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Los caminos de la vida



El 15N para muchos un día especial, para muchos el día, para otros un día que podía quedar en la historia, pero otra vez, como ya había sido durante el transcurso del torneo, se volvían a ver las caras: Defensores y Maderense por sexta vez en el año, y con una particularidad en la estadística, Defensores nunca había caído ante su rival de turno y justo Maderense, en el día que esperaba coronar su décimo sexta estrella el local, iba a volver a dar el golpe, privando a los de Julio Galeano coronarse, en su cancha ante su gente y con ventaja deportiva, después de haber ganado en la primera final, jugada en el Juan Halzague; y extendiendo por catorce días más la definición del campeonato “Italo Calcagni”.

Los alrededores del Alberto Irigoyen se veían invadidos por muchas vallas, muchos efectivos policiales. Las entradas a los accesos directos de la cancha del “Defe” estaban custodiadas y la gente, de a poco, iba intentado acomodarse y buscar el mejor lugar para esperar el plato fuerte de la tarde, la hora de 16. El mundo futbolero se daba a la cita: los hinchas de Defensores iban poniendo el color azul y rojo, color que prevalecía en gran parte del Irigoyen; niños, familias enteras, amigos, amigas y gente del fútbol, se aprestaban a observar lo que ocurriría entre los dos finalistas. La entrada visitante, el acceso sobre el barrio Fonavi 1, también encontraba mucha cantidad de público, el sector visitante, de a poco, iba tomando color y ese lugar, el verde y blanco, era la referencia para los de Francisco Madero.

Antes de las 15, el reloj marcaba 14:50, y la cúpula de la Liga Pehuajense llegaba a la zona de vestuarios de la cancha y entre los directivos, aparecía la figura del rosarino Saúl Laverni, que de buena prestancia, saludó a todos los presentes, firmó algún autógrafo en el medio, posó para algún flash, para luego internarse en su vestuario. Camisetas, gorras o algún atuendo haciendo referencia a los colores de sus amores, era la premisa para estar en la cancha. Casi como un calco de lo que había sido la semana anterior, tanto Defensores como Maderense llegaban a la zona de cambiarse a la misma hora. Defensores llegó con tranco cansino y buscando empezar a realizar los ejercicios de calentamiento dentro del campo de juego; el último en ingresar fue su técnico Julio Galeano; Maderense llegó también con confianza y con la concentración puesta en el pleito; en la visita el que llegó más tarde fue Maximiliano Jorda, cuando todo Maderense ya estaba en zona de vestuario cambiándose, para empezar a trabajar en los trabajos regenerativos.

Las mascotas se pusieron cerca de la boca del túnel para acompañar a los dos equipos; y antes de las 16 Ortellado encabezó la fila india para que Defensores fuera el que aparecía primero en la tarde; 3 minutos después Gutiérrez tomó la posta para que la visita pisara el campo de juego; en ambos lados, la invasión de papelitos, serpentinas, globos, y demás cotillón, le pusieron el color necesario a la gran tarde de fútbol que nos aprestábamos a observar.

El juego con un Maderense que desde el vamos intentó presionar adelante ante un Defensores atónito, que no reaccionaba y Jorda, después de un cierre de Ortellado para Tolosa, presionó, robó la pelota y con un toque de zurda, mandó la pelota al fondo de la red antes de los 10´. La visita empezaba casi desde el vamos a encontrar lo que necesitaba para forzar el tercer partido. Defensores equilibró después de pasado el primer cuarto de hora, Colombano encontró el espacio adecuado y a las espaldas de Conde empezó a llevar peligro al arco de Calandria; dos grandes salvadas de Gutiérrez y otra del arquero de Maderense, ahogaron el empate del local; Defensores intentaba, iba, ante un Maderense que retrocedía y hacía peligrar su ventaja parcial; Colombano, ganó como lo hizo durante toda la primera parte y metió un centro con mucha rosca, Naser entrando por el segundo palo metió un perfecto frentazo, que hizo estéril el esfuerzo de Calandria para poner las cosas como al principio. Cuando se iba la primera parte, un pelotazo frontal desde la izquierda encontró a Lucero entre los dos centrales y el delantero tuvo espacio para meter un terrible zurdazo, arriba, para hacer delirar a todo el pueblo verde, festejo con pirueta incluida.

Con la ventaja a su favor, Maderense retrocedió, hizo algunos retoques en defensa, y dejó que Defensores tomara el protagonismo del partido: con Rivas por Navarro y con Pérez por Mena, Julio Galeano intentó quebrar a una defensa sólida, con grandes actuaciones, como las de Gutiérrez y Galeano. Defensores fue, pero careció de ideas y terminó sin una idea generalizada del juego. Laverni a los 48´ pitó y la postal de la semana pasada cambió de intérpretes. Defensores se fue con las cabezas bajas ante un Maderense que, desde su euforia, se abrazó a una nueva ilusión, que tendrá definición certera dentro de catorce días. Los caminos de la vida serán como yo he pensado, dirá algún hincha eufórico, que hoy fue por el festejo y no pudo ser; por el otro lado, el otro fanático, de la vereda de enfrente, tuvo revancha y encumbrará su camiseta para volverla a vestir en la definición del campeonato, que si tendrá campeón el 29 de noviembre, será Defensores, será Maderense, sólo deberemos esperar.

Fuente: Diario Noticias