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Defensores sigue de fiesta



Ganó Defensores, es cierto, y sigue camino hacia la final. Perdió Deportivo y fuera del torneo. Esto no solo también es verdad sino que resulta consecuencia de la expresión anterior. Pero lo más importante fue que el domingo se vivió una fiesta del fútbol, con un marco impresionante, mayoritariamente local pero con significativa presencia visitante.

Ganó Defensores porque salió dispuesto a buscar rápidamente la apertura en el marcador para inmediatamente pasar a defender la diferencia y procurar ampliarla por la vía del contragolpe. Una receta que, no por antigua deja de ser efectiva. Y en un 66% lo consiguió en la primera etapa. Porque abrió el marcador a los 20 minutos como se lo había propuesto y supo defender el resultado. Solo falló en no acertar un contragolpe.
Deportivo acusó el impacto pero a lo largo de esa etapa fue músculo, despliegue y entrega, vale decir: esfuerzo físico sin ideas que marcaran cual era el camino.

El gol de Defensores se veía venir. Barros tenía demasiados problemas marcando su sector y por allí llegaba el local. Primero fue Colombano el que quedó solo frente a Volpe pero su remate fue desviado por la pierna del uno azul. Luego fue Ayende que por muy poco no alcanzó a cabecear un centro pasado que llegó desde aquella zona en problemas. También Zanabria apareció habilitado por dicho sector pero su disparo se fue por sobre el horizontal. Entonces no extrañó que llegara el gol.

Fue a partir de un tiro libre para el local en mitad de cancha con todo Deportivo fuera de su área. La pelota fue hacia la derecha, donde estaba Pospisil, mientras Locastro picaba hacia el arco rival, pero antes que el calvo zaguero cabeceara el balón para enviarlo al corazón del área, Locastro era el único jugador, junto al arquero azul, que pisaba el rectángulo peligroso, por cuanto al ir a buscar el centro aéreo del seis azulgrana, Locastro estaba en off side. El juego siguió y su cabezazo superó a Volpe, rebotó en el travesaño y volvió hacia el goleador, quien intentó una especie de chilena que, aunque pareció poco acrobática, tuvo sus frutos porque el balón le quedó a Naser que supo definir con zurdazo bajo y cruzado contra el palo izquierdo del arquero.

¿Por qué se quedó Defensores después del gol? Quizá por fidelidad al planteo ya mencionado. ¿Por qué Deportivo no logró empatar? Hay razones, pero no podemos hablar de ellas sin mencionar otra jugada clave. Un claro penal cometido por Amoroso sobre Orellano que el árbitro Berrutti no consideró así y amonestó al volante azul por simulación. ¿Qué pasó? Guallarello se apoderó del balón en un cruce que se reclamó falta, luego trabó y ganó ante Pospisil y la pelota le quedó Orellano que, entrando al área por el callejón del 10, fue derribado por Amoroso en un cierre desesperado.

Dos jugadas importantes cambiaron el curso de un partido en el que si bien Deportivo se sintió perjudicado, tampoco supo ganarlo. Fue un equipo que intentó hacer correr la pelota sin perder las posiciones pero le faltó eficacia. Porque Vizio tenía el balón en tres cuartos de cancha, pisaba, amagaba y tocaba de taco hacia un compañero, pero éste recogía el balón y como no podía desprenderse del mismo como para generar sorpresa volvía con el esférico y buscaba una descarga hacia un tercer compañero que tampoco encontraba una vía posible y terminaba retornando la pelota a Vizio que, parado en el mismo lugar que antes, intentaba otra vez. Eso ocurrió varias veces. Pero aunque Deportivo tuviera la pelota así, eso a Defensores no le importaba, en tanto y en cuanto la tuviera lejos del área de Tolosa, porque lo que corría era el tiempo y cada minuto que pasaba alejaba a los azules del pase a la final y acercaba a los azulgranas que, obviamente, esperaban dar el zarpazo decisivo con un contragolpe letal.

Esas tres fases con las que Deportivo ha sabido llegar al gol a través de: la salida clara desde el fondo por un lateral, la correcta administración en el medio campo para generar la gestación de la maniobra ofensiva, y la eficacia del delantero encargado de darle la correcta finalización a la jugada en el arco rival, no llegaron nunca a concretarse. Porque la salida limpia que muchas veces intentó y consiguió Urquiza por derecha, se perdía en la irresolución del mediocampo y ya no le llegaba limpia a Tallarico.

Un remate de González que se fue cerca del marco de Tolosa, un disparo bajo de Urquiza que el uno local sacó con esfuerzo contra la base de su palo derecho, y un cabezazo de Tallarico que pasó muy cerca, fue lo mejor que pudo concretar el azul en la segunda etapa, dejando la clara sensación de haber sido capaz de equilibrar el trámite pero incapaz de desequilibrar en el resultado.

Sin embargo Defensores, en varios momentos del segundo tiempo e incluso en el último cuarto de hora que jugó con diez por expulsión de Colombano, encontró espacios para la contra. Volpe salvó su valla en un par de ocasiones decisivas. Medina aportó un cierre milagroso, y Urquiza, en un despliegue descomunal de punta a punta consiguió cruzar a Locastro que, después de haber superado a Volpe en mitad de cancha, se iba solo hacia el gol por derecha.

En el descuento, Locastro encontró lo que buscaba cuando Deportivo era todo desesperación. El 2 a 0 cuando aun restaba uno de los cinco minutos adicionados, selló un partido que ganó el local. Es cierto que en gran parte del cotejo ambos equipos no hicieron uso efectivo del balón, porque Defensores terminó revoleándolo a suerte y verdad, y Deportivo apenas si lo sacó a pasear, pero entre uno y otro, el local logró sacó buenos réditos en sus mejores momentos y pasó a la final.

Roberto F. Rodríguez.