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Volver para honrar la historia

La vuelta de Boca Junior al fútbol pehuajense resulta ser uno de los más esperados retornos, dado que se trata de una institución que siempre ha sido un valioso participante en campeonatos locales, sea luchando bien arriba o convirtiéndose en partícipe necesario de una definición, cuando algún candidato debió medir fuerzas con los de la franja amarilla en el pecho en la recta final hacia el título.

Porque la filosofía boquense no es perdurar y transcurrir, ni tampoco existir por existir. Su filosofía es honrar el fútbol que generalmente han practicado sus hombres. Un fútbol nacido en una equina del suburbio bajo el brillo de la luna y la luz del almacén. Un estilo de garra y corazón con pinceladas de potrero puro. Visceral. Auténtico. Así ascendió a la división superior de la Liga Pehuajense en 1946, fue subcampeón en 1950 y campeón en 1953, único título de su historia. Y también cumplió otras campañas destacables como las que le permitieron obtener el tercer puesto en los torneos de 1975 y 1995, luchando hasta lo último y siendo determinante en la definición. Pero lo más significativo es que ese estilo particular ha hecho que la camiseta de Boca sea respetada hasta por los más encumbrados rivales.

Peligroso en cualquier cancha pero más fuerte todavía en su propio reducto, los equipos boquenses se han nutrido de jóvenes de una extensa barriada del oeste de la ciudad y vistiendo su casaca se han destacado numerosas figuras del fútbol lugareño. Como ejemplo basta con citar, entre otros, a Vicente Vital, "Lito" Sánchez, Ricardo Atún, "Cacho" Guagliarello, Roberto Garrote (goleador del torneo oficial de 1961), Rubén "Peca" Pérez, "Bocha" Gema, Roque Mocheggiani, Juan Domingo Peña, Tierno Sauco y "Juanjo" Erostegui, hombres totalmente identificados con los colores azul y oro. Pero para ser más gráficos en el fundamento resulta justo mencionar que más de 30 jugadores que pertenecían a Boca integraron los planteles oficiales de la Selección Pehuajense en campeonatos argentinos y varios más en confrontaciones amistosas del combinado albiceleste, circunstancia que no constituye un dato menor sino que, por el contrario, marca el protagonismo de los valores de dicha entidad en todos los puestos y en diferentes etapas de nuestro fútbol.

Ahora será el campeonato oficial liguista de 2011 el que lo contará nuevamente entre sus participantes y hoy son otros los nombres que buscarán honrar esa vieja filosofía. Por eso cuando vuelvan a abrirse las puertas del estadio de Perón y Ascasubi, mudo testigo de tardes gloriosas del fútbol pehuajense, Boca estará ahí, con el orgullo de su historia y las esperanzas intactas de volver a ser gran protagonista. ¡Bienvenido Boca Junior! Y que así sea.

Fuente: Roberto F. Rodríguez Diario Noticias