#Futbol

Pablo Quevedo: “No hay formadores en todos lados y la exigencia al éxito empieza a corta edad, los chicos se frustran y abandonan la actividad. No hay paciencia y entonces debemos buscar lo que no hay adentro y ahí aparecen los ''de afuera ''

 


El "Chapu" habló con Lanza la Bola, donde nos contó como paso el 2020, como viene con la lesión y que piensa de como se trabaja en inferiores. Además, una anécdota imperdible.


¿Cómo arrancaste este nuevo año?

Afortunadamente bien, con la familia y con salud. Con todo lo que está pasando es sumamente importante.

 

¿Extrañaste los domingos de fútbol?

Todos los domingos desde el día que me lesione. Me ayudó bastante que no había fútbol porque si no, sería un león enjaulado. (Risas)

 

Fuiste un adelantado...

(Risas) Tal cual, ya sabía de la pandemia entonces me corté el tendón. (Risas)

 

¿Cómo estas de la lesión?

Bien, por suerte muy bien. Ya estoy en condiciones de volver a trotar, pero obviamente a años luz de antes de la lesión. Necesito tiempo para reacondicionar mi cuerpo y mi cabeza sobre todo. (Risas)

 

Que está más cerca de reacondicionar más rápido. ¿La cabeza o el cuerpo?

El cuerpo por escándalo, la cabeza no tiene solución. (Risas) Hablando en serio, creo que va de la mano. Mi cabeza sigue exigente como siempre,  pero sé que debo darme tiempo para estar bien y en condiciones de ser nuevamente parte de un grupo para poder aportar mi granito.

 

¿Qué te parece que hayan confirmado la vuelta de los entrenamientos y que no confirmaron todavía si habrá torneo?

Es un gran inicio, volver a los entrenamientos nos va a dar un respiro a ésta situación y desde la actividad podemos presionar para la vuelta a la competencia. Creo que debe ser para mejor todo lo que se haga de ahora en más.

 

Vos que estás trabajando en inferiores. ¿Por qué crees que cada vez menos chicos llegan a Primera y se traen más jugadores de afuera?

Ufff, compleja pregunta. Creo que hay cambios rotundos en la sociedad para mal, buscamos el éxito a como dé lugar,  no miramos el camino Y el proceso de cómo llegar. Los chicos en inferiores tienen que tener formadores que les den las herramientas necesarias para poder ellos tomar decisiones, respaldar junto a la familia y a la institución. para cuando lleguen a primera les falte la experiencia de la categoría, eso sería lo ideal. No sólo para el deporte que practiquen sino para la vida misma.  No pasa seguido porque no hay formadores en todos lados y  la exigencia al éxito empieza a corta edad, los chicos se frustran y abandonan la actividad.  No hay paciencia y entonces debemos buscar lo que no hay adentro y ahí aparecen los '' de afuera ''. Jugadores que han sido muchas veces mejor formados que los de acá, que vienen a tratar por el éxito que se les presiona, que son crack y horribles en la misma jugada.

 

Por lo que decís, además de educar al jugador, a veces hay que educar a los padres o mayores que lo acompañan…

Si educas a los chicos, el mensaje es claro y ellos saben que les sirve, los padres van a apoyar. Así mejoras a todo el entorno, por lo menos en la disciplina que estén practicando. Si a ésta situación la llevas a todas las áreas sería otra realidad. Tengo fe que si aparecen más educadores esto mejorará.

 

¿Cuál es la mejor anécdota que te dejo el futbol hasta el momento?

Hay varias. Me acuerdo una cuando estaba en San Martín año 2013 creo. Me lesione, vuelvo y pido jugar en reserva. Me citan contra Fútbol Club en Henderson. Con un compañero de equipo estuvimos todo el partido peleando con el “5” de ellos y le decíamos que lo íbamos a matar que nos espere afuera. Termina el partido, viene otro jugador y nos dice que era campeón de kick boxing. Incrédulos lo buscamos en Internet y era cierto. (Risas). Nos salvamos de la paliza de nuestras vidas.

¿Lo volviste a cruzar en algún otro partido?

En la vuelta, pero en primera, y le dije que teníamos que jugar al fútbol. (Risas)

 

Se terminó la guapeza…

De él sí, no me podía correr tanto. (Risas)

 ¿Cuál es tu deseo para este año?

Que se termine todo esto de una vez, poder visitar a mis familiares sin tanto miedo a que les pase algo.  En lo deportivo, volver a disfrutar del fútbol como jugador y entrenador.