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Santiago Bacas: "Respire fútbol desde que era chiquito y respirare fútbol hasta el último día de mi vida"



Edición número 50 de la nueva sección que brindamos en nuestra web con un protagonista que compone la Liga Pehuajense de Fútbol. Distendida, conociendo al protagonista desde otro lado. Es el momento de conocer a uno de los mejores delantero que tuvo la liga en los últimos 20 años. Seis titulos con tres clubes diferentes. Es el turno de Santiago Bacas.


¿Dónde arrancaste a jugar al fútbol y por qué?
Arranque en Pirovano en una escuelita cuando era muy chiquito. La escuelita se llamaba Chacarita Junior. Como todo chico arranque ahí. A los 10 u 11 años me fui a Empleados de Bolivar, porque aca no teníamos la posibilidad de tener un Club y ahí hice todas las inferiores

¿A qué edad y en qué año? ¿Qué te acordas de ese día?
Fue en el año 90 y tenía apenas 14 años. No me faltaba mucho para cumplir los quince. Un entrenador que estaba dirigiendo la primera de Empleados tuvo el coraje de llevarme al banco. En mi primera aparición en primera pude entrar. Me acuerdo que fue en el Municipal, en esa época Empleados no tenía cancha y fue ante el C.E.F de Bolívar. La realidad es que había jugado poquitos partidos en Reserva y me subieron rápido a primera. Estaba muy nervioso, era el debut y pude jugar quince o veinte minutos.

30 años no son nada Santiago, como el Mundial 90.
(Risas) Es cierto. Pero cuando uno hace inferiores el objetivo es llegar a primera. Cuando se arranca lo ves lejanos. Cuando vas pasando las diferentes categorías, uno se va dando cuenta si podes llegar o no por el propio recorrido. Las ilusiones cuando sos chico están intactas. El sacrificio, el cuidado y la pasión me llevo a poder debutar. Como me decís vos, fue en año de Mundial. Un Mundial que nos dejó marcado a todos los futboleros.

¿Cómo fue tu paso por San Lorenzo?

Fue una experiencia única. Tuve la suerte que él padre de un amigo de la infancia me llevara a probar. Fui a una prueba donde quede preseleccionado. Después estuve yendo dos o tres meses con cincuenta chicos. A fin de año tuve la suerte de fichar. En enero me uní al Club. Estuve solo dos semanas con el plantel haciendo la pretemporada. En esa época para los chicos del interior era difícil irse. Era un desarraigo muy grande. Hoy también lo es, pero hay otras posibilidades y otra forma de comunicarse con la familia estando lejos. En ese momento se extrañaba mucho a la familia. Lo hable con mi viejo y decidí pegar la vuelta. Fue una cuenta pendiente para mí de que hubiese pasado si me hubiese quedado. Pero por algo se toman las decisiones. Era chico y no era consciente donde estaba. No lo valoré en ese momento. Encima estaba en el Club del cuál soy hincha. Me quedó esa espina.

¿Ibas a ver a los Merengues?
No tuve la posibilidad ni el privilegio de verlos. Yo era muy chico y la verdad que no recuerdo. Obviamente que he sentido y conozco la historia de ellos. Porque en ese momento, durante el tiempo que jugaron era una novedad para el pueblo. Tengo entendido que además de practicar buen fútbol, anduvieron por la zona, tuvieron mucho recorrido y le fue muy bien. Conozco a muchos de ellos y otros tantos que se fueron del pueblo. Lamentablemente no pude verlos. De toda manera es una satisfacción muy grande que a pesar del tiempo, un equipo como “Los Merengues” se haya hecho conocer y haya transcendido más allá de Pirovano. Me han hablado de ellos en toda la zona. Es un orgullo como pirovanense que le haya ido tan bien.

¿Daniel Cappovila con su juego podría haber jugado en ese equipo?
El “Dani” si, podría haber jugado en cualquier equipo y en cualquier época. Es un amigo del pueblo y de la infancia. Más allá de que se haya ido joven de aca. Son de esos jugadores que para el público no lucen, pero en el vestuario es fundamental. Es muy bueno para el grupo, muy bueno para el equipo dentro del mismo. Es de esos jugadores temperamentales que no le gusta perder ni a la bolita. Entonces son esos jugadores necesarios, tanto fuera como dentro de una cancha. Sobre todas las cosas muy buena gente. Eso es lo primordial que rescato de él. Pero jugar, quédate tranquilo que lo hubiera hecho. El entregaba lo que tenía. No se guardaba nada.

¿Qué anécdota te quedó con él en la cancha?

Seguramente hay varias. Hemos sido compañeros y jugamos muchas veces en contra. Una vez que nos enfrentamos tuvimos un encontronazo y me dijo de todo. (Risas) Como te dije en la pregunta anterior, es tan temperamental que él se bloquea, me dijo de todo y que afuera de la cancha nos íbamos agarrar a trompadas. Obviamente que terminó el partido y yo conociéndolo sabía que se le iba a pasar. Me vino a pedir disculpa, simplemente con un abrazo borramos todo y terminamos tomando algo. Es una anécdota que siempre recordamos. La mejor virtud que tiene Daniel es la gran persona que es. Con eso te sintetizo todo.

¿En qué equipos jugaste durante tu carrera?
Vamos a apelar a la memoria. Comence mi carreras en Empleados. Luego pase por Pirovano, Junior, Atlético Urdampilleta, El Fortín de Olavarría, San Martín, Deportivo de Carlos Casares, Atlético de Carlos Casares, Barracas Bolívar, Dudignac, Bull Dog, Botafogo de Rauch, Deportivo Argentino, Huracán de Carlos Tejedor, Garré, Comercio de Guaminí y cuatro etapas en Atlético MC donde prácticamente me retiro. Jugué en Progreso. Fui como ayudante del “Vasco” (Mendizabal). Los chicos me venían cargando que empezara a jugar. Con la ayuda del “Vasco” decidimos un partido y empecé a entrenar. Me desgarré y hasta ahí llegue. (Risas)

Seis títulos y con 3 equipos diferentes en casi en una década en la LPF no estuvo para nada mal Santiago...
Un privilegiado fui. Fui campeón con Atlético en 2000 y 2008. San Martín 2002 y 2004. Deportivo 2009 y 2011. Previamente a la Liga, con Empleados dos o tres veces y antes de llegar a la LPF en el 99 con Atlético Urdampilleta. No es fácil salir campeón o llegar a una final en tu carrera y yo tuve esa posibilidad. Por esas cosas del fútbol di la casualidad con grandes equipos, grandes compañeros, técnicos que me marcaron el camino tanto adentro como afuera de la cancha. Tuve la suerte de compartir cancha con jugadores que jugaron al alto nivel. Eso te enriquece en todos los aspectos como jugador. Me ayudaron a forjarme como persona. En ese sentido más que agradecido.

¿Atlético MC es tu casa en la liga?
Atlético es mi primera casa en la liga, como decís vos. De todas formas, más allá de que me sentí muy a gusto y te hacen sentir parte de ellos. Porque en realidad es una familia grande y te hacían sentir muy cómodo es de San Martín. No puedo dejar de nombrar gente que me hizo sentir muy a gusto. Me encontré con unos compañeros barbaros. Mi paso por Deportivo que también fue espectacular. Más allá de los campeonatos uno obtuvo muchísimas amistades y conocidos. Hoy en dia, poderse sentar a tomar un café o comerse un asado. O solamente levantar un teléfono y poder tener una charla. Es lo mejor que te deja el futbol, las amistades. Más alla que adentro de la cancha te puede ir bien o te puede ir mal. Por cada Club que pasé en la liga me trataron de maravillas. Obviamente que los dirigentes son parte de eso. Porque a veces reconoce a compañeros dentro de la cancha, pero atrás de los clubes hay gente que labura mucho, que hace esto con mucha pasión, que invierte dinero, que deja su familia por el Club y por el amor a la camiseta.

Que recordas de tu paso por Barracas...
Mi paso por Barracas fue una experiencia inolvidable. Me paso a mí y seguramente como a todos los chicos de Bolívar. Nos enriqueció y nos profesionalizo mucho. Nos enseñaron una forma de trabajar que no estábamos acostumbrados. Trabajamos con profesionales que vinieron de Buenos Aires en ese momento, más la gente de Bolívar que estaba en el proyecto. Fue una gran experiencia y una gran formación, tanto en lo deportivo como en lo humano. Además teníamos un grupo muy bueno de jugadores que hoy en día nos visitamos.

¿Cuál fue tu socio ideal dentro de la cancha?
Tuve la posibilidad de jugar con grandes jugadores. En mi primera etapa en Atlético que ya nos conocíamos en Empleados, era con Diego Castro. Un grandísimo jugador. Con la mirada nos entendíamos. A pesar de que él jugaba de “5”. Tuve la posibilidad de compartir en el primer campeonato con el “Pato” Lamanna. Un gran estratega y exquisito para asistirte. En mi paso por San Martín, tuve la posibilidad de conocer a uno de los grandes jugadores (para mi manera de ver) que tuvo Pehuajó que fue el “Chato” Ferreyra. Nos entendíamos a la perfección y como si hubiéramos jugado toda la vida juntos. Cuando regrese a Atlético y mis tres años en Deportivo apareció el “Chavo” Collado. Desde el primer día tuvimos un imán y hacia las cosas muy fácil. Entonces al lado de él, jugar se hacía simple. Son jugadores que tenes que estar preparado, porque buscan el hueco, asisten y te dejan cara a cara con el arquero.

Castro de “5”, Collado y el “Chato” en la media cancha. Y si tenes que elegir uno o dos compañeros para que te acompañen en la delantera ¿A quién elegimos?

Que difícil pregunta me haces. Tuve la posibilidad de tener grandes compañeros al lado mío. Jugué con Mariano González, Mauro Ferracci, “Gacela” Rodríguez, Lucas Fernández y Bruno Cardone. Todos monstruos del área. Me entendí tan bien con ellos que sería injusto tener que elegir uno solo. Me quedaría con todos indudablemente. Me quedó en el banco y que ellos jueguen. (Risas) Seguramente me estaré olvidando de algún otro jugador. Cuando jugué en San Martín compartí un partido con Juan Martín Tallarico. Mira qué clase de jugadores te estoy nombrando.

Me nombraste todos delanteros que se pelearon la tabla de goleadores esa decada y media. Contentos los defensores.

Más que contento creo que lo habrán sufrido. Seré reiterativo, pero fueron grandes jugadores. Calculo que los defensores la noche anterior pensarían que estrategia hacer para pararlos.

Ya que me nombras los defensores. Que defensor decías, ufff hoy me toca este.
Siempre te encontrabas con defensores que te la querían hacer difícil. Pero déjame nombrarte a compañeros. Porque destaque volantes o delanteros. Déjame destacar a “Bachi” Bianchi, “Ruso” Maggiorano, Jesús Martínez, Damián Martínez, Félix Benito, Víctor Malchioddi entre otros. Todos unos animales. Tanto adentro como afuera de la cancha. Con la mayoría me sigo viendo y conservamos una amistad. Dejaban todo. En los equipos que salimos campeones, ellos fueron un pilar fundamental. Te nombraría arqueros también. Luis Cappovila, el “Loco” Pizarro, Daniel Torres y a Julio Díaz. Un párrafo aparte para ellos porque vale el merecimiento.

¿Cuál fue tu mayor tristeza en el fútbol?
Dentro de una cancha no tuve frustraciones o tristezas. Si lamente mucho la perdida de mi viejo. Estábamos jugando el Petit en 2011 y fue muy duro para mí no verlo todos los domingos. Me acompaño desde que era chiquito, me inculcó esta pasión por el fútbol y fue duro no verlo detrás de un alambrado. Entrar a una cancha de fútbol y saber que él no iba a estar alentándome. Esa fue la mayor tristeza.

¿Cuáles fueron los tres goles más importantes en tu carrera?
Siempre hay goles importantes. Déjame rescatar los que hice en las finales. Porque son partidos decisivos y ahí cuenta el que sale campeón. Tanto en Atlético, San Martín y Deportivo tuve la posibilidad de que me quedara alguna frente al arco y hacer goles en todas las finales. Seguramente todas esas finales la llevaré conmigo hasta el último día de mi vida. El hacer el gol, el festejarlo y en abrazarte con tus compañeros. En saber que el sacrificio de todo el año fue muy grande pero que no fue en vano. Sensaciones encontradas, porque con el pasar de los años, uno los recuerda con nostalgia.

¿Quién es tu ídolo local, nacional o internacional?
Lo miré mucho al “Beto” Acosta. Me gustaba mucho como jugaba. También miraba mucho a Enzo Francescoli en su paso por River. También admiré mucho a Maradona y actualmente a Messi.

¿Tus hijos juegan al fútbol? ¿Los vas a ver?
Por suerte juegan los tres. Lo mismo que hizo mi viejo conmigo, yo estoy haciendo con ellos siguiéndolos detrás del alambrado. Cada vez que tengo la posibilidad de ir a verlos, aprovechó y los disfruto al máximo. Porque esto pasa tan rápido que cuando se quieran dar cuenta les va a pasar como a mí. Disfruten del vestuario, la semana y el domingo porque cuando te queres acordar llega el final.

¿Son delanteros o salieron defensores?
Uno es enganche y los otros dos son delanteros. Tengo la delantera armada para el día de mañana. (Risas)

¿Te ves como entrenador a futuro?
No me veo como entrenador. En su momento le di una mano al “Vasco” Mendizábal como ayudante. Pero no es algo que me desvela. Prefiero ir y disfrutar a mis hijos detrás de un alambrado.

¿Qué es el fútbol en tu vida?
Soy un agradecido al fútbol porque me hizo conocer gente, me hizo amistades y me hizo conocer lugares que tal vez no los hubiera conocido. Respire fútbol desde que era chiquito y respiraré fútbol hasta el último día de mi vida porque es mi gran pasión. Es una forma de vida.