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Matías Lamanna: “En una época no llegábamos económicamente, mi vieja se ofreció para vender empanadas y pudimos solventar un montón de gastos. Corrimos medio año con eso”

 


Matías Lamana será uno de los representantes locales que estará este fin de semana en La Pastora, cuandos las CRAS, corran la tercera fecha del calendario. 

El piloto pehuajense tenía un buen auto en la fecha corrida en Urdampilleta pero una rotura le hizo perder el fin de semana.

Charló con Lanza la Bola Deportes, sobre la carrera pasada, lo que se viene y lo que hace en alguna ocasión un piloto para estar en una carrera.

¿Qué te dejó la carrera de Urdampilleta?

Me dejó un gusto agridulce. Veníamos el fin de semana de menos a más y contento como venía el auto, porque veníamos mejorando en cada tanda que saliendo, pero no pudimos clasificar porque se nos rompió un disco de embrague. Tuvimos que largar último en la final B, pudimos solucionar el problema y terminamos séptimo. En la segunda final pudimos acomodar un par de puntos en el auto y cambio mucho. No teníamos el mejor motor, pero el funcionamiento del chasis iba muy lindo y eso nos ilusionaba. Muy agradecido al “Pato” Campo que me está dando una mano, a mi viejo que trabaja incansablemente y de a poco se están dando los resultados. Pero no podemos redondear un domingo. Estamos convencido que la mala racha por este camino se cortará.

 De no pasarte lo de la rotura. ¿Estabas para meterte en la Final A?

De no ser por la rotura podíamos haber peleado por entrar en la A, pero se dio así y tuvimos que dar lo mejor en la B. A veces puede ser por la falta de revisar las cosas o falta de tiempo en trabajar en el auto, porque muchas veces se complica por distintas situaciones personales.

 ¿Cómo se hace desde lo psicológico saber que perdiste completamente el fin de semana cuando no pudiste clasificar?

Me ha tocado muchas veces esto de roturas. Tratar de solucionar lo que surja, ir para adelante y sacar de la mejor manera el fin de semana. Te bajonea un poco, por el laburo que se hace antes de la carrera y uno quiere ver un resultado positivo. Lo que nos quedó del fin de semana, son tres vueltas que pudimos girar solos y estuvimos en lo tiempo de los punteros. En carrera cambia el tema, pero el auto está para estar ahí y eso motiva.

 ¿Qué trabajo han hecho pensando en La Pastora?

En lo que es el chasis solo se revisó y estamos haciendo una reforma es en la directa, en lo que más veníamos teniendo problemas.  Después estamos trabajando en el motor, si podemos reunir algunos caballitos más al corral. (Risas). Después nada más, vamos a llegar con lo justo.

 ¿Es  distinto correr de local?

No sé si distinto, pero es la carrera que todos los pilotos de Pehuajó queremos ganar, yo no sé si ganar porque esta complicada la categoría, si soñar con un podio ya que pueden estar muchos conocidos que no pueden estar en otros circuitos por diferentes razones. Ojalá algún día se nos dé.

 ¿Cómo arrancaste a correr?

De muy chico me gustaban los autos y siempre el deseo fue  correr. Me hubiera gustado correr en karting, pero a mi viejo no le gustaba la idea. Hasta que cumplí los 18 años y empecé a insistir un poco más. Seguí un par de carrera a mi primo, el “Negro” Lamanna y me entusiasme más. Vendí un auto que tenía, le comente a mi papá, me ayudó y me consiguió un auto. Me dio una mano mi primo y lo pusimos en pista. Hace seis años ya de eso y seguimos en pista. Siempre se aprende.

 ¿Cuál fue la locura más grande que hiciste para correr alguna fecha?

Algún que otra hemos hecho (Risas)  Se deja de hacer muchas cosas por estar. En una época no llegábamos económicamente, mi vieja se ofreció para vender empanada y pudimos solventar un montón de gastos. Corrimos medio año con eso. Más que agradecido. No me quiero olvidar de Sandra y Alberto, de la rotisería “El Gaucho Pobre” que estuvieron desde el principio. Claudio del Pup, mi tio el “Pato” Lamanna y mucha gente que siempre se ha portado muy bien conmigo.

 En una fecha en Carlos Tejedor no tenía como llevar el auto y un primo siempre se ofrecía. Me acuerdo que eran las 8 de la mañana y no llegaba para la inscripción. Hasta que llegó. No quería que maneje, arrancó manejando e iba con sueño. (Risas) Una vez que puso quinta, se tiro para atrás y me dijo maneja vos. Manejaba con la mano izquierda y el dormido aceleraba. Así llegamos a Tejedor. Donde  venía alguno de frente lo despertaba para que afloje la velocidad. (Risas). Única y última vez una locura así que no hay que hacer.

 ¿Son buenas las empanadas?

Y que te voy a decir. (Risas) Una grande la vieja. Los pasteles también son muy buenos (Risas). Pero de mis viejos voy a estar eternamente agradecido.

 ¿Cuál fu tu mayor satisfacción en el automovilismo?

La única carrera que tengo ganada que fue en Salazar. No fue ganar en pista, porque mi primo tenía un recargo y no lo vio.  Venia tercero y sin embrague. Sale el pace car y quede en cuarta. Venía el “Negro” (Lamanna), Borges y yo. Se relanzó y pensé que cuando se largara me iban a pasar. Pero no paso eso. Pudimos aguantar la posición y nos arreglamos bastante bien. Entrando en la última vuelta, se venían peleando mucho los dos primeros. Llegamos en las últimas curvas, no me acuerdo si hubo un roce y termine medio auto delante de Borges. Más como se dio todo, porque apenas pude llegar a boxes por lo del embrague.

 Agradecimientos…

A los que están siempre. Mi viejo que es el que más labura y mi vieja que está en cada carrera. A mi novia, Lucas, Alberto, Sandra y mi hermano, al “Pato” Campos y “Colo” Teves.

Foto: Jonatan Teves.