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José Maxwell: "Le sacan roja al arquero, entra el suplente y se lesiona. Me puse los guantes, descolgué un centro y tapé un mano a mano"



Edición número 79 de la nueva sección que brindamos en nuestra web con un protagonista que compone la Liga Pehuajense de Fútbol. Distendida, conociendo al protagonista desde otro lado. Es el momento de conocer de un todo terreno. Es el momento de José Maxwell.

¿Dónde arrancaste a jugar al fútbol y por qué?
En el primer lugar que comencé fue en el barrio. En el potrero. A los 8 años empecé en el Club Independiente, porque un amigo había empezado y vivo cerca del Club.

Linda época esa de los partidos en el barrio...
Si, era muy pibe y es ahí donde uno aprende a ser creativo. A tener picardía. Jugaba con jugadores más grandes. Se armaban terribles barrios contra otros barrios. Una época muy linda y que lamentablemente hoy por distintas circunstancias han casi desaparecido. Pasábamos todo el día pateando una pelota.

Barrio contra barrio era más picante que un Boca-River…

(Risas) Tremendo. Nosotros somos el Barrio “9 de Julio” y nuestro clásico era “Villa Diamante”. Dios mío, que picante se ponían. Faltaba que tiraran gas pimienta nada más. (Risas) Una hermosa época que ahí tenías que ser vivo y jugar. Porque el barrio se defendía y había que ganar.

¿Pero nadie abandonaba o sí?

No, olvídate. No se abandonaba. (Risas) De todas maneras más allá de los roces que había, era un fútbol sano. Se jugaba sin árbitros obvio, pero se cobraba full y no se discutía.

¿A qué edad y en qué año debutaste en Primera?

Debuté en el año 98' en Independiente. Tenía 16 años. No recuerdo bien contra quien. El DT era Lupin Pereyra y entre en el segundo tiempo. Me acuerdo que hice un gol. Ganamos 2-0. Fue el sueño del pibe.

Los nervios que habría…
No te imaginas. (Risas) Más que nada era ansiedad. En esa época Independiente tenía un equipazo. Tuve la suerte de jugar con señores jugadores. Eso también me sirvió para que fuera más fácil el debut. Había que rendir porque quería seguir estando y si te cagaba a pedo un grande, ni se te ocurra contestar. (Risas)

¿Ahí eras delantero, mediocampista o defensor?
(Risas) Jugaba de volante por derecha. En esa posición comenzó mi viaje en el futbol. Después lo que me llevó a jugar en distintos sectores de la cancha, es que siempre estaba dispuesto a probar y aprender a un nuevo desafío. También de esta manera siempre tenía más chances de jugar. Obviamente que trataba de hacerlo siempre de la mejor manera. En mi cabeza siempre que jugaba de la posición que fuera me creía el mejor y no lo digo de manera egocéntrica. Lo digo positivamente. La cabeza del jugador de futbol es todo. El estado de ánimo y las emociones. Todo influye..

¿De arquero algún partido te tocó?

Si. (Risas) En Empleados. Le sacan roja al arquero, entra el suplente y se lesiona. Me puse los guantes, descolgué un centro y tapé un mano a mano. Que locura (Risas) Creo que fue en el año 2008 o 2009. Solamente me quedo jugar de lateral por izquierda. Después pase por todos los puestos. En un partido en Casares, comencé de delantero, pase de volante central y termine de central en el mismo partido. (Risas)

Se puede decir que sos un jugador de toda la cancha…
(Risas) Tenia buena lectura de la ubicación en el campo de juego y eso me ayudó bastante. En esa época era joven y lo que no resolvía por ubicación lo resolvía físicamente porque estaba bien. Me gustó entrenar siempre. Cuando el físico ya te va pasando factura por los años, te vas metiendo en la cueva solito. (Risas)

¿Cuesta tomar la decisión de dejar de jugar?
En el 2018, cuando jugamos el partido desempate con Estudiantes, al llegar a mi casa tome la decisión. Me di cuenta que el año se me hacía muy largo y llegaba a los últimos partidos del año, que son los más importantes cansado. Como te dije, me gusta entrenar y no sabía cuidarme en los entrenamientos. No me guardaba nada. Me fue muy difícil comenzar a dirigir porque todavía me sentía jugador.

¿Cuesta estar en un cuerpo técnico teniendo jugadores q meses atras fueron compañeros tuyos?
Por supuesto. De todas maneras el primer año 2019 hablé con Guillermo (Panaro) y me sumé al cuerpo técnico. Comencé a entrenar a las inferiores y ayudaba en primera. La Reserva la dirigía junto con “Ale” Cainzos. Fue todo aprendizaje. A transmitir desde el otro lado de la raya, que es totalmente diferente. Como jugador, cuando la pelota comenzaba a rodar, me sentía seguro de mí y de lo que podía transmitir a mis compañeros. Pero desde este lado tenes que ser muy claro y tener muchísima más seguridad en lo que vas a transmitir. Porque es el jugador el que está en el campo jugando. Pero me encanta y me apasiona. Este parate más allá de todo lo malo, me vino muy bien y aproveché a capacitarme. A ordenar todas mis ideas que quiero desarrollar con DT el día que me toque.

Este año. ¿De quién fue la idea de comenzar la pretemporada a las 6 de la mañana?
(Risas) Mía. Es el mejor horario. No hay excusas de trabajo Todos pueden. Ya entrenas y te vas a laburar si te toca. Los que trabajan salen, pueden descansar y después vuelven a trabajar. Ya lo habíamos hecho en el 2018 con “Guille” (Panaro) que lo implementó. En ese año los jugadores fueron muy responsables. Los chicos de Pehuajó este año que se habían sumado venían a entrenar a esa hora. La verdad que el compromiso y la disciplina de todo el plantel fue increíble.

Pero la primera vez que dijeron el horario. ¡Cual fue el grado de quejas?

(Risas) La mayoría había estado en el 2018 y ya lo habian hecho. Muchos estuvieron de acuerdo. Sobre todo los más grandes (Risas) El más chiquito que anda hasta más tarde a la noche lo pones a prueba. Si te levantas a las 5:15 am para ir a entrenar es porque realmente están comprometido con la causa y eso no falto nunca. Siempre tuvimos 35 o 40 jugadores entrenando. Entonces te das cuenta que vale la pena, que si realmente te importa y la propuesta del entrenamiento es buena, el jugador se siente contento con lo que va a hacer, responde y cumple. Es fundamental que el jugador se sienta parte de la idea. Es un trabajo en conjunto con ellos. y sobre todo con los más grandes, que son los que trasmiten a los más jóvenes y nosotros teníamos muy buenos referentes.

¿Cuál fue la mayor alegría que tuviste en el fútbol?
El ascenso con Barracas Bolívar. Éramos el equipo de nuestra ciudad y fue un logro histórico. Van a pasar lo años y siempre se va a recordar. Ni hablar de las experiencias vividas nosotros como jugadores..

¿Qué fue lo más loco que te toco vivir en esa historia con Barracas?
Toda la experiencia fue hermosa. Entrenábamos como un equipo profesional. Si bien no ganábamos como un profesional, estábamos para eso. Los viajes, las concentraciones., las pretemporadas y los entrenamientos. Eran todas experiencias nuevas para nosotros. Los partidos de las semis y la final, jugar con muchísima gente. Terminaba el partido y teníamos que salir corriendo al vestuario, porque la gente se metía a la cancha. Nosotros ganábamos y seguíamos pasando. Entonces entraban a sacarles la ropa a los jugadores de su equipo. Una locura. En general fue algo que nos hizo crecer muchísimo. Lo mejor y más importante, que a pesar de todos los años que pasaron seguimos en contacto con todo el plantel. Tenemos un grupo de wsp y siempre nos escribimos. Eso demuestra lo unido que estaba ese grupo.

¿Y tu mayor tristeza en el fútbol?

Haber perdido la final 2012 con Independiente y no haberla podido jugar. Eran los 100 años del Club del cual soy hincha. Hubiera sido lindo poder terminar el año con un campeonato.

Que delantera hacían con Enzo Ruiz ese año...
Tremendo. Fue mi mejor año en lo personal. Con “Kico” jugamos desde chicos. Nos mirábamos y ya nos entendíamos. Él estaba derechísimo. Un goleador letal. Ese año, era un equipo que como jugador dentro de la cancha, si te tocaba arrancar perdiendo, sabíamos que lo dábamos vuelta.

¿Cuál fue la patada más dura que recibiste en tu carrera?
En la liga de Lincoln. Casi me rompen. Jugaba de delantero y andaba bien. Creo que lo habían mandado. Porque fue derechito. (Risas) Todavía tengo la marca del tapón. Me corrió canillera y todo. Me agarró girando. No lo pude ver que venía. No me dio tiempo a nada. No me rompió de pedo. (Risas)

¿Y la mejor que diste?
No pegaba mucho. (Risas) Iba fuerte. No recuerdo una en especial. Ya te digo, iba fuerte pero sin intención de lastimar a nadie. Si hay algún delantero o jugador que lea la nota puede comentar. (Risas)

Si tenes que armar tu 11 inicial con jugadores que te han tocado compartir equipo. ¿Cómo formaría el equipo de José Maxwell?
Jonatán Aranas, “Beto” Kunz, Alejandro Lapenna, “Patito” Demassi, Enzo Klemenco, Diego Cuello, Emilio Miramón, “Manu” Fernández, “Tony” Pierguidi, “Kico” Ruiz y yo. Me pongo de delantero. A la cueva que vaya otro. (Risas)

¿Te arrepentís de haber dejado cumpleaños, bautismo o algún festejo familiar por el fútbol?

Los momentos más importantes de mi vida, fueron los nacimientos de mis hijos estuve y en sus cumpleaños también. Siempre tuve la suerte o la posibilidad de coordinar los festejos para que no se me complicara. Cuando era jovén los cumples de amigos y demás, trataba de ir un ratito y me iba temprano. No tomaba. En ese sentido siempre me cuide. No fume ni fumo. El futbol fue y sigue siendo parte de mi vida.

¿Te quedó algo pendiente?

Llegar a jugar al futbol profesional. Pero dentro del fútbol amateur estoy muy conforme con lo que hice.

¿Qué es el fútbol en tu vida?

Es mi segundo amor. Primero mis hijos y después el futbol. Pero es lo que amo y me apasiona. Desde este lugar que me toca ahora, quiero llegar a cumplir lo que no logre como jugador. Voy a hacer todo lo posible para dirigir un equipo profesional. Obviamente, soy consciente que no es nada facil. (Risas) Pero me voy a preparar para lógralo y ese es mi objetivo..