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Diego Cañete: "Me quisieron dar de comer sapos. Imagínate mi cara. Le dije que la próxima y nunca más pasé"



Edición número 71 de la nueva sección que brindamos en nuestra web con un protagonista que compone la Liga Pehuajense de Fútbol. Distendida, conociendo al protagonista desde otro lado. Es el momento de conocer al rey de la "rabona" y la gambeta. Es el turno de Diego Cañete.

¿Dónde arrancaste a jugar al fútbol y por qué?
Arranqué en El Fortín de Olavarría. Hice todas las inferiores ahí hasta llegar a Primera. El motivo es porque de chiquito fui y soy un apasionado del fútbol.

¿Siempre fuiste delantero?
Arranque de “4”. Fui a jugar el Mundialito de Roca en Río Negro de ese puesto. Vino otro técnico, me vio que me gustaba salir jugando y gambeteando. Me puso de delantero y ya de ahí no me moví más. (Risas)

¿Un “4” como Cafu o como Eber Ludueña?
(Risas) Cafu sin dudas. Era agarrar la pelota, pasar al ataque y gambetear al que se me pusiera por delante. (Risas)

Pero cuando te dijeron de delantero ni lo dudaste...
Olvídate. Ahí no tenía que marcar. Solo ir para adelante. En cambio de 4 no marcaba a nadie. Atacaban siempre por mi lado. (Risas)

¿A qué edad y en qué año debutaste en Primera?

Debuté a los 16 años justo en un clásico. Ganamos 1 a 0. Muy buen debut. No recuerdo la fecha. Pero fue un lindo día.

¿Son picante los clásicos en Olavarría?
Si, demasiados. Me acuerdo que en mi último clásico ahi, el año anterior había jugado para Ferro y luego volví al El Fortín despues de mucho tiempo. ¿Con quién me toca jugar? Con Ferro. Me pegaron por todos lados. Me hicieron un rayón desde la cintura hasta el hombro. No te imaginas. (Risas)

Te han pegado mucho en tu carrera…
Sin dudas, demasiado. Creo que el día de mañana voy a tener muchos dolores en las piernas. Ahora mismo, en noches de humedad, me cuesta dormir de las molestias a causa de todas esas patadas. Pero bueno, a veces también me las ganaba. (Risas)

¿Cuál fue la mejor o la que más te acordas?
En todo caso la peor. (Risas) En Mar del Plata en el Minella. Año 2012 en el Argentino B, jugaba para Ferro de Olavarría. Enfrentamos a Alvarado, ganábamos 2 a 0, nos empatan y faltando ocho minutos hago el 3 a 2 de penal. Salto los carteles de publicidad y hago un gesto de ametralladora ante toda la hinchada de Alvarado. Luego de eso empecé a pedirlas a todas y aguantarla para hacer tiempo. Llego al córner pisándola, viene un jugador y se me tira con las dos piernas hacia adelante. Me agarró las dos piernas. Todo rayado y sangrando. No me quebró solo de suerte, un lindo y doloroso recuerdo.

Pero un loco vos con él festejo…
(Risas) Si mal, están los vídeos y de vez en cuando lo miro. Se ve como la gente de la tribuna corre a tirarme zapatillas, encendedores y hasta las butacas del estadio.

¿Echaron al jugador?
A tres hice echar esa noche. Encima llovía y luego no pudimos salir del estadio porque me querían matar. (Risas) Cosas que quedan para contar.

En Pehuajó en un Torneo del Interior también diste que hablar (Risas)
Si, cancha de Defensores contra Independiente de Mones Cazón. Hasta arañazos en el cuello me dieron ese día. Era más pibe y hacia calentar hasta un muerto. (Risas)

¿Después de ese torneo te vas a Belgrano?
No. De ahí me voy a Ferro un año y después a Belgrano.

¿Cómo fue esa historia en Belgrano?
Me pidieron plata para jugar.

Así de simple...

Si porque el técnico había tenido un problema con mi representante y la ligue yo. Una experiencia amarga en mi carrera.

¿Esa fue la tristeza más grande en el fútbol?
Sin dudas. El sueño de todo jugador es jugar en primera, estar tan cerca y que te pase eso es muy doloroso. Luego el tiempo me dio revancha y pude cumplirlo acá.

Si te dan a elegir que preferís. ¿Dar una asistencia o hacer un gol?
Una asistencia. Siempre fui, de que mis compañeros hagan los goles. Si puedo hacer bienvenido sea pero si no, no hay drama.

¿Cuáles son las tres más lindas o más importante que diste?
La primera contra Alvarado. Ibamos 0 a 0 de local. Teníamos que ganar. Desbordo y se la pongo en la cabeza al 9. Ganamos 1 a 0.

La segunda para El Fortín. De “rabona”, también me salió a la cabeza. (Risas), y la tercera también de “rabona” jugando para Ferro de Olavarría. Fue contra grupo Universitario de Tandil. Esa noche perdimos. Pero quedo esa asistencia. (Risas)

¿Cómo definimos que es para Diego Cañete hacer una rabona en un partido?
Es un placer. Siempre lo dije, lo hago porque me gusta hacer algo distinto. A veces sale a veces no. Pero jamás me quedo con no intentarlo.

¿Cómo fue tu estadía por la LPF?
Muy satisfactoria. Tuve la oportunidad de jugar en dos Clubes grandes de la LPF.

Pasaste por veredas opuestas…
Me gustan los desafíos. (Risas) Lo dije siempre, me considero un afortunado del fútbol y un agradecido de haber defendido a esos dos grandes equipos.

¿Cuál es la mejor historia que te quedó jugando en nuestro fútbol?
Es triste, pero me quedo muy marcada. En 2016 en cancha de Deportivo. Desempate contra Estudiantes Unidos. Perdimos 1 a 0. La hinchada nos despidió y alentó durante todo el partido. Hasta llegamos a la cancha de Defensores como si hubiésemos salido campeones. Nunca vi algo así, lo juro.

Si tenes que armar tu 11 inicial con jugadores que te han tocado compartido equipo. ¿Cómo formaría el equipo de Diego Cañete?
Me la complicaste. Mauro Beltramella, Nahuel Guerrero, Silvio Laguardia, David Zanabria, Nahuel Mena, Hugo Larregina, Martín Pereyra, Rubén Maldonado, Martín Uranga, Carlos arena y Lorenzo Ferrara.

¿Cómo es vivir en Hong Kong?
Raro. (Risas) Es complicado. La comida, el idioma y el clima. Va hacer un año que estoy pero ya me adapté. Costó. (Risas)

¿El idioma es el inglés?

Si, y cantones. No agarro ninguno de los dos. (Risas) A mi déjame con el castellano. (Risas)

En la cancha a puro gesto...
(Risas) Aprendí lo básico. Derecha, izquierda, pásala rápido y alguna que otra cosa más. (Risas)

¿Qué es lo más raro que viste como comida?
Me quisieron dar de comer sapos. Imagínate mi cara. Le dije que la próxima y nunca más pasé por ese lugar. (Risas)

Que linda experiencia te dio el fútbol…
Si. Siempre lo dije, soy un privilegiado, un tocado por la varita porque de estar jugando amateur como lo estaba haciendo por diversión. A que se me diera esta oportunidad, de cumplir mi sueño. Ni en mis mejores pensamientos lo hubiese imaginado.

¿Cómo estas hoy con la recuperación?
La verdad que mucho mejor de lo que esperaba. Ya estoy trotando. No puedo cabecear por cuatro meses. Pero muy bien.

En la actualidad. ¿Cómo es la realidad en relación al Coronavirus?
Acá está todo bien. Los chinos son muy estrictos y cuando salió esto agarraron todo a tiempo. Por eso estamos bien.

¿Te quedó algo pendiente en el fútbol?
Poder jugar en la primera de Argentina. Después estoy satisfecho con mi carrera.

¿Qué es el fútbol en tu vida?
Mi trabajo, mi felicidad y mi tristeza. Resumiéndolo, mi todo.