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Belasteguín: "el pádel es nuestro trabajo pero esto es distinto, un sentimiento muy profundo, y no porque pueda ser mi último lo he disfrutado ni más ni menos"


 El argentino analiza el exitoso campeonato disputado en Qatar, donde España triunfó en ambas modalidades.

Fernando Belasteguín ha analizado con MARCA lo que ha dado de sí el Qatar Oredoo World Padel Championship, la decimoquinta edición del campeonato del mundo de pádel en el que Argentina logró el subcampeonato masculino y femenino.

La leyenda de Pehuajó disputó su séptimo Mundial a sus 42 años y afirma con contundencia que jamás vio nada igual. "En infraestructura y organización es el mejor torneo de todos los tiempos. Veníamos de Suecia, que para mí había sido el mejor que había jugado... hasta que llegué aquí. A mí como veterano ver un Mundial de pádel al mismo nivel de un torneo de tenis es increíble, marca un listón que no puedes bajar", cuenta el argentino.

Un campeonato que puede haber marcado un antes y un después para el pádel por el escenario y por la clara apuesta de Oriente Medio por los grandes torneos deportivos. Bela hace una lectura muy positiva de esto: "Este es uno de los empujones que necesita el pádel. Ellos quieren darlo a conocer porque tienen los medios y porque no pueden creer que este deporte no sea más reconocido en todo el mundo".

Además, el 16 años número 1 del mundo avisa con lo que está por venir. "Siempre digo que ojo cuando lleguen a esto Estados Unidos, China o Japón... El pádel es el deporte del futuro y allá donde vaya, triunfará. Es cierto que aún España, Argentina y Brasil están lejos del resto, pero el nivel de las demás ha subido mucho y eso habla muy bien de esto", añade.

El amor por su país

Las lágrimas de Belasteguín durante la interpretación del himno argentino protagonizaron una de las imágenes del Mundial de Qatar. Fueron fruto de un sentimiento que el jugador siempre ha llevado por bandera cuando se ha puesto la albiceleste.

"Cuando entré y vi en la cama la equipación tuve un cosquilleo en la tripa que es inexplicable. Llegando a la final en el bus íbamos haciendo bromas y chistes, pero tuve que apartar la mirada hacia fuera pensando que quizás podría ser mi último Mundial", relata emocionado el argentino.

Una sensación que además comparte con sus compañeros, rivales durante el resto del año: "Nos divertimos mucho, el pádel es nuestro trabajo pero esto es distinto, un sentimiento muy profundo, y no porque pueda ser mi último lo he disfrutado ni más ni menos. Cuando entro a jugar no disfruto nada, quiero competir y mejorar todo el rato. Será cuando me retire cuando lo disfrute".


Fuente: Diario Marca