensa tenías que levantar las piernas. (Risas)

Solo le faltó coronarse con un título a ese Independiente. Digo por los tres años sumados el TDI
La verdad que sí y así es el fútbol. Se nos podría haber dado en la cancha de Deportivo. Igualmente coronamos un largo camino con el Torneo del Interior. Con mucho sacrificio por el lado de los dirigentes con Guillermo Basso a la cabeza, Berciano en el cuerpo técnico y nosotros aportando nuestro granito de arena. Lo hicimos casi todo a pulmón. Se logró hacer un campeonato muy bueno y competir contra grandes equipos.

¿Cuál fue el gol que te encantaría borrar de tu carrera que te convirtieron?

Es complicado eso. El arquero que te diga que no tiene goles tontos, te está mintiendo. El puesto de arquero es el más ingrato. Podes sacar dos o tres pelotas infernales, pero no define un partido. Te pueden agarrar un segundo mirando cualquier cosa, le sacas la mirada o que se va afuera y la vas a buscar adentro. Tuve un par de goles tontos. (Risas)

¿Se hace complicado para un arquero buscar la motivación cuando es suplente?
En todo puesto la motivación cuando es suplente es complicado. Uno tiene que entender que cuando aceptas de minuto cero estar en el plantel, tiene que aguantar hasta que pase. El puesto de arquero es complicado porque si no pasa una fatalidad, lesión o expulsión no jugas. Pero como tiene todo eso ingrato para mí es el puesto más lindo.

¿Te ibas contento igual si tu equipo ganaba y te convertían? O eras de los que se iba contento solo si terminaban su valla en 0.
Sería muy egoísta. Me iba contento si pasaba lo mejor con el equipo.


¿Qué es lo que más extrañas del fútbol?
Extraño la semana de entrenamiento, chicanear con los compañeros, el día a día y el vestuario.

¿Te quedó algo pendiente?
No me puedo quejar de la carrera que tuve. Pero me hubiera gustado ser profesional. Estuve ahí, pero no se dio. Somos muchos jugadores que deseamos lo mismo y el cupo no es para todos.

¿Qué es el fútbol en tu vida?

¿Dónde arrancaste a jugar al fútbol y por qué?
Arranque en Empleados de Comercio cuando era muy chiquito. Mi viejo me llevó, arrancamos primero jugando con los “baby” y después se dio.

¿Siempre fuiste arquero o jugabas en el centro?
Sí. Una sola vez no jugué de arquero. Me acuerdo que tenía 15 años y ya jugaba en Primera. Jugaba en el C.E.F, un equipo acá en Bolívar y el día anterior me llamaron para jugar en inferiores. Quería jugar al centro y jugué de delantero.

¿Jugaste de “9” o por afuera? ¿Qué calificación te das de ese día? (Risas)
Siempre me gustó jugar con los pies. Jugué un poco más atrás. No bien de punta. Me salió todo redondito. Hice dos goles. (Risas) Igualmente fue ese día y nunca más. El puesto de arquero me gusto demasiado desde chiquito y ahora aún más. Así que no lo cambio por nada.

Muy buen debut y despedida...

Fue así, porque al otro día que se enteraron que jugué en inferiores desde el Club me querían matar. (Risas) Ahora he jugado al centro pero en fútbol senior. Pero nada más.

Para aquel chico que lea la nota y no te vio atajar. ¿Cómo quien atajaba Luciano Lede?

No sé. Yo de muy chico, era muy fanático del “Pato” Fillol. Pero miraba al “Loco” Gatti. Después uno va cambiando. A mí me toco llegar a la liga de Pehuajó en mis últimos años de carrera. Me gustaba jugar mucho con los pies. Bastante salidor, me gustaba el juego aéreo. Después fui cambiando. Con el pasar de los años, salía un poco menos, trataba de achicar lo que más podía y se va jugando con la experiencia. También me gustaba muchísimo el “Mono” Burgos. No era un arquero que vos digas, que claro que es para atajar, pero me encantaba como se desempeñaba en el arco.

¿A qué edad debutaste en Primera? ¿Qué recordas de ese día?
A los 15 años debuté, fue en el C.E.F., un Club que se había armado. Ruben Viñola que era mi preparador físico en Empleados en su momento, me dijo si quería ir para ese equipo a pelear un puesto. En Empleados, donde había nacido tenía un gran referente que era “Chupe” Biscardi y ese momento no había posibilidades. Como todo chico, con ganas y con todo el profesionalismo que se podía dar, decidí irme allá. Recuerdo ese día con mucha alegría, porque era lo que uno estaba peleando, que era jugar en primera. No tuve nada de nervios, si estaba muy feliz. El fútbol debes tomarlo como un deporte. Cuando son más viejo renegas un poco más.

¿En cuántos equipos jugaste en tu carrera?
Si te digo ahora no me acuerdo. (Risas) Jugué en muchos equipos. Imagínate que jugué desde los quince años hasta los cuarenta. Te soy sincero, me hubiera gustado jugar un poquito más. Las cosas de la vida, lesiones o trabajo tuve que decirle basta. Unos cuantos clubes, unas cuantas ciudades y viendo hoy todo eso, soy muy feliz.

25 años de carrera... ¿Quesentís al escuchar o ver ese número?
Al escuchar o verlo se mueve un poco todo. Al que siente el fútbol creo que le pesa esto. Desde que era chiquito que fui con mi viejo a la cancha y que me acompaño hasta el último dia que estuve jugando, es un orgullo y una emoción. Y te repito, deje de jugar por trabajo y por una lesión. Nunca tuve una lesión, casi a los 40 la tuve y no me ayudaba en nada seguir jugado. Y por eso, tuve que aflojar. Haber atajado veinticinco años es un orgullo enorme.

Me decís que hubieras seguido jugando... ¿Dolió mucho tomar la decisión de jugar a pesar de saber lo de la lesión?
Te cuento que me pasaba también. Yo soy de la antigua legión. Hoy es muy difícil, cambian los momentos, los lugares los tiempos, la gente los jugadores. El que es grande como yo y la lee se da cuenta. Soy de los que me gustaba entrenar muchísimo. Las cosas en la vidas tenes que hacerla seria y yo soy de esa época. Me enseñaron que no había que regalar nada y siempre había que pelear por un lugar. Después yo dejo de jugar por una cuestión laboral. Yo soy profesor de educación física y me salió la oportunidad de ser preparador físico de vóley profesional. Entonces tenía que pensar en las dos cosas y pensé en el trabajo en ese momento. Después la lesión fue dura. Se me rompe la articulación del tobillo y me tuvieron que operar. Todavía sigo despuntando el vicio. Pero lo tengo que hacer con más cautela. Dos por tres cuando hablo con los profes donde trabajaba y soy hincha, por supuesto que me dan ganas de volver. Pero el tiempo pasa para todos. No tienen que darme a mí un lugar por un chico, si no tengo que ir a sumar, de divertirme y nada más.

¿Cuál fue la alegría más grande que te dio el fútbol?

Alegrías tuve muchas. Como también decepciones. El fútbol no es todo color de rosa. Tuve muchos momentos muy buenos. De haber jugado a un nivel casi profesional. La alegría más grande fue haber compartido esta pasión con mi viejo y con mi hijo. Haber compartido cancha con ellos es hermoso. La relación que te deja el fútbol con la gente, con los dirigentes, con los jugadores y que a la larga muchos terminan siendo amigos. Es un deporte, se hace competitivo y profesional pero con los años van quedando ellos, los amigos.

¿Qué fue Barracas Bolívar?

Barracas marcó una de las grandes alegrías que me dio el fútbol. Ser campeón y ascender con el Club de tu ciudad a nivel de AFA fue increíble. Que la ciudad y los alrededores te siguieran fue grandioso. Un gran grupo humano que se coronó como se merecía. Igualmente las distintas épocas de la vida me fue marcando con distintos equipos. Tengo con Empleados de Comercio en el 96 haber salido subcampeón de la provincia. Yo era muy chico y Néstor Ducasse me dio la posibilidad y fui el arquero de ese campeonato. Haber jugado el Argentino A con Huracán de Tres Arroyos y llegar a una final. En Deportivo Roca. Grandes equipos de Olavarría. Tuve grandes desafíos en distintas época de mi vida futbolística.

Complicado si te pido cual tu foto de tu carrera.

Esa imagen es cuando era muy chico. No sé si tendría 8 años. Defendiendo los colores de Empleados en la cancha de Alem y estoy volando a buscar la pelota. No me preguntes si entro o no. Pero a esa edad y tener una foto así, para mí fue todo un orgullo.

¿Fuiste compañero de Rodrigo Palacios en Huracán?
No. Cuando yo me voy de Huracán para Cipoletti, Rodrigo me parece que vino al otro año. Tuve grandes compañeros y uno que van a conocer, que jugó la liga de Pehuajó es él “Indio” Guevara. Un tipo muy profesional. Daba ganas ser compañero de él.

¿Cuál fue la cancha más difícil que te toco visitar?

A nivel de la provincia de Buenos Aires, las del ascenso con Barracas fueron complicadas. Cuando tenías que entrar a la cancha, se complicaba el acceso para nosotros y para nuestros familiares. Cuando ascendimos fue durísimo. A nivel país fueron dos raras. La de General Paz Junior. Jugábamos la final contra ellos y nos hicieron entrar por la tribuna local. Y después climatológicamente me tocó jugar en Caleta Olivia. Siempre decían que el viento era peligrosísimo y era cierto. Me acuerdo que teníamos que sacar como si fuera fútbol americano. Uno sosteniendo la pelota y él otro le pegaba de abajo. Pero sin dudas, las canchas más difícil fueron las del ascenso. Hay una anécdota que fuimos a jugar y había un rubio que estaba subido al alambrado poniendo las banderas. Preguntábamos quien era y era el “Lobo” Cordone. De ahí, imagínate las barras que había. Las canchas, los alambrados muy cerquitas y los vestuarios que no podías entrar.

En el 2009 fuiste elegido el mejor jugador de nuestra liga. ¿Qué se siente que tus pares te elijan? Más un arquero y con los jugadores que tuvo ese año el campeón.
Eso fue un honor, un halago, un regalo. Tantos años de jugar y me agarro de grande. (Risas) Igualmente, ese año tendría que haber sido todo Independiente.

¿En el segundo partido de la final, llegaste a la mitad de la cancha y pediste tirar un tiro libre?

(Risas) No. Trate de dar una indicación a donde patear. Igualmente lo podría haber pedido. Cuando entraba a la cancha, no jugaba para el show, sino que era mucho de hablar con mis compañeros o con el contrario. Pero siempre con respeto.

Estabas tranquilo con Pagano, Sanchez, Gallego y Chiminelli ¿O tenías miedo que te golpeen también?
Me sacó el sombrero con esos cuatro y con los demás que estaban. Ellos no me conocían a mí lo insoportable que era adentro de la cancha. Fue un campeonato terrible. Podíamos tener nuestras diferencias afuera de la cancha, pero adentro no puedo decir nada. Esos cuatro monstruos, como cuatro más que le tocaban estar afuera que eran más chicos en el Club. Pero agradecidos a ellos que bancaron y me soportaron hablando tanto. Encima teníamos un adelantado como Berciano que veía los partidos de los rivales, planificaba y mandaba a hacer marcas personales. Ojo, igualmente con esos cuatros en la defensa tenías que levantar las piernas. (Risas)

Solo le faltó coronarse con un título a ese Independiente. Digo por los tres años sumados el TDI
La verdad que sí y así es el fútbol. Se nos podría haber dado en la cancha de Deportivo. Igualmente coronamos un largo camino con el Torneo del Interior. Con mucho sacrificio por el lado de los dirigentes con Guillermo Basso a la cabeza, Berciano en el cuerpo técnico y nosotros aportando nuestro granito de arena. Lo hicimos casi todo a pulmón. Se logró hacer un campeonato muy bueno y competir contra grandes equipos.

¿Cuál fue el gol que te encantaría borrar de tu carrera que te convirtieron?
Es complicado eso. El arquero que te diga que no tiene goles tontos, te está mintiendo. El puesto de arquero es el más ingrato. Podes sacar dos o tres pelotas infernales, pero no define un partido. Te pueden agarrar un segundo mirando cualquier cosa, le sacas la mirada o que se va afuera y la vas a buscar adentro. Tuve un par de goles tontos. (Risas)

¿Se hace complicado para un arquero buscar la motivación cuando es suplente?
En todo puesto la motivación cuando es suplente es complicado. Uno tiene que entender que cuando aceptas de minuto cero estar en el plantel, tiene que aguantar hasta que pase. El puesto de arquero es complicado porque si no pasa una fatalidad, lesión o expulsión no jugas. Pero como tiene todo eso ingrato para mí es el puesto más lindo.

¿Te ibas contento igual si tu equipo ganaba y te convertían? O eras de los que se iba contento solo si terminaban su valla en 0.
Sería muy egoísta. Me iba contento si pasaba lo mejor con el equipo.

¿Qué es lo que más extrañas del fútbol?
Extraño la semana de entrenamiento, chicanear con los compañeros, el día a día y el vestuario.

¿Te quedó algo pendiente?
No me puedo quejar de la carrera que tuve. Pero me hubiera gustado ser profesional. Estuve ahí, pero no se dio. Somos muchos jugadores que deseamos lo mismo y el cupo no es para todos.

¿Qué es el fútbol en tu vida?
Hasta que lo dejé, el fútbol, era una forma de vida. Ahora es el deporte más lindo del mundo.