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El dueño de los goles, el ídolo de todos



El fútbol regional vive uno de los momentos más sublimes. Nunca un equipo de Carlos Casares llegó tan lejos, nunca un conjunto de la zona estuvo tan arriba (a excepción del mítico Loma Negra de Doña Amalia). Agropecuario, el club fundado hace cinco años, se convirtió en la institución más joven del país en ascender cinco categorías para llegar al Nacional B. Campeón de la liga casarense en tres oportunidades, semifinalista en el Federal C; luego ascenso en el Federal B, y ahora dio el gran golpe en el Federal A. Desde lo institucional su mentor, fundador y líder Bernardo Grobocopatel. El que ideo este proyecto y transformó a su club, el que no tenía hinchas en el cuadro de la ciudad y la zona.

Dentro de la cancha el dueño de los goles, de la cinta de capitán y el estandarte, es un muchacho rubio, de pueblo chico del interior bonaerense, pero con un corazón y una entrega inmensa que lo hicieron líder y emblema, no solo del club sino de la historia del fútbol casarense.

Orgullo sienten sus viejos Estela y Andrés. Satisfacción sus hermanos y sobrinos. Emoción su compañera. Alegría sus vecinos de Bellocq, y los que lo vieron crecer mientras sobre un cuaderno dibujaba letras, con música de gol. Todo acompañado en la canchita de tierra donde se jugaban los tradicionales “papi”, mezclados entre los más grandes, con sus ojos celestes iluminados en cada gambeta, dejando a los rivales en el camino para sacar un derechazo, que más que un remate era un latigazo con destino de red.

Pasó por Deportivo Argentino de Pehuajó, luego recaló en Atlético de Carlos Casares. Y cuando el genuino intervenía en la liga pehuajense, siendo un juvenil, ganó algunos minutos. Después con el seleccionado sub 17, en cancha de Defensores tuvo una actuación consagratoria. Él solo se las arregló para que Casares venciera a Pehuajó 2 a 1, luego que el local sea muy superior. Los rivales lo saludaron y el poco público que ese día estaba en el estadio, lo premio con un aplauso cuando se retiraba a los vestuarios.

Estudios y juego en Estudiantes de La Plata, títulos con Atlético, Torneo Federal con Independiente de Chivilcoy, y el primero en sumarse al nuevo proyecto: Agropecuario de Casares.

Como todo buen escorpiano (nació el 28 de octubre de 1989) fue obteniendo lo que se propuso. Nadie le regaló nada es cierto, porque cada técnico que arribaba al sojero tenía su lista de delanteros. El comenzaba en el banco, pero la historia se repetía. El terminaba siendo titular. Así varias veces. El terminaba de convencer a los DT. Por lo que exponía y expone dentro del rectángulo de juego sucumbían ante la presencia del delantero de pueblo. “El animal del gol”, “el paisano”, arrasa por juego, por carisma, por entrega, por su don de gente, y por ser un líder en un equipo que hizo y sigue haciendo historia.

Con el brazalete en el brazo izquierdo es el que más saludos y pedidos de fotos recibe. Para los chicos su ídolo. Para los compañeros el emblema. Para los rivales respeto. Para sus amigos, un tipazo. Para quienes lo conocemos de chico, orgullo.

Es el dueño de los goles, el que corre y se eleva para conectar de chilena un golazo. El que saca un derechazo con olor a ascenso. El que marca el ritmo del ataque. El que llegó con la ilusión de chico, y aún mantiene vivo ese brillo en los ojos de cuando era un purrete que desparramaba rivales. Es el jugador de todos, de un pueblo futbolero al que trascendió camisetas. Hoy Agropecuario hizo historia, y en la historia grande brilla con luz propia la figura emblemática, que será eterna y sinónimo de esa gloria de un delantero fenomenal. Su nombre: Gonzalo Urquijo.