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El «Negro Omar Antonio»: "Adentro de la cancha de fútbol era un payaso, me gustaba divertir a la gente haciendo sombreros, caños, rabonas y haciendo goles lindos”

 


Fue el pasado viernes 30 de octubre cuando el recordado ex jugador del fútbol regional Enrique Osmar Antonio, el «Negro Omar Antonio», cumplió sus 60 años. El mismo día que Diego Armando Maradona llegó a sus seis décadas. Claramente ese día de 1960, el fútbol, tuvo una jornada mágica.

El “Negro” Antonio es oriundo de Pehuajó, donde comenzó a pulir su talento innato, a fuerza de dormir en el empeine un pedazo de madera que uno de sus maestros del fútbol le tiraba. “Acompaña la caída para que quede muerta” le decía.

Durante años fue el crack de nuestras tierras, en Cuenca, aún hoy es Gardel. Fue seleccionado en cada prueba a la que asistió, pero no le gustaban las órdenes y desistió.

“Invertí mucho tiempo de chico para jugar al fútbol de la forma en que lo que hice, además al futbol lo amo y lo amé, uno adentro de la cancha de fútbol era un payaso, me gustaba divertir a la gente haciendo sombreros, caños, rabonas y haciendo goles lindos” dice Antonio en una nota en el programa radial Punto y Aparte.

“No me gustaba que me mandaran, tuve ese problema. En Buenos Aires el futbol profesional era como estar en la colimba, yo pensaba, cuándo me van a dejar ser. El autoritarismo no me gusta para nada, no me dejaban ser libre” dice quien superó pruebas en Vélez, Ferro, River (a los 23) y Arsenal (a los 26).

“El fútbol es muy generoso, uno tiene que darle todo, tratar de perfeccionar lo que tenés dentro tuyo, los goles míos nunca fueron un zapatazo, siempre eligiendo un palo o esperando que el arquero de un paso” contó Enrique Osmar, nombró que su padre le puso por su fanatismo por el «cabezón» Sívori.

Antonio llegó a nuestra Liga de la mano de Los Once de Colonia Seré, tenía 22 años. Luego tuvo un histórico paso por FCTA. También jugó en Atlético Rivadavia e Independiente de América.

“Un amigo policía me hizo contacto con Seré, tenía ganas de salir de Pehuajó, conocer cosas nuevas. Pude conocer seres humanos brillantes y pude desplegar el fútbol que me gustaba. Mi cuna fue Deportivo Argentino de Pehuajó, que siempre intenta jugar bien al fútbol. Debuté a los 13 años en primera, desde chico aprendí a defenderme de las patadas” detalló.

“En FCTA descollé, me atendieron de una forma maravillosa, luego jugué en Atlético por 2 años, fuimos campeones y subcampeones, hice 19 y 20 goles en cada torneo” contó Antonio y reconoció que su mejor dupla la formó con el “Gallego” Santos de FCTA.

“El fútbol se ha hecho muy físico, estoy dolido con el fútbol. Se está rompiendo con su esencia. El otro día miraba un partido y un jugador profesional inclinaba el cuerpo hacia atrás para patear al arco, obviamente si uno inclina el cuerpo hacia atrás la pelota se levanta, hay que darle información a la pelota para que vaya dónde queremos” comentó.


Fuente: Rivadavia On Line