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David Magiorano: “La Bruja” era impresionante. Se comía bien, se almorzaba bien, se cenaba bien y tenía buena noche. La verdad no nos podemos quejar de nada”



Edición número 84 de la nueva sección que brindamos en nuestra web con un protagonista que compone la Liga Pehuajense de Fútbol. Distendida, conociendo al protagonista desde otro lado. Es el turno de de un defensor con un gran temperamente. Es el momento del "Ruso" Magiorano


¿Dónde arrancaste a jugar al fútbol y por qué?
Arranque a jugar al fútbol acá en Pirovano. En el Club Junior en inferiores, cuando entraba Sportivo Pirovano en primera. Luego pasé por Empleados de Comercio. Me gustaba demasiado jugar al fútbol. Entre todos los deportes que hacía, el fútbol era el que más me gustaba y por es decidí por la pelota

¿Sos de la camada de Bacas y Cappovila?
Son más grande ellos, Ellos son clase 76 y 77 y yo soy 81. Igual tanta diferencia no me llevan. Pero nunca los voy a poder alcanzar. (Risas)

Un pibe sos al lado de ellos…
(Risas) ¿Te parece que soy un pibe? Ya con 39 años ya no soy ningún pibe. Ojala tendría un ar de años menos. Pero bueno, ya está, ya pasó. A disfrutar de otras cosas que nos gusta. A pesar de que nos gusta mucho el fútbol.

¿Se extrañan los domingos?

Que te parece si no se extrañan los domingo. Igual que dejé de jugar van hacer seis años. Dejé a los treinta y cuatro con Deportivo. Que cumplí la meta, que era salir campeón con el Club y me retiraba. Era lo que le había dicho al “Vasco” (Mendizábal). Perdimos la final de 2013 y le digo, juego un año más. Porque ya venía muy complicado con el tema de los tobillos. Gracias a dios se me dio, jugué un año más y dimos la vuelta.

¿Es complicado saber que queda poco por una lesión o molestias?
Es complicado que se te va terminando el hilo en el carretel. Cuando cierto estudios te van diciendo que disfrutes porque tenes que dejar, se complica. Se complica y es triste. A pesar de todo jugaba porque ganaba un mango, pero no ibas a hacer una diferencia, era lo que me gusta hacer. Jugar a la pelota. Tampoco es que jugué poco tiempo, jugué 17 años en primera. Lo disfruté bastante, pero nunca pensas que se va a terminar, hasta que llega ese día.

¿Cuantas veces te dijo el “Vasco” segui un año más ”Ruso”? No creo que te la haya hecho fácil…

No fue fácil decirle “Gordo hasta acá llegue”. Más de una lágrima se me cayó cuando le dije. Fue cuando hicieron la fiesta de campeones. La gente de Deportivo me tenía mucho cariño y yo hacia ellos. Querían que siga. Pero la lesión que venía arrastrando me decía que no. No la podía controlar y ahí decidí finalizar. Al primero que le dije fue al “Vasco”. Salimos campeones, yo cumplí y vos como técnico. Gracias por todo cabezón y te deseo lo mejor. Viste como son esas cosas del fútbol que el entrenador sigue y los jugadores deben disfrutar el momento, porque el tiempo se pasa rápido. Porque uno piensa que no pasan más, te llega y el cuerpo te pasa factura. Fueron unos años de mucha gloria junto al “Vasco”.

¿Qué anécdota tenes con el vasco? Esa que siempre recordas...
Fue en el 2011. Final contra KDT. Partido de ida, la vuelta no la jugué porque tenía cinco amarillas. Ya me estaban por operar del tobillo. Ya tenía todos los estudios hechos y hacia un mes que no estaba jugando. El “Gordo” me dijo, tenes que jugar y le digo no puedo. No me acuerdo que jugador no estaba. El insistidor, me dice, te voy hacer ver con el mejor traumatólogo y anestesista para infiltrarte. Bueno, juego. Cuando llego al vestuario, me estaban esperando. Miro, una bicicleta fija. Me dice el “Vasco”, vos vas hacer la entrada en esa bicicleta. Me empecé a reír y le digo, mira que voy hacer la entrada en calor ahí. Llego el médico y me metió unos pedazos de aguja. ¡Por dios! No sabía ni lo que me pasaba. (Risas) Ahora, a los cinco minutos no me dolía más el tobillo. Así que jugué la final. Cuando estaba por terminar el partido, empecé a sentir que se terminaba la anestesia. ¡Ay! Como lo puteaba a ese “Gordo”. Rogaba que se terminara el partido. Yo sentía que el tobillo se me iba poniendo más duro. Terminó el partido y ni siquiera pude festejar. Fuimos todos a la “La Bruja” porque era el paradero nuestro. Todos festejaban y tomaban. Yo sentado, con la pierna con hielo en la palangana. No lo podía mover. Me había quedado como si estuviera soldado. No tenía recorrido. Ahí dije, nunca más me infiltro. Qué manera de putearlo al “Vasco”

Así que “La Bruja” era el lugar de encuentro del equipo…

(Risas) Imagínate que cada vez que íbamos a “La Bruja”, decía el “Gordo”, ustedes tienen que hacerme ganar muchos campeonatos, porque con los campeonatos que me van hacer ganar no pagan lo que comen acá. Imagínate, le comíamos todo. El “Gordo” siempre con una sonrisa y ningún problema. Es como yo le decía, “Gordo”, el día que nosotros nos retiremos no sé cuántos campeonatos más vas a ganar. (Risas)

¿Quién tenía razón el que le comían mucho o vos que desde cuando se retirara no ganaba muchos títulos?
Tenes de las dos cosas, él tenía razón que comíamos mucho y yo tenía mucha razón que cuando no retiráramos se le iba hacer mucho más difícil ganar títulos. Pero sin desmerecer a nadie, esos años de Deportivo, teníamos un equipazo, Vos lo miras de atrás hacia adelante, todas las líneas parejitas,

De ese grupo. ¿Quién era el que tenía hambre atrasado?
¿Vos cuando te referías a hambre, es a hambre de gloria o hambre de ir a “La Bruja” a comerse una buena pizza? Si te réferis a hambre de ir a “La Bruja” era el “Chavo” (Collado) El “Chavo” y Jesús Martínez, un día se comieron dos docenas de empanadas mano a mano sentaditos arriba, viste que “La Bruja” tiene un piso arriba, bueno ahí. Veinticuatro empanadas le llevaron y las 24 de la comieron. Fíjate vos si no tenían hambre. (Risas) Eso si era hambre, era hambre de la semana. (Risas)

Tenia todo “La Bruja”…
“La Bruja” era impresionante. Se comía bien, se almorzaba bien, se cenaba bien y tenía buena noche. La verdad no nos podemos quejar de nada. Unos años de gloria y maravillosos.

¿Se extraña más “La Bruja” o el domingo?
(Risas) No, me inclino más que se extrañan los domingos. "La Bruja” era ir a pasar un rato después del partido. O algún que otro dio que fuimos a un entrenamiento a Pehuajó y nos quedamos un ratito a la noche. Pero no, extraño más los domingos y patear una pelota.

¿Lo volvías muy loco Al “Bachi” Bianchi?
¿A Horacio Ezequiel decís vos? No, no lo volvía loco, solo lo aconsejaba adentro de la cancha. Quieras o no, se hizo un señor jugador. Viste que era medio desorganizadito. (Risas) Todo lo mejor con el “Bachi”. Tenemos una relación perfecta. El todavía sigue jugando y siempre nos hablamos. Pero adentro de la cancha, siempre traté de aconsejarlo y que aprenda ciertas cosas que las tenía adentro.

Siempre o varios de tus compañeros que le hice nota, cuando cuentan anécdotas siempre apareces ¿Eras de los revoltosos dl grupo o solo casualidad de lo que contaron?

No, era un poquito alegre. Siempre incentivando al grupo de que teníamos que estar, más alla de los resultados, siempre contento. Siempre fue una picardía distinta todos los domingos. La mayoría de ese equipo era bastante carismático. La mejor con todos. Compañeros que me dejaron el fútbol y las amistades. Eso es lo mejor que deja.

¿Cuál es la mejor historia que te dejó el fútbol?
Como historia me quedan, son los campeonatos que logré y las cosas que me dio el futbol. Muchas amistades y amigos. Si tengo que elegir la mejor historia, es cuando ascendimos con Barracas Bolívar. Fue un año de mucho sacrificio. Volver y que nos esté esperando la gente en la entrada de la rural y pasearnos por el autobomba, para nosotros esa noche fue gloriosa. Para que que me acorde otra anécdota.

Contala nomas…
Entrabamos al vestuario de Deportivo y el “Vasco” siempre con su pizarra ahí, el equipo y cómo iba hacer las jugadas. A mí siempre me dejaba solo para ir a cabecear. Un día le borré todo y le cambie todo. (Risas) Llegamos y dice vayan mirando el pizarrón. Fíjense las jugadas. Pero el que más miraba era él. No entendía nada (Risas) Al primero que miró fue a mí. Yo no quería levantar la cabeza. (Risas) Para colmo, habíamos perdido el partido pasado y venia cruzado el “Gordo”. No sé si no me había puesto para patear los penales. Antes de patear Arive pateaba Maggiorano. Todos se reían. Como estaba ese “Vasco”. Volaba. (Risas)

Y después de una derrota, eso es tener huevo….
(Risas) Otras de la que recuerdo, es cuando perdíamos, el “Gordo” decía “Muchachos acá que se pongan el saco quienes se lo tengan que poner y me sacan el partido adelante” y empezaba a los gritos. Y algún día yo le retrucaba, “Bueno vasco decime quien se tiene que poner el saco”. Ahí se empezaban todos a reír. Obviamente que lo decía por los referentes. Son anécdotas que te sentas a comer un asado, te pones a charlar y te cagas de risa un rato.

¿Agarra un poco de nostalgia recordar todo esto?
Que te parece si no te agarra un poco de nostalgia. Me pongo a hablar y parece que fue ayer.

¿Cuál fue la mejor patada que diste en tu carrera?
Me estas ofendiendo con esta pregunta. (Risas) No pegue muchas che. Era un jugador que me hacía sentir en la marca. Una de las patadas que pegué, fue en la final contra KDT. Iriarte la sacó para afuera pisándola, en una salí al cruce y me lo llevé puesto. Por mis características no era de pegar. Si de temperamento fuerte.

¿Cuál fue tu mayor tristeza en el fútbol?
La tristeza más grande fue cuando perdí finales y alguna semifinal con Barracas. Pero la mayor tristeza fue cuando me di cuenta que por causa de las lesiones, tenía que dar un paso al costado del fútbol y no quería. Siempre entrenaba y quería llegar bien el domingo al partido. Dar lo mejor de mí y ese último año en 2014 no podía entrenar, como a mí me gustaba. Sabía que era el fin de mi carrera.

Si tenes que armar tu 11 inicial con jugadores que han sido compañeros tuyos. ¿Cómo formaría el equipo del Ruso Magiorano?

Diaz, Bianchi. Martínez, Galeano, Malchioddi, Magiorano indiscutible, Arive, Zamorano, Collado, Cardone y Bacas.

¿El “Vasco” da la charla? ¿O se pone el saco?
En ese equipo que te nombré, no necesita que el “Vasco” de la charla. Ya estaba muy aceitado ese equipo. En ese equipo doy la charla yo. El “Vasco” se pone el saco. (Risas)

Si tenes que elegir 3 compañeros. 1 para hacer el asado, otro para la música y el otro para la bebida. ¿A quién elegís?
A Bacas para el asado, al “Vitty” para la bebida y al “Chavo” para la música.

¿Te quedó algo pendiente en el fútbol?
No me quedó pendiente, a pesar que me tuve que retirar con 34 años. Tal vez algún día pueda o me den ganas de dirigir. Estar más allegado al fútbol. Pero no por ahora. Te digo la verdad, lo dejé todo adentro de una cancha. Lo disfrute todos los domingos a un cien por ciento.

¿Qué es el fútbol en tu vida?
El fútbol en mi vida es una pasión que pude competir y parte de mi vida. Le estoy muy agradecido.