La historia de Nacho Miramón, el pibe de Bolívar dueño de la 5
Nacho viene de una familia muy futbolera en Bolívar, es
cuarta generación de futbolistas destacados de la ciudad. El bisabuelo, Rubén
‘Cholo’ Azpiroz, jugaba en Atlético Urdampilleta y en la Selección de Bolívar.
El abuelo, José María “El Perro” Miramón, fue campeón de la liga con El Fortín en
el ‘78. Y su padre es Emilio Miramón, que jugó en Independiente de Bolívar, en
Barracas Bolívar (campeón, ascendió de la D a la C) y llegó a jugar con Nacho
en Balonpié”.
La reseña es del periodista del diario La Mañana el
historiador del fútbol de Bolívar, Pablo Pequi.
Él ayuda a reconstruir su historia. Con apenas tres años,
Ignacio Miramón se sumó a la escuelita de Balonpié. En esos inicios, jugó como
lateral izquierdo y a los 11 años viajó a Avellaneda para sumarse a las
formativas de Racing , en ese tiempo a cargo de Fabio Radaelli y el bolivarense
Manuel Fernández. Tras dos años en Racing, a los catorce realizó y superó una
prueba en Sarmiento de Junín, pero una semana después decidió volver a Bolívar,
ya que no se sentía cómodo.
Su formador en Balonpié fue Guillermo Panaro, ex jugador de
Ferro en tiempos de Carlos Griguol. Desde ahí, quien retoma la historia es el
propio Nacho. “A Gimnasia llegue en 2019 por unas pruebas que hicieron en mi
cuidad, Bolívar”
Llegó de la mano del
exdelantero mens sana Antonio Piergüidi, nacido en Henderson (los pagos de
Claudio Caniggia) pero radicado desde hace años en Bolívar. “Tony” Piergüidi
jugó entre 2006 y 2008 en el Lobo con Pedro Troglio como DT.
En la primera de
Balonpié coincidieron como jugadores Emilio Miramón, Piergüidi y el “Máquina”
Giampietri, con pasado y brillo en Quilmes.
Nacho se destacó y el caminito fue Séptima y el salto a
Reserva dirigido por Mariano Messera.
El 19 de febrero de 2021, con Martini y Messera como
entrenadores llegó el esperado debut en primera, al ingresar por Eric Ramírez
en un 3 a 0 sobre Talleres en el Bosque por la Copa de la Liga.
Ignacio Miramón llegó a Gimnasia en 2019 de la mano del
exdelantero tripero Antonio Piergüidi “Mi papá, mi mamá y mi hermano más chico,
están tranquilos, disfrutando y apoyando siempre”, dice hoy Nacho.
De su papá heredó la pasión por la pelota y mamá María
Eugenia y su hermano Bernardo siempre están pendientes de su carrera y su vida
en La Plata.
Postergado en tiempos de Gorosito (Cecchini, Leyes e Insaurralde
estaban entre él y la titularidad bien ganada por Agustín Cardozo), siguió sumando
minutos en reserva. Contra Talleres, en el último partido de 2022, Pipo ledio
la chance de mostrarse en primera. “Estaba tranquilo esperando la oportunidad y
entrenando al máximo”, sostuvo Miramón, quien nunca perdió la calma ni se dejó
ganar por la ansiedad.
El fútbol turco ya le puso el ojo encima y Gimnasia dijo no.
Miramón valoró estos primeros partidos como dueño del puesto. “Me sentí muy bien y bastante cómodo. Chiro me pide que marque, que sea ordenado y que juegue simple”, señaló. Se define como “un volante aguerrido que cuando se puede intenta
jugar”, nota las diferencias con reserva (“esotro ritmo, un
juego mas rápido”) y tiene claros sus objetivos: “Sumar la cantidad de minutos
posibles y cumplir todos los objetivos grupales”.
Más allá de la juventud del plantel, para Nacho este “es un grupo muy sano y todos nos llevamos bien”. Hay ilusiones compartidas por todo el piberío que le pone el cuerpo a esta campaña tan complicada. Por lo pronto, Nacho Miramón empieza a destacarse y a cumplir los sueños que forjó en Bolívar.
Fuente: Diario El Día