#Futbol

El 2 y 6 figuraron con el mismo apellido: Peña Biafore. Sí, el sueño que nació cuando jugaban juntos en las calles de Pehuajó por fin se cumplió.


 Compartieron plantel, pretemporadas, entrenamientos y hasta formaron parte de varias listas de concentrados, pero el destino no los unía dentro de una cancha. Cuando uno estaba bien, el otro se lesionaba. Y viceversa. Es más, en un par de oportunidades sus números aparecieron en el cartelito que marcan los cambios y hasta se traspasaron la cinta de capitán...

Aunque la espera fue larga, ellos siguieron persiguiendo el gran sueño y el 20 de julio de 2022 será una fecha inolvidable para la familia Peña, porque ese día, en Reserva ante Gimnasia, Felipe y Leandro jugaron por primera vez juntos un partido en River.

A ellos no sólo los une el apellido. También son un ejemplo de resiliencia y superación. Felipe, categoría 2001, ya sufrió tres roturas de ligamentos cruzados en su corta carrera y la última, el 7 de noviembre del año pasado, fue quizá la más dolorosa porque se produjo mientras jugaba sus primeros partidos en Primera División.

Su aparición significó una grata sorpresa por su buena labor tanto en la mitad de la cancha como cuando le tocó retroceder unos metros a la zaga, posición que había ocupado en Inferiores con Pablito Lavallén y a la que regresó por las bajas de Gallardo en el fondo. Todo era felicidad, pero ante Patronato, en el Monumental, llegó una desafortunada acción que lo alejó de la canchas durante casi siete meses.

A la par, Leandro, categoría 2003, ​también atravesaba un momento duro en su carrera. En marzo de 2021 se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda y cuando atravesaba el último tramo de su recuperación se tuvo que convertir en un sostén fundamental de su hermano mayor: "El día de la lesión de Felipe fue muy complicado porque yo estaba pasando por lo mismo. Verlo ahí sufriendo, como hermano, a uno como que le toca el corazón”, contó. 

Los golpes no los derrumbaron. Todavía con la bota puesta, Feli abrazó a su hermano, festejaron en Núñez la obtención de la Liga Profesional y hasta dieron una emocionante vuelta olímpica. Siempre juntos y apoyándose mutuamente, los hermanos, como dice el Martín Fierro, son muy unidos. Y a partir del 31 de mayo, con el alta médica de Felipe, el sueño empezó a estar un poco más cerca de cumplirse...

"Creo que los dos estamos convencidos de que lo vamos a lograr y que no falta mucho”, había adelantado Leandro. Y así fue. Hace poco más de un mes, Felipe empezó a sumar rodaje tras el extenso parate. Fue titular, jugó los 45' partidos estipulados y en el entretiempo le dejó su lugar y el brazalete a su hermano, lo mismo que sucedió unos días después frente a Huracán.

Tras descansar ante Godoy Cruz y continuar con la puesta a punto, Felipe volvió a ser titular frente a Vélez y Leandro no ingresó. Finalmente, en Estancia Chica, el DT La Rosa confirmó los 11 para enfrentar al Lobo y el 2 y 6 figuraron con el mismo apellido: Peña Biafore. Sí, el sueño que nació cuando jugaban juntos en las calles de Pehuajó por fin se cumplió.

Con la ventaja de entenderse con una simple mirada o un gesto, formaron una sólida dupla central y se abrazaron tanto en los goles como después de cada cruce o rechazo salvador. El fútbol y River los unieron dentro de una cancha. La espera fue larga y con momentos muy duro, pero vaya si valió la Peña...


Fuente: Olé