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Mauro Berciano: "El fútbol en mi vida es un sentimiento, un hobbies y una película que no termino aún".



Edición número 85 de la nueva sección que brindamos en nuestra web con un protagonista que compone la Liga Pehuajense de Fútbol. Distendida, conociendo al protagonista desde otro lado. Es el momento de un 100% "diablo". Es el turno de Mauro Berciano.

¿Dónde arrancaste a jugar al fútbol y por qué?
Fue post inundaciones. Fue en Atlético Mones Cazón, porque Independiente no hacía fútbol. Éramos trece compañeros de curso de los cuales once jugábamos en ese equipo de tercera división que se coronó campeón de punta a punta. Fue en 1989.

¿Titular o eras suplentes de ese equipo?
(Risas) Debuté directo en primera ese año. Tenía 16 años y de titular. Marca personal a Julio Galeano contra un “Defe” intratable. Perdimos 2 a 1 y me esguince la rodilla a los 70 minutos. Me recuperé y seguí en esa reserva intratable.

Qué manera de debutar…
Ese equipo venía de jugar un Regional, Julio era el “5” y capitán. Me dijo varias cositas durante el partido. (Risas9

¿Jugaba tanto como dice?

(Risas) Sé que manejaba los hilos del equipo. Por eso el maestro Juan Carlos Piazza me mando hacerle personal "no le gustó mucho" estaba molesto

Qué lindo debutar así, más alta la vara imposible y con 16 años...
La verdad soy un agradecido a “Cadorna” Gelabert y a Juan Carlos por la oportunidad que me dieron. Disfruté ese año muchísimo. Primero por debutar en primera y luego de la lesión por jugar con todos mis compañeros de colegio. Coronamos con el campeonato y fue la única reserva del pueblo que lo ha logrado.

¿Cual era la posición donde más cómodo te sentías en la cancha?
Comencé de volante por derecha o marcador de punta. Luego toda la carrera la hice de central. Hugo Pizarro fue uno de los que me enseñó mucho en ese puesto, desde el arco me hablaba y ubicaba. De “2” o de “6” me sentía muy cómodo.

¿Disfrutabas más un cruce o un buen rechazo?
Me encantaba un buen cruce, abajo y con cancha fangosa. Pero que la pelotita me quedara a mí y un pase corto a los creativos. Ahí inflaba el pecho. (Risas)

Pero que el delantero no deje la patita y que los tapones no queden marcado en la canilla…
No había chance. (Risas) Al cruce siempre lo media para hacerlo. Cuando el delantero iba a tomar contacto con el balón en velocidad, ahí barría, entonces evitas la planchita. Creo que en el ping pong de tapones marcados ganó por goleada. (Risas)

Entonces… ¿Cuál fue la mejor patada que diste?
Al “Negro” Astudillo le di una murra linda jugando para Fútbol Club. Grito bastante. (Risas) Y la otra al “Chato” Ferreira. Eran dos crack. Si no les hacías sentir el rigor, te pintaban la cara.

¿Cuál fue tu mayor alegría en el fútbol?
Como jugador, el torneo de reserva con mis compañeros. Los goles que marque en mi querido “Rojito”. El 2 a 1 en un clásico inolvidable. Cómo DT, el pase a la final contra Estudiantes en el 21 de septiembre año 2009. Perdíamos 1 a 0, Jonás Basso les rompió el arco para el empaté y pase a la final.

Por lo que me decís sos muy fanático de Independiente…
La verdad es que llevo al Rojito” en la sangre desde que nací. Pasé toda mi infancia en el Club. Pero siempre agradecido a Atlético Mones Cazón por haberme dado la posibilidad de jugar durante los años que no hubo fútbol en Independiente. Pero el “Rojo” es mi segunda casa sin dudas.

¿Cuál fue la locura más grande que hiciste por el Club?
Luna de miel en Bariloche. Año 1998. Me llama un amigo al hotel donde estaba (no habia celulares) y me dice no te dan el pase (estaba todo acordado del CAMC al CSDI) Cerraba el libro de pases. La noche anterior agarré el auto, las valijas y le dije a mi mujer nos vamos. Diez horas sin escalas. Metí el pase con lo justo. Me costó el lavarropa de mi señora. 1200 dólares Todo por el “Rojo”. (Risas)

No me quiero imaginar ese viaje de vuelta lo que habrá sido...
Sin palabras. Así de simple. (Risas)

Igual si ganaste esa, las demás eran pequeña…
Mi familia siempre me banco con el fútbol y eso que tengo cinco mujeres. (Risas)

¿Todas del Rojo?
Obvio a morir. Igual han festejado mucho acá en el pueblo. Las han cargado poco. (Risas)

¿Cómo es un clásico de Mones Cazon?
Único. Se paraliza el pueblo. Cada habitante defiende sus colores a full. Pareciera que no nos conocemos ese domingo. El lunes todo sigue como antes. La verdad, es que yo los disfruté mucho. Tanto como jugador o como técnico. Será porque me ha ido bien. (Risas)

¿Era más obsesivo como jugador o como entrenador?
Como jugador todo a base de sacrificio. Pero no era obsesivo. Solo entrenaba mucho. Como entrenador sí. Un obsesivo total. No toleraba que se me escape un detalle. Siempre sostuve que los partidos se ganan en la semana y se festejan el domingo.

¿Eras de tener muchas cábalas?
Muy cabulero. Lo que te imagines. (Risas)

Hay una con una planta de ruda. ¿Puede ser?
La mamá del “Chani” Díaz. El utilero se quedó sin ruda. (Risas) Siempre en el vestuario habia mucha ruda. Hojita en cada botín y en casa, varias ollas tiro mi señora por hervir ruda los sábados por la noche. Era psicológico el efecto. Pero a varios los tuve que rociar con ruda para que se soltaran dentro de la cancha. (Risas)

Me decías hoy q uno de tus momentos más felices fue el pasaje a la final en 2009. ¿Dolió mucho estar a diez minutos de la gloria?

Recién ahora y después de diez años estoy valorando lo que hicimos. Pero en ese momento no me sentí subcampeón, sino como el primero de los perdedores.

¿Dirigir el Torneo del Interior fue tocar el cielo con las manos?
Fue una experiencia única. Te das cuenta que es otro nivel. Pero le metimos mucha seriedad y sacrificio. Tanto jugadores, dirigentes y cuerpo técnico. Muy unidos todos pudimos superar a rivales con mucho potencial. El viaje a San Pedro y concentrar en un hotel un día antes con todo el plantel, fue único. Un agradecido al futbol por esa experiencia inolvidable

Te tengo que preguntar porque sos el único protagonista que falta dar la opinión de esa historia. Pablo Pagano dio una versión y Emilio Sanchez. ¿Es verdad que Emilio se esguinzo durmiendo?
(Risas) El “Flaco” siempre estuvo loco. Estábamos en el hotel de San Pedro. Todo planificado. El domingo me levanto a desayunar con el plantel y Pagano me dice, Emilio no juega. Está lesionado. Contaté otro le digo ¿Se lesionó durmiendo? Le pregunto al “Flaco” y me dice, me duele mucho el empeine de la zurda. Así que le dije, no te preocupes que la usas para pararte. Mandé a Camilo Brun a comprar silicoina anestesia, lo inyecte en el vestuario y volaba adentro de la cancha. (Risas)

¿Por qué no lo mirabas cuando se caía al suelo lesionado Emilio? ¿Era otra de las cábalas?
El “Flaco” era una copita de cristal. Si lo miraba se rompía más. (Risas) Muchas veces quería salir por pequeñas molestias, entonces lo ignoraba y en una pierna jugaba igual. Era crack.

¿Chiminelli, Gallego Sanchez y Pagano superaron en patadas a su DT?
(Risas) Yo pegaba cómo un recuso más, porque si no era superado. Pagano, Gallego y Chiminelli pegaban porque les gustaba. Eran carniceros. (Risas) Sánchez no le pagaba a nadie. Era un mariscal. Entraba con el pantalón limpio y lo sacaba lavado.

Si tenes que armar tú 11 inicial con jugadores que te han tocado compartir equipo. ¿Cómo formaría el equipo de Mauro Berciano?

Andrés Heim, Mauro Berciano, José Luis Acosta, Angel Olivera, Leandro Canullan, Javier Martin, Luis González, Rodrigo Trezeguet, Juan Aira, Gabriel Córdoba y Fabián Pignanelli.

Si tenes que elegir a tres compañeros. Uno para hacer el asado, él otro para la música y el restante para la bebida. ¿A quién elegís?
El “Chani” Ángel Díaz para el asado, Emilio Sánchez para la música y Diego Gallego para la bebida.

¿Te quedó algo pendiente en el fútbol?
Salir campeón con el “Rojito”.

¿Qué es el fútbol e Independiente en tu vida?
El fútbol en mi vida es un sentimiento, un hobbies y una película que no termino aún.

Foto: Natalia Marego