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David Ortiz: “Viajamos con Matías Mones Cazón a 30 de Agosto, jugamos, comimos y nos tomamos el micro para volver. Nos dormimos y terminamos en Gorostiaga a 15 kilómetros de Chivilcoy”



El arquero pehuajense que milita en la Liga Cultural charló con Lanza la Bola, donde nos contó como paso el 2020, porque eligió ser arquero, que estuvo cerca de dejar el fútbol y una anécdota increíble.

¿Cómo arrancaste este nuevo año?

No de la mejor manera, ya q estuve un año parado y todo me cuesta cada vez más. Pero con ganas de que esto arranque.

 

¿Extrañaste mucho los domingos sin fútbol?

Sí que se extrañan, levantarme temprano para acomodar las cosas y tomar el colectivo para viajar.

 

¿Cómo fue volver en el torneo de Trenque Lauquen?

Fue algo raro, ya que no estaba bien físicamente  y a la vez lindo por volver a pisar una cancha. Más allá de jugábamos seguidos con los pibes.

 

¿Cuesta mucho el salir, el tiempo y la salida al cortar pelotas?

Es verdad que todo tiene su tiempo. Más en la distancia, que lleva más trabajo. Pero de a poco vamos agarrando ritmo.

 

¿Ves posible la vuelta del futbol?

Creo que sí. Hay futbol por todos lados, con protocolos  y haciendo las cosas bien se puede a volver. Tendría q volver.

 

¿Pero te ves jugando en invierno?

Si, pienso que sí. Sería algo lindo que sucediera.

 

¿Por qué arquero?

De chiquito me gustaba mucho como atajaba el colombiano Oscar Córdoba. A los 5 años arranque en el arco. Es un puesto inexplicable y único que muy pocos se animan.

 

¿No probaste con jugar al centro nunca?

Dos veces en inferiores, en sexta división  faltaban 2 jugadores y había dos arqueros. Me puse la “9” y salí a jugar de enganche contra Huracán de Tejedor. Les hice un gol de cabeza. Imagínate la alegría que tenia que  no encontraba a mi familia y a la gente que había ido con nosotros. (Risas) Terminamos empatados 1 a 1.

 

No te dijeron, David sos mejor como “9”

Cuando hay turnos fútbol 5 juego al centro. Me defiendo un poco con los pies. Pero no, nunca me dijeron eso. Me llaman directamente al arco.

 

¿Es difícil ser arquero cuando no te toca atajar los domingos?

Es complicado, lo pase muchos años y siempre apoyando al que estuvo delante de mí. Respetando la decisión del que estuviera a cargo del equipo. Por eso te decía, es un puesto único.

 

¿Pensaste en dejar alguna vez?

Si, en el 2019. Pero el cambio de aire me hizo que jugara.

 

¿Cuál es la mejor anécdota que te ha dado el futbol hasta el momento?

El primer partido que viajamos con Matías Mones Cazón a 30 de Agosto, jugamos, comimos y nos tomamos el micro para volver. Nos dormimos y terminamos en Gorostiaga a 15 kilómetros de  Chivilcoy. No me olvido más. Que dormida nos pegamos. (Risas)

 

¿La vuelta a Pehuajó cómo fue?

Terrible fue. Imagínate,  cuatro y media de la madrugada y  estábamos en la garita muertos de frio, todo traspirado y sin teléfono. Entramos al pueblo a llamar a mi abuelo para que nos fuera a buscar. Hicimos dedo hasta Bragado, nos arrimamos a la boletería y preguntamos por pasajes. Esta parte no me olvido más. Mi señora ya había llamado a todas las boleterías tratando de encontrarnos. Por suerte, mi abuelo nos  fue a buscar hasta allá.

 

Desde ahí no dormiste más en los viajes…

(Risas) De ahí nos empezó a llevar un chico de Casares que  jugaba en la reserva. Nos llevaba y nos traía. No tome más el micro. (Risas)

 

¿Cuál es tu deseo para este 2021?

Que se pare todo esto del virus. Que se vuelva todo a la normalidad y que empiece el futbol para poder disfrutar de los domingos