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Maximiliano Ochoa: “Pasamos a semis y fuimos a festejar al quincho de la sede. Mucha cerveza, vino y fernet. Terminamos todos los jugadores e hinchas muy borrachos pogueando la rokera de La 25”



Edición número 95 de la nueva sección que brindamos en nuestra web con un protagonista que compone la Liga Pehuajense de Fútbol. Distendida, conociendo al protagonista desde otro lado. Es el momento del "10" del "Fobal". Es el turno de Maximiliano Ochoa.


¿Dónde arrancaste a jugar al fútbol y por qué?
En la escuelita “Miguel Marcos” arranqué. Me gustaba mucho ya de chiquito jugar a la pelota.

¿Eras de los que rompían vidrios o molestabas mucho en el barrio con la pelota?
Las dos cosas. (Risas) Pero más de joder con la pelota con los pibes.

¿Se armaba el típico barrio vs. barrio?
No, jugábamos entre amigos. Éramos demasiados.

¿Cuál es la anécdota más loca que te acuerdes en el potrero?
Y jugar bajo la lluvia en el barro y llegar despues a casa, con lo que significaba llegar todo embarrado en ese momento, la vieja te esperaba con la chancleta. (Risas)

¿Dónde hiciste las inferiores?
En Fútbol Club.

¿A qué edad y en qué año debutaste en Primera?

A los 14 años en el 2002. En ese momento no era tan competitiva la Liga como lo es hoy en día.

Igualmente con 14 años para vos era como la final d la Champions…

(Risas) La verdad que sí. Lo viví con mucha intensidad. (Risas)

Como fue tu reacción cuando te dijeron que ibas a primera. Con 14 años no es muy normal que pase...

No lo podía creer. Una felicidad inmensa. Después de hacer todas las inferiores en el Club y debutar en primera fue muy lindo. Estaba un poco cagado al principio. (Risas) Pero una vez que arrancó el partido pasó todo y disfruté al máximo.

¿En tu casa hubo miedo o lo tomaron natural?

La verdad mucho no me acuerdo. Pero calculo que lo habrán tomado natural. Siempre nos acompañaron a mí y a mis hermanos de muy chiquitos a la cancha, a todos lados.

¿Cuál de los hermanos es el más lírico y cual el más rustico?
El más lírico el hueso, el más chico, y el rústico es el más grande, el “Tata”. (Risas)

Cuantas peleas me imagino en esa casa por la pelota…

Y somos cuatro... (Risas)

¿Dos versus dos salía siempre?
(Risas) No, porque el más chico vino muy rezagado. Ocho años después de mi apareció. (Risas)

Entonces el querido “25” entre los tres…
El famoso 25 sí. Ese no fallaba. (Risas)

¿Cuál es la mayor alegría que tuviste en el fútbol?

No tuve la suerte de salir campeón en Primera, pero si en inferiores. Éramos chicos, fue una alegría inmensa. Después Boca me dio muchas alegrías. (Risas)

¿Cuál fue la patada más dura que recibiste en tu carrera?

En un clásico en la cancha de Juventud. “Ale” Benítez, me sacó del partido. (Risas)

Si viene alguien de afuera y te pregunta por el clásico que Henderson. ¿Cómo se lo definís?

Uno de los más lindos de la Liga. Clásico caliente. Con el pasar de los años, la rivalidad fue creciendo cada vez más. Un clásico para ir a ver sin dudas.

¿Cuál es el que más recordas?

En la cancha de Juventud. Hacia unos partidos que no podíamos ganar, y apareció mi amigo Martín Vives por el segundo palo con un cabezazo que nos dio el triunfo.

¿El lunes después de un clásico como es la ciudad? Porque se conocen todos...
Y mucha gastada y a pagar las apuestas los que perdieron. (Risas) Pero tranquilo. Como decís, nos conocemos todos. Más de una gastada no pasa.

¿Cuál es la mejor anécdota que te ha dejado el futbol?

Cuando empatamos en el Petit con Deportivo y pasamos a semifinal, fuimos a festejar al quincho de la sede. Mucha cerveza, vino y fernet. Terminamos todos los jugadores e hinchas muy borrachos pogueando la rokera de La 25. Algunas cosas se rompieron. (Risas) Pero bueno, era todo festejo, toda alegría.

¿Predominaba el rock sobre la cumbia o fue el momento?
Cumbia poco. Sonaba más el rocanrol. (Risas)

Si tenes que armar tu 11 inicial con jugadores que han sido compañeros tuyos. ¿Cómo formaría el equipo de Maximiliano Ochoa?

Martín Odriozola al arco, mi hermano Franco de 4. Centrales Vives y Santos. De tres e Matías iglesias. En el medio, de ocho Lucas Camera, Luciano Villareal y yo de doble 5. De diez “el chori” Méndez. Arriba “Pinino” (Carrizo) y “Jony” (Hernandez).

Si tenes que elegir tres compañeros. 1 para hacer el asado, otro para la música y el otro para la bebida. ¿A quién elegís?

Asador Lucas Suárez, música Martín Vives y bebida “Leo” Casarin.

¿Cuál fue tu mayor tristeza en el fútbol?
Perder las dos semifinales que jugué. Hicimos mucho esfuerzo para llegar hasta ahí y no poder llegar a la final fue muy duro.

¿Extrañas los domingos?
Se extrañan y mucho. Se extraña ir al club a jugar unas bochas y unos “truquitos”. Comer unos fideos y después ir para la cancha. Volver a la sede a tomar unas cervecitas y charlar del partido.

¿Sos bochifolo?
(Risas) No, pero hubo un momento en que se nos dio por ir a jugar a las bochas. Éramos malos. (Risas)

¿Qué es el fútbol y Fútbol Club en tu vida?
El fútbol es muy importante en mi vida. Desde muy chico que lo empecé a vivir a sentir a disfrutar. Hoy en día lo sigo viviendo así, de una manera u otra, espero que pase rápido todo esto de la pandemia para poder volver a tenerlo con nosotros, es necesario para todos. Y Fútbol Club es gran parte de mi vida. Después de la escuelita, me siguió formando como jugador y me brindó todo. Lo quiero muchísimo, soy hincha fanático y espero que algún día podamos salir campeones de la Liga. Porque es un club humilde que trabaja muchísimo, y realmente merece una recompensa a todo ese esfuerzo.