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Leandro Galeano: “Con el correr de los años te das cuenta que valió la pena tanto esfuerzo. Tenía dos trabajos y estaba terminando el secundario a la vez. Cuando quería aflojar, ahí estaba la familia”



Edición número 77 de la nueva sección que brindamos en nuestra web con un protagonista que compone la Liga Pehuajense de Fútbol. Distendida, conociendo al protagonista desde otro lado. Es el momento de conocer a un jugador que esta decada solamente no estuvo en las finales en tres ocasiones. Es el momento de Leandro Galeano.

¿Dónde arrancaste a jugar al fútbol y por qué?
Arranque en Estudiantes Unidos. Cuando era chico vivíamos en el centro a dos cuadras del Club y un compañero de primaria me invito a ir. Comencé a los 7 años y hasta la llegada del Covid 19 no había parado.

¿Siempre de defensor o te gustaba jugar en otro lado?
Me acuerdo que el “Negro” Miguel Ángel Romero me ponía donde faltaba cubrir un puesto, y ahí caía el “Leo”. Pero siempre de mitad de cancha para atrás. (Risas) Me gustaba atajar también. Pero la altura no me favorecía. Lo mío fue siempre defender.

El “Negro”, que personaje hermoso...
El “Negro” fue quien nos enseñó los primeros pasos en el futbol infantil, gran persona y gran “Profe” como le decíamos nosotros. Ganamos campeonatos en todas las categorías con él. Un monstruo.

Fuiste parte de un equipazo como ese Sub 15 pehuajense en 1999...
Un recuerdo hermoso y una edad espectacular. Ser parte de ese seleccionado fue unas de las cosas más linda que viví en lo futbolístico. Un grupo genial. Desde Aníbal Folgar que era el entrenador hasta los dirigentes que nos acompañaban a todos lados. Años inolvidables.

La categoría 85. Tremendos jugadores y tremendo torneos.
La categoría 85 saco excelentes jugadores, que hoy en día estamos jugando todos, y todos hemos ganado algo. El que nació en ese año, el que se dedicó al fútbol no puede decir que le fue mal. Muy buenos equipos en todos los clubes de esa categoría. Competitiva a pleno.

¿Con quién te agarrabas siempre cuando te tocaba enfrentarte en inferiores?

Con varios. (Risas) Era re calentón, me echaron varias veces en inferiores. Siempre al límite jugaba, pero nunca de mala leche. Una vez nos peleamos con “Poroto” Arive en un clásico. Ya éramos amigos, pero me piso la espalda cuando le saqué la pelota limpita. Me dejo cuatro rayones en la espalda de los 4 tapones del talón. Así que roja para Arive. Pero después nada. No era de pelear con el rival.

Menos mal que eran amigos…
(Risas) Si, pero adentro de la cancha no. Solo afuera (Risas)

Igual él, ya tenía sus mañas incorporadas…
(Risas) Siempre. Fue un jugador muy inteligente adentro de la cancha. Muy completo.

¿A qué edad y en qué año debutaste en Primera?

Debuté en Estudiantes a los 17 años. Si mal no recuerdo en 2002. “Chiqui” Cignoli era el entrenador.

¿Pudiste dormir la noche anterior o te enteraste el domingo?
El viernes en la práctica jugué para el equipo titular de volante por derecha. Ahí me di cuenta que si no pasaba nada raro iba a jugar. El domingo me toco la “8”. Venia jugando en Reserva. Estaba preparado.

Pasaste la mitad de cancha, distinto a inferiores ¿Tiemblan las piernas los minutos antes de entrar?
Si, con 17 años la banda la hacía de taquito. Eso sí, bastante nervioso en la previa. Pero una vez que arranca el partido se te pasa todo. Era más ansiedad que otra cosa en mi caso.

¿Cuál fue tu mayor alegría en el fútbol?
Mi mayor alegría fue pertenecer al plantel de KDT 2012 y poder ser campeones después de tantos años. Creo que eran algo de 30 años si mal no recuerdo que el club no llegaba a lo más alto. Tenía toda mi familia kadetista pendiente ese año. Veníamos de perder la final en el 2011 y teníamos una mochila de 500 kilos en la espalda. Gracias a dios y al gran plantel que teníamos le pudimos dar la gran alegría a toda la gente del club. Mas a mi familia que el 90% es hincha de KDT. Inolvidable campeonato. Además salimos en todos los noticieros por nos robaron la tan ansiada copa. “Gareca” se pasó. (Risas)

Lindo quilombo se armó. ¿Dónde te agarró a vos?
Terrible quilombo. Estaba festejando con mi familia y mis compañeros en el arco donde hizo el gol Marcelino Calzacorta. Me entere al rato del quilombo. No iba a poder hacer nada porque estaba tan cansado que solo me salía llorar de emoción y abrazarme con el que se me cruzaba.

¿Cuantas finales jugaste en tu carrera?

Jugué la del 2011, 2012, 2013, 2014,2016 y 2017. Esta última la viví como ayudante de Casimiro Fernández y jugué la final de la Recopa del 2019 .Tuve la suerte de pertenecer a grandes planteles, con excelentes jugadores y así poder ganar cinco torneos. En inferiores también jugué y gané mucho con Estudiantes. Un afortunado del futbol.

¿Cuándo vez todos esos números que sentís?
La verdad que siento un orgullo muy grande. Se logra con mucho sacrificio. Pude salir tricampeón que no es poca cosa para un jugador amateur. Me costaron, tiempo, alegrías y tristezas. Con el correr de los años te das cuenta que valió la pena tanto esfuerzo. Tenía dos trabajos y estaba terminando el secundario a la vez. Cuando quería aflojar ahí estaba la familia. Arrancaba 7:30 de casa y volvía a las once de la noche del colegio. Todo esto con la ayuda de la familia. Mi mujer, hijos y todo mi entorno que me banco siempre.

¿Alguna vez dijiste tiro todo?
Ufff miles de veces pensé en tirar todo. Pero ahí estaba la familia para aconsejar. Por eso te digo, para un jugador es muy importante el entorno. Había domingos que llegaba tan enojado que no hablaba por dos días a nadie en casa. Después lo fui corrigiendo con el tiempo y la experiencia. El “Vasco” Mendizábal era uno de los culpables, pero con él como entrenador me fue muy bien. Tenía razón al final el “Gordo”.

¿Te hacia enojar el vasco?
Sí, porque yo entrenaba todos los días y los domingos jugaba medio tiempo. Pero era porque me sacaban amarilla y él no me tenía confianza. El primer cambio era yo. Un domingo me puso y a los diez minutos me sacó. Me liquidó (Risas) Un gran entrenador el “Vasco”.

La fama te jugaba en contra…
Si, mal. Jugaba al límite siempre. Después con el tiempo lo corregí. (Risas)

¿Cuál fue la patada más linda que pegaste?
Solo me acuerdo una de atrás en un clásico, Deportivo ante Estudiantes. Se iba mano a mano, no recuerdo a quien era y me jugué la ropa. Después las demás eran roces nada más. (Risas)

¿Zafaste o te fuiste antes a los vestuarios?
No. Me fui antes a las duchas. Era el gol o expulsión. No lo dudé.

Que disfrutas más. ¿Un buen corte o buen rechazo?
Un buen corte, o salvar un gol en la línea como me ha pasado muchas veces. En el 2014 le saqué una en la línea a Hernán Mateos. Era el tercer partido, íbamos ganando con gol del “Pampa” Sosa y ya faltaba poco para ser campeones. Lo grite como un gol. Aparte pidieron penal. Me dio de lleno en los testículos la pelota y la termine sacando al córner. Terrible. Salimos campeones con Deportivo ese año 2014.

No importo el dolor…
(Risas) No y no hubo tiempo. (Risas) Porque vino el córner enseguida. Me levantó “Fede” Peredo de prepo. (Risas) El “Gato” Díaz se debe acordar clarito.

¿Cuál fue la tristeza más grande en el fútbol?
Sin dudas en el 2017. No hace mucho. Me fracture la tibia y perdí a mi abuelo (el papá de mi mama) Fue un año para el olvido.

Si tenes que armar tu 11 inicial con jugadores que te han tocado compartir equipo. ¿Cómo formaría el equipo de Leandro Galeano?
Qué necesidad tenes de meterme en este lio. (Risas) He jugado con señores jugadores. Tengo para armar cinco 11 ideales. Pero me quedo con Julio Díaz, Damián Martínez, “Bachi” Bianchi, Morel Rodríguez y yo de 4 (Risas). “Poroto” Arive, Cristian Zamorano y “Chavo Collado. Arriba Santiago Bacas , “Lobo” Cardone, y Lucas Fernández..

Y en el “Papi” de Madero también te fue muy bien…
(Risas) En madero logramos un bicampeonato. Muy lindo se pone y más cuando es con amigos y familiares.

¿A “Nico” Lucero se le da o dio alguna patadita o salva por ser de la familia?
Si, como no se le va a dar. (Risas) A “Nico” le pegaba siempre, porque es una ardilla y me cagaba a baile. Igual sabía que tenía que ir por el otro lateral, si no en casa le sacaban roja. Un crack el cuñado.

¿Cuál fue la mejor anécdota que te dejó el fútbol?

Tengo miles. Pero una que me acuerdo mucho, fue muy graciosa en el 2011 en una charla técnica de “Guille” Ledesma cuando dirigió con “Toto” Bulnes. Estaba dando la charla y andaba con la garganta media tomada. Todos callados escuchando atentos y a “Guille” se le seco la garganta. De un momento a otro le cambio el tono de vos. Hasta que no pudo hablar más. Nos miramos con los compañeros y empezamos a las carcajadas mal. Arrancó a toser y terminó la charla “Toto” Bulnes. (Risas)

¿Cuánto tiempo más te ves jugando?
Tengo tanta pasión por el futbol que no pienso en eso todavía. Soy consciente que los años pasan y hay que dejarles el lugar a los que vienen de abajo.

¿Qué es el fútbol en tu vida?

Para mí es un cable a tierra y por sobre todo un gran aprendizaje.