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Mauro Ferracci: “Tuve la suerte de compartir cancha con mis dos hermanos. Teníamos la 8, la 9 y la 10. Lo recuerdo mucho y es un orgullo muy grande”



Edición número 58 de la nueva sección que brindamos en nuestra web con un protagonista que compone la Liga Pehuajense de Fútbol. Distendida, conociendo al protagonista desde otro lado. Es el momento de conocer a uno de los máximos goleadores que dio nuestra liga. Es el turno de Mauro Ferracci.


¿Dónde arrancaste a jugar al fútbol y por qué?
Hasta los 7 años viví en Curarú. Después de las inundaciones nos vinimos a vivir a Pehuajó. Ahí llegué a San Martín, donde arranqué a jugar e hice las divisiones inferiores. Siempre me gustó jugar al fútbol. Todo el día estábamos con la pelota y se disfrutaba mucho jugar con los amigos.

¿A qué edad y en qué año debutaste en Primera?
Debuté en el año 93 con Rubén Borrego, pero fue un amistoso en Juan José Paso. De forma oficial lo hice en el año 94, en la vieja cancha de San Martín ante Maderense. Ganamos 4 a 0 a Maderense y pude convertir un gol. Tenía 16 años. En ese momento, había muy buenos jugadores en el Club y muy buenos delanteros que se te hacia difícil llegar. Pero tuve la suerte, que Rubén Borrego se fije en mí y me lleve a primera.

¿Pudiste compartir cancha con tus dos hermanos en sos partidos? O no pudieron coincidir los tres juntos?
Si. En el año 93 cuando yo debutó de forma no oficial, tuve la suerte y la posibilidad de jugar con Gerardo y con Julio. En el año 94, Julio sigue jugando en San Martín. El Club sale campeón en el 93 y mis dos hermanos salen campeones juntos. En el 94, Gerardo se va a jugar a Coronel Suárez. Queda Julio. Debuto, jugamos juntos y salimos campeones. En el año 95, Gerardo vuelve a San Martín y tenemos una foto que estamos los tres hermanos juntos compartiendo cancha. Fue la primera fecha ante Calaveras en la cancha de San Martín. Tuve la suerte de compartir cancha con mis dos hermanos. Teníamos la 8, la 9 y la 10. Lo recuerdo mucho y es un orgullo muy grande. Es algo muy lindo jugar con los seres queridos. Tuve la suerte de salir campeón con uno de ellos y Julio con los dos. Es una satisfacción muy linda.

Como 9...Quien es el mejor de los Ferracci ¿Gerardo, vos o Athos?
Es una pregunta difícil esa. (Risas) Cada uno tiene sus características. Uno tiene algunas cosas que el otro no tiene. Los tres somos distintos. Gerardo era un “9” de área que cabeceaba muy bien. Un jugador muy talentoso. Athos es un jugador que sale más afuera, sale a pivotear y en el área es muy vivo. Lo que pasa es que es muy pichón todavía. Yo tenía otro método de juego. Lo mío era el empuje y la fuerza. No tanto el cabezazo. Yo tenía esa motivación y esas ganas de correr. De llevar a la arrastra un jugador. Con Gerardo hemos sido grandes jugadores. Hemos dejado un nombre en el Club y en el fútbol. Athos recién empieza, hace dos años que juega en Primera y no tengo ninguna duda de que va hacer un gran “9”. Tengo un orgullo muy grande por él, una que es él hijo de mi hermano, el apellido de mi sangre y de mi viejo. Además debutando en el Club y yo siendo el entrenador. Eso es una alegría muy grande. A los dos los amo con toda mi alma.

Tu hijo es chiquito pero... ¿Ya le pinta ser 9?
(Risas) La verdad que no sé. Justo este año empezaba la escuelita de fútbol. Estaba muy entusiasmado, habíamos comprado botines y lamentablemente por todo esto pudo ir una o dos veces. Lo importante es que juegue, disfrute y la pase bien él. Como papá me gustaría que juegue de número “9”. Pero bueno, capaz que las condiciones de ser delantero las puede tener o no. Cuando sea más grande a él le tiene que gustar donde jugar. No a mí. Al chico no hay que insistirle donde tiene que jugar. Lo importante que le guste el fútbol. Pero seguramente va a seguir la posición de “9” como hemos jugado la mayoría de los Ferracci. Digo la mayoría, porque mi hermano Julio jugaba de 8, un carrilero derecho que iba y venía como un pistón. Mi viejo, si vos averiguas en Curarú, jugó de “2”, de”3”, de “5”, de “8” y de “9”. Siempre me cuenta una anécdota que nunca jugó de “9” y lo pusieron un partido. Tuve la suerte de convertir dos goles me dijo. Le dije yo: Vos serias nueve. No serias ni dos, ni tres ni cinco. (Risas) Ojala que vaya y disfrute con sus amigos. Eso es lo principal. Con mi señora lo iremos a ver y que Luca Julio, que lleva el nombre de mi hermano la pasa de la mejor manera.

Me lo nombras a Julio en un par de ocasiones y tu hijo lleva el nombre. ¿Cómo lo recordas?
Te lo nombro, porque en conversaciones de fútbol y de la vida, siempre uno lo recuerda y lo voy a recordar siempre. Pasaron veinticuatro años del fallecimiento de mi hermano. Se fue muy joven. A los 23 años en un accidente. Yo era muy chico. Se sufrió mucho. En ese momento, había que tener un apoyo muy grande para mis viejos. En el cual, en el día de hoy si me pones a decir, para mí fue ayer. Pero bueno, la vida continúa para todos y lo recuerdo de la mejor manera. A mi hijo le puse el nombre de él y es un orgullo muy grande. La idea de que lleve su nombre fue idea de mi señora. Cada vez que hablo de mi hermano me emociono mucho. Era una persona muy especial. Era un tipo dado con todo el mundo. Ayudaba a mucha gente, dando ropa y comida. Era un ser humano muy bueno y muy honesto. Que no me haya visto como jugador, que conozca a mis hijos y a los hijos de mi hermano es algo muy triste.

¿Qué anécdota te acordas con él?

Anécdotas tengo muchísimas para contarte. Estábamos en Mar del Plata con mis amigos. Nos fuimos siete días. Al quinto día no teníamos ni para comprar un alfajor entre los cuatro que éramos. (Risas) Mi hermano como laburaba allá, salía de laburar y nos traía de comer. Como laburaba en Pepsi nos traía latitas para tomar. Esos dos o tres días nos banco él. Tanto que el viaje de vuelta nos trajo porque no teníamos como venir. (Risas) Un ser humano increíble.

¿Cuál fue tu mayor alegría en el fútbol?
La alegría en el fútbol es cuando uno logra cosas importantes. Cuando se sale campeón. En el año 94, yo era bastante pichón y no jugaba tanto de titular. La alegría más grande fue en el 2004, cuando tenemos la suerte de salir campeón con San Martín y de la forma que se dio. Además de salir con el Club que soy hincha. Salir campeón con mi hermano como entrenador, siendo goleador, invictos y la valla menos vencida. Fue un año magnifico. En lo personal creo que fue mi mejor año desde lo futbolístico. Después tuve muchos años muy lindo y de ser siete veces goleador en la liga. Pero la mejor temporada fue ese 2004, siendo campeón y compartir ese logro con mi hermano.

El gol seguro lo podrías volver a meter, ahora la mortal del festejo ¿Estarías apto para hacerla?
(Risas) Sos jodido. La verdad que sí. El gol lo podría hacer. Fue un centro por izquierda y le pegó con tres dedos al palo del “Gato” Díaz. Pero el festejo no. (Risas) Si me das quince días, por ahí puedo hacer ese festejo otra vez. Hoy por hoy no. No estoy en condiciones. (Risas) Tendría que tener unos días de entrenamiento, para poder hacerlo y festejarlo de esa manera. Si algún día se revive ese gol, lo haría. Pero el festejo no. Te lo debo. (Risas)

¿Era complicado tener de entrenador a tu hermano o se separaban las cosas?
Era complicado. Porque tenes que hacer las cosas igual o mejor que el resto. Siempre estas observado por otros jugadores. Porque siempre puede aparecer “el juega porque es hermano de…” o “no entrena porque es hermano de…” o “llega tarde porque es hermano de…”. Por eso, uno tenía que tratar de hacer las cosas de la mejor manera. Creo que respondí de la mejor manera. Trate de hacer lo mejor posible. Pero no hubo ningún problema. Siempre con mucha educación y respeto hacia mi hermano. Como también a la gente del Club. Yo no fui un jugador que entrenaba mucho. Pero lo hice bien ese año.

En el 2002 jugando la final para Deportivo ¿Te fue difícil enfrentar a San Martín?
Se me hizo difícil. Ya había jugado ocho años en el Club, estoy en Deportivo y justo la final era con San Martín. No fue lindo en ese momento jugar esos partidos, pero había que hacerlo. Está defendiendo la camiseta de Deportivo y la defendí como hice con cada camiseta que me tocó defender en mi carrera.

En tu historial de goles aparecerá que le hiciste uno a Boca Juniors con Mauricio Macri en la cancha. ¿Qué te acordas de ese partido?

Claro. Fue en el año 2002. Miguel Romero armó una selección de Pehuajó y tuve la suerte de jugar. Tuve la suerte de ser el capitán de ese equipo y tuve la suerte…No, para que suerte. Borra eso (Risas). Le dí un banderín a Macri y él me dio uno de Boca. En ese partido jugo “Kiko” Ruiz, Maxwell y Pierguidi. Ese partido meto un gol y hago también el “mortal”. También erré un penal. (Risas) La cancha estaba lleva de gente. Puedo decir que le hice un gol a Boca Juniors estando Mauricio Macri en la cancha. (Risas)

Con quien te entendías mejor. ¿Con el "Chaca" Martin o con "Gacela" Rodríguez?
Eran distintos tipos de juego. El “Chaca” no era solamente desbordar y sacar el centro. Era un jugador que estaba en el área y me entendí perfectamente con “Ale”. Con el “Chaca” fueron momentos muy buenos. Un año en Deportivo, el metió como 24 goles y yo 23. En ese sentido nos entendimos muy bien. En el 2004, con “Gacela” era diferente. Porque se dedicaba a desbordar y tirar centros para mí. Nos entendimos a la perfección. Ese año “Gacela” tuvo un año fantástico. Era meter centro y yo anticipar a los defensores. Esos años que tuvimos la suerte de jugar juntos, creo que fuimos una dupla muy buena. Con los dos tuve la suerte de compartir muchos partidos. Los dos son muy amigos míos y hemos compartido muchas cosas juntos. Son recuerdos muy lindos que me ha dejado el fútbol.

Ya me diste el gol más importante en tu carrera. ¿Cuáles otros dos elegís en el podio de tu carrera?
Goles importantes, recuerdo dos en el 2014. Tuve cuatro o cinco fechas sin jugar en San Martín y vuelvo a jugar. Entro como suplente y con ocho hombres meto el 1 a 1. Con ese punto nos dio la posibilidad de ingresar al Petit Torneo. El otro gol, también fue ese año en semifinal. Un gol que le convierto a Deportivo en el Garré. Esa victoria nos llevó a un tercer partido. Son los que recuerdo ahora. He sido un afortunado de meter muchos goles importantes en mi carrera. Hacer un gol es la alegría máxima que puede tener un futbolista

¿Te ibas enojado el domingo que no convertías?
Quizás cuando se perdía. Si teníamos la suerte de que el equipo gane y yo no convertía, pero hice un buen partido, por ahí no me iba enojado. Si perdíamos sí. Ojo, si ganábamos y erraba alguna ocasión clara de gol, me iba fastidioso. Lo importante siempre era ir a jugar, pasarla bien y disfrutar. Era aportar mi granito de arena y no ser el héroe del equipo.

¿Qué se siente ser uno de los tres delanteros más importante de las últimas dos décadas de la LPF?
Orgullo, satisfacción y mucha alegría. La verdad que se siente muchas cosas. Porque en los últimos veinte años han jugado grandísimos jugadores, tremendos goleadores y muchísimos delanteros que han venido de afuera. Estar en ese podio es una alegría enorme y haber dejado una huella en el fútbol pehuajense. Te repito, estar en tres delanteros me hace muy feliz.

¿Sos mejor delantero o mejor jugador de pádel?
Tuve la suerte de rebuscármela en las dos cosas. Como jugador de fútbol hice lo mejor de mí. Como jugador de pádel fui (hace mucho tiempo), hablando con gente que me vio, que era un gran jugador. Mucha gente del ambiente de padel me lo dice. Pero se lo tendrías que preguntar a ellos. (Risas) He tenido la suerte de ir a jugar al fútbol a otros lados y se acordaban como jugaba al pádel. A mí me alegra, porque yo no los conocía y ellos sí, de cuando era chico. He tenido la suerte de ganar cosas importantes en el pádel. Fui campeón bonaerense y viajar a europa. Ese fue uno de los mejores regalos que tuve en la vida. Igualmente, la definición de un jugador te lo da la gente. Yo creo que fui bueno en las dos cosas, je.

¿Costó mucho la decisión de no jugar más?
No tanto. Porque al otro año seguí en el ambiente y en el vestuario como entrenador. No entras a jugar, pero estas a pleno con los jugadores en el entrenamiento y en el vestuario. Entonces, se me hizo más llevadero. Si hubiese dejado el fútbol y no hubiese ido más a una cancha capaz lo hubiese sentido.

¿Quién es tu ídolo local, nacional o internacional?
He tenido la suerte de ver y de jugar con grandes jugadores. Ídolo son todos los jugadores, porque todos hacen lo mejor, para ser el mejor. Y después, el mejor de todos y es mi ídolo es Diego Maradona. Lejos el mejor y seguirá siendo siempre.

¿Si tenes que armar tu 11 inicial con jugadores que te han tocado jugar. ¿Cómo formaría el equipo de Mauro Ferracci?
El equipo estaría formado por mis dos hermanos, mi sobrino y por el futuro jugador, mi hijo Luca Julio. Los demás elegilos vos. Yo con esos sería muy feliz.

¿Te quedó algo pendiente?
Con respecto al fútbol no me quedó nada. Traté de dar y de hacer lo mejor posible. Y dejar un nombre en el Club que soy hincha fanático. Dejar un nombre en esa institución jugando 21 años de los veintitrés que jugué en el fútbol. Ahora feliz en esta etapa de mi vida, con mis hijos y mi señora. Disfrutando.

¿Qué es el fútbol y San Martín en tu vida?
El fútbol es un deporte que practique por muchísimos años. De chiquito no existían las tablet, ni los teléfonos y el fútbol era nuestro mejor entretenimiento. San Martín es el Club del cual soy hincha, trabajo, estoy en una comisión directiva y soy técnico. Es el Club que me dio todo y me vio nacer. Siempre lo voy a estar ayudando sin interés a cambio. Agradecido de ser hincha de San Martín.