“Cuando supe que iba a estar el torneo de Mendoza no lo dudé ni un segundo. Saqué pasaje para poder disfrutar un día y medio en Pehuajó"
Los cantos se escuchaban desde la sala de prensa, ubicada en
el cordón del imponente Aconcagua Arena de Mendoza, el recinto sede de la
primera cita del Premier Padel en territorio argentino. Eran chicos. Eran
muchos. Y el sonido retumbaba cada vez con mayor fuerza. "¡Bela,
Bela!", surgía desde las entrañas de la cancha principal.
Fernando Belasteguín, el mejor jugador argentino de pádel de
la historia, número uno del mundo durante 16 temporadas consecutivas, absorbió
todo el cariño que le brindaron esos 1500 chicos que llegaron de las escuelitas
de las diferentes federaciones provinciales del país para alentarlo, conocerlo,
mimarlo y llevarse consigo una experiencia única.
“Cuando escuché que cantaban mi nombre me agarró una cosita…
Lo estoy disfrutando mucho. Sólo yo sé el esfuerzo que tengo que hacer para
seguir siendo competitivo en este nivel, pero me cuidé siempre, me voy a seguir
cuidando, y cada día que salga a la cancha voy a disfrutar del cariño de la
gente. Quiero jugar hasta 2024 y tengo en la cabeza lo que viene. Me siento muy
bien. Es un regalo tener 43 años y jugar con chicos de 20”, contó Bela, dueño
de un recorrido único en el pádel.
Belasteguín reside hace más de dos décadas en Barcelona,
juega los mejores torneos del mundo, es una figura rutilante en el ambiente del
pádel, pero no tiene problemas en desnudar su sencillez. Apenas supo que habría
en Mendoza una fecha del Premier Padel, el novedoso tour que llegó para
revolucionar el deporte de las paletas, lo tuvo muy claro: quiso volver al lugar
de sus raíces.
“Cuando supe que iba a estar el torneo de Mendoza no lo dudé
ni un segundo. Saqué pasaje para poder disfrutar un día y medio en Pehuajó,
donde no había estado desde 2013. Volver a Pehuajó para mí es un escape de
nuestro pequeño mundo del deporte. Significa salir un poco de un ambiente en el
que hay demasiados intereses, demasiada falsedad. Cuando vuelvo a Pehuajó es
compartir en el ambiente de mi familia, de mis amigos, porque más allá de ser
jugador de pádel uno no deja de ser el mismo de siempre", expresó.
El hombre de Pehuajó
forma pareja con el español Arturo Coello, junto a quien celebró su primera
victoria en Mendoza en apenas 43 minutos dentro del cuadrilátero del 20x10: fue
triunfo 6-0 y 6-1 ante los argentinos Joaquín De Astoreca y Máximo Maldonado.
El día después está lejos: será luego de 2024. Pero Bela ya
empieza a vislumbrar lo que puede ser su nueva vida lejos de la competencia
profesional: "Tengo un gran proyecto en relación a la creación de clubes
con mi nombre. Ojalá que llegue el momento en el que pueda ayudar a muchísimos
chicos a desarrollarse en el pádel profesional. Ese es un paso que ya llegará,
pero ahora estoy muy concentrado en ser competitivo con los chicos
actuales".
El Premier Padel, en la opinión del experimentado argentino,
apareció para cubrir espacios que no estaban llenos. "Creo que Premier
Padel llegó en el momento justo. Los jugadores exigíamos un montón de cosas que
Premier nos las dio. Este circuito nos llevó a jugar a escenarios como París o
Roma, donde jugaron Roger Federer, Rafael Nadal, todos los fenómenos del tenis
mundial", manifestó, en referencia a los dos últimos Majors disputados en
Roland Garros y en el Foro Itálico.
Y amplió, en torno al sentimiento personal: "La
evolución del deporte va a generar que los jugadores que estén mucho tiempo
puedan ganar mucha más plata que nosotros, y eso me hace feliz, pero un
escenario más alto que Roland Garros no existe. Yo salí de Pehuajó, empecé a
jugar en una canchita, y llegué a jugar en Roland Garros".
El estatus que alcanzó Bela durante su extensa carrera con
una pala en la mano le permitió llegar a sus propios ídolos del deporte:
“Además de ser jugador profesional de pádel soy un fanático del deporte. La
vida me dio la posibilidad, a través del pádel, de hacerme amigo de personas a
las que yo consideraba ídolos absolutos, como Carles Puyol, Andrés Iniesta o
Johan Cruyff. Con David Nalbandian nos hicimos muy amigos. Yo lo vi ganar el
Masters de Madrid en 2007, cuando eliminó a Djokovic, Nadal y Federer, y el
deporte me permitió ser amigo suyo. El pádel me regaló estar con fenómenos del
deporte mundial. Yo jugaba al pádel con ellos, nos íbamos a cenar y, cuando
volvía a mi casa, me acostaba y pensaba: ‘Qué suerte tengo’”.
Y, para cerrar, no tuvo dudas en la manera de describir al
legendario futbolista y entrenador holandés, fallecido en marzo de 2016:
“Cruyff era, porque ya no está más, la persona más carismática que conocí en mi
vida. En las charlas, en los asados, después de los partidos de pádel. Sin
quererlo Cruyff siempre lograba que te fueras a tu casa pensando en muchas
cosas”.
Fuente: EL gRAFICO